AMBIGÚ/ Los 17 “sueños” de AMLO en la mente de Sheinbaum

MARTHA ELBA TORRES MARTÍNEZ

Morelia, Michoacán. Este lunes iniciaron oficialmente las precampañas presidenciales. De facto, la más larga -arrancó desde julio de 2021 que AMLO la destapó como corcholata favorita-, la de Claudia Sheinbaum; la inesperada -este 3 de julio el mismo AMLO la catapultó-, de Xóchitl Gálvez; y el 30 de ese mismo mes, otra vez AMLO promovió al fosoforiloco Samuel García, como el “mejor” por Movimiento Ciudadano.

Arranques de precampañas envueltos en las contradicciones propias de los partidos acompañantes, por las candidaturas a los más de 20 mil cargos que también estarán en disputa en este tan inédito proceso electoral del 2024. Y todavía las reelecciones de diputados federales y locales y en el Senado.

Mi apreciable amigo y colega Moi Sánchez Limón en su entresemana.mx.com nos comparte el dato de las y los que quieren continuar en la Cámara Baja: 471 de los 500 que conforman la asamblea. De Morena, 179; del PAN los 113 más suplentes; del PRI, los 69 más un suplente; del Verde 37; del PT toda la bancada (33); 17 de MC y del PRD los 15 más un suplente.

En el Senado, de los 128 escaños, 85 registraron su intención de reelegirse por otros seis años; 42 de los 60 de la bancada de Morena; PT, Verde y Encuentro Social, 15 de los 16 integrantes de sus respectivos grupos; el PAN 9 de sus 20; PRI 7 de los 9 con que quedó; MC 9 de sus ahora 13 y PRD los únicos tres.

Desde luego que los legisladores federales están en todo su derecho de elección consecutiva, pero vaya dinámicas en que meten a sus partidos por la recomposición propia de la elección presidencial. Morena, en teoría, no debería tener mayor problema porque el palomeo está en Palacio Nacional y en maridaje con la subasta de candidaturas, pero hay fuerzas emergentes naturales y los grupos de interés de las y los gobernadores que también meten presión.

El tema, que, en ambos bloques, tanto en el oficialista y como el opositor el reparto de candidaturas en proporción a la misma correlación de fuerzas al interior de las coaliciones está causando más ruido del necesario porque siguen atrapados en egos y berrinches.

Pero estaba con el inicio de las precampañas presidenciales. Lo que se vio: Shein, Claudia o Claudicante -que chinga le puso Xóchitl Gálvez con ese concepto, por definirse como una persona servil, que claudica ante una presión o tentación, e insegura-, que arrancó en Veracruz muy al estilo del viejo PRI, con el montón de acarreados y tamboras.

A Xóchitl le cuestionan un arranque trasnochado, a oscuras -no tiznen, acuérdense que todavía no tienen luz-, con su “marcha de la esperanza” en el devastado municipio de Coyuca de Benitez, donde López Obrador no se para porque le mientan la madre. Y donde dos días antes del golpazo de “Otis”, el lunes 23, el secretario de Seguridad Pública, el director de la Policía y nueve agentes preventivos fueron masacrados por sicarios.

De acuerdo a Proceso, el alcalde Osiel Pacheco Salas, es de Morena. Su ahora difunto secretario de Seguridad, Alfredo Alonso asumió el cargo en enero pasado, tras la renuncia de David Borja Luciano, quien resulto gravemente herido en atentado armado que sufrió el 1 de diciembre de 2022; el 20 de junio de ese mismo año, Román Soto Gatica, exdirector de la Policía y en ese momento escolta personal del alcalde Osiel Pacheco, fue asesinado a balazos. Pero dice el Presidente que no hay pacto con los narcos y es mentira del conservadurismo eso de las masacres.

No fue un inicio tumultuoso y frente a cámaras y reflectores, el de Guerrero; por el contrario, transmisión en redes con la gente de los barrios de Cahuatitán, Barrio Nuevo, Espinalillo y San Nicolás con velas, por los muertos y las promesas rotas.

Samuel García se envolvió en naranja, en la explanada de los Tres Museos en Monterrey en un ambiente muy fosforiloco. Como él. A los neoloneses prometió ser gobernador por seis años completitos y no distraerse como el Bronco con la calentura presidencial. “Lo que te puedo decir es que a Nuevo León le voy a cumplir”.

Pues no le cumplió y ya anda en precampaña. Muy confusa, porque ya no se sabe si todavía es o no gobernador, ya que la licencia para ausentarse seis meses comienza el 2 de diciembre y si la esposa, Mariana Rodríguez será otra vez la ´candidata´. Pero el mensaje que manda al electorado del país es pésimo: repetir el modelito de pelearse todos los días con la oposición e imponer a su interino sobre una resolución del Tribunal Electoral. ¿Verdad que si es un Amlito en potencia?

Pero en un aspecto hay coincidencia entre ellas: los coordinadores de campaña designados en septiembre, son caquita de perico, ni huelen ni hieden, Adán Augusto López y Santiago Creel.

Cierto, el ex gobernador y ex de Segob, el “hermano del alma” del Presidente, no sacó ni para las croquetas del perro en su aventura corcholatera. Pues cómo no, con ese patético cuarto lugar en la encuesta de Morena. Por eso ni pudo opinar para la gubernatura en Tabasco y ahora el “Pepín” López Obrador le gana, a voz alzada, hasta la candidatura al Senado. Que se conforme, si bien le va, con una diputación pluri.

Santiago Creel por su declinación a favor de Xóchitl, ésta lo invitó como coordinador, pero evidentemente no es el apropiado. La hidalguense -desde mi perspectiva- requiere un hombre o mujer, en principio apartidista, que enfoque la estrategia en los ciudadanos convencidos y indecisos que representan precisamente ese rango de entre 20 y 30 por ciento, que es la diferencia que marcan las encuestas. A los partidos corresponde hacer lo suyo con el control de daños en las nominaciones, fortalecer su voto duro y estructuras.

Con Samuel, quién más que la fosforita cónyuge como coordinadora, por el perfil de campaña y el segmento target: los votantes primerizos.

Revisaba con Toño Carreño, coordinador en Michoacán de Movimiento Ciudadano, esas dos ideas muy potentes en el discurso político de su partido: ´el adversario a vencer es Morena´ y el desprecio a la ´vieja política´. Pero en la narrativa de Samuel, el Prian es el contrincante lo que le ha ganado el mote de esquirol; la segunda idea la adapta a las prácticas más perniciosas para la democracia, que es el acarreo y la compra venta del voto. “Es hablar sin generar nuevas ideas y ver a las personas como votos”…

***

Esta idea de Carreño Sosa me llevó a revisar esos 17 “sueños” de los que está hablando Claudia en su precampaña. Ya en su momento, haré lo propio con las ofertas electorales de Samuel García y las de Xóchitl, que es sabido será el programa de gobierno que construye el “cerebro” del Frente Opositor.

Sheinbaum ofrece el continuismo del ensayo ideológico y los “sueños”, no propios, sino los irrealizados por el propio Presidente que se va -es un decir-. Por lo que no sabemos en realidad quiénes Claudia, qué piensa y qué propone al país, si gana en el 2024:

No hay cambios en ningún sentido a los compromisos de López Obrador en 2018 y cuyo fracaso es constatado en estos cinco años: -sigue la austeridad republicana; -no habrán gasolinazos ni aumentos a tarifas de servicios; -evitar la evasión fiscal y -mantener la separación del poder político y el poder económico.

-Siguen los programas sociales; -aumentar el salario mínimo; -más inversión pública para consolidar el Tren Maya y el Tren Interoceánico. Sheinbaum no “sueña” con por lo menos una obra insignia, propia, de gran calado, sino asume el proyecto de su jefe de los trenes de pasajeros. En educación y salud más de lo mismo, es decir, seguir de la fregada.

Hasta el “sueño” 16, Claudia menciona la “paz y seguridad” como mera referencia al “fruto de justicia en todos sus ámbitos”, pero no ofrece nada en concreto en torno a los más de 210 mil homicidios con que se estima, cerrará AMLO. Debemos entender entonces que seguirán los abrazos al crimen organizado. Eso sí, adelanta darle cran al Poder Judicial con el Plan C de elegir por voto popular a ministros de la Corte. El mismo modelito de Evo Morales.

Así las cosas, el 2 de junio del próximo año ¿votarán los electores por una mujer que no tiene pensamiento propio, ideas nuevas para la solución de los problemas nacionales ni es capaz de interpretar la realidad fuera del machote ideológico cuatrotero? Pues si. Porque México está perdiendo la razón…

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