EDUARDO IBARRA AGUIRRE
Usuarios de redes sociales, en particular X, le atribuyen a la presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, el dicho expresado en forma coloquial y amenazante –palabras más, palabras menos– “si nos niegan el aumento de presupuesto, me van a conocer”.
De ser exacto el mensaje de Norma Lucía Piña Hernández resulta grave por las implicaciones de amenaza y chantaje que contiene para la Cámara de Diputados y su mayoría parlamentaria, integrada por Morena y los partidos Verde y Del Trabajo que, como es sabido, forma parte de un poder autónomo.
No encontré testimonio periodístico alguno que respaldara la afirmación atribuida a la beligerante cabeza del Poder Judicial, por lo menos respecto a sus dos pares, de acuerdo a la arquitectura constitucional que regula la existencia de tres podres de la Unión, tan autónomos e independientes como proclama a los cuatro vientos Piña para el que representa.
Lo que sí quedó claro en la búsqueda realizada es que desde el pasado 5 de febrero en el Teatro de la República de la capital queretana para rememorar a la ley de leyes de todos los mexicanos –oligarcas y parias, creyentes y ateos–, la ministra presidenta pintó su raya al estilo estridente de Xóchitl Gálvez, al permanecer sentada, inmutable, mientras todos los asistentes, se pusieron de pie, como es costumbre, cuando arribó el presidente de México.
Fue un gesto al que López Obrador no le quiso dar importancia, “la señora estaba cansada”, respondió a los colegas que cubren la mañanera. Sólo que para la tosca abogada era apenas el primer aviso del inicio de una relación institucional sellada por el desencuentro, la corrección sistémica de las reformas a las leyes aprobadas por el Congreso, dotar de autonomía cuasi total a jueces y magistrados para que procedan como les dicten sus compromisos e intereses personales y grupales, porque Piña Hernández supone que así fortalece su liderazgo judicial y político, lo cual es muy relativo y costoso para la justicia y las mayorías nacionales.
Hasta llegar a la confrontación actual, misma que ya algunos analistas denominan lawfare (judicialización de la política o guerra judicial), con todo lo que eso implica mucho más para mal de la mayorías que para bien de las minorías plutocráticas y oligárquicas, como lo mostraron Paraguay, Honduras, Brasil y Bolivia.
El hecho es que por primera ocasión en la bicentenaria historia independiente de México, la representante del Poder Judicial no recibió invitación del titular del Ejecutivo federal para asistir a la presentación del mensaje político con motivo del V Informe de Gobierno que, por primera vez, se presentó fuera de la capital de la república, en Campeche, Campeche. Tampoco ningún ministro de la SCJN o del Consejo de la Judicatura Federal.
Justo allí, el viernes 1, Obrador desplegó su concepción sobre la reforma al Poder Judicial, para lo que antes de terminar su mandato presentará una iniciativa de ley para reformar la Constitución y lograr la elección de sus integrantes mediante voto popular, pues –denunció– que trabajan bajo consigna de intereses oligárquicos y delictivos.
Hay tiempo suficiente para el análisis y el debate nacionales para tan magno propósito que requiere obligatoriamente que la coalición gobernante obtenga mayoría calificada el primer domingo de junio próximo. Pero mientras tal objetivo superior se concreta, lo que no es fácil, es obligatorio coexistir con la actual composición del PJF y ello sólo es viable en base al diálogo y la negociación.
Acuse de recibo
De Manú Dornbierer: “Hace tres años, empecé a escribir la serie de artículos: El poder per-judicial. O sea que me adelanté a lo que hoy todos queremos, a saber: que el Poder Judicial sea como los otros dos, es decir que sea electo por los ciudadanos como el Poder Ejecutivo y el Poder Legislativo. ¿De qué privilegios gozan los jueces para estar en el anonimato, ganar millones de pesos y sobre todo en lo oscurito sin que nadie pueda decirles su nombre? Hoy el mero mero Luis María Aguilar está siendo exhibido en muchos lados por la gente”… Ahora dice la senadora X, también (ante-pre) candidata presidencial, que desaparecerá las mañaneras y despachará en Los Pinos. Igualita que Enrique de la Madrid que prometía volver a construir el faraónico y costosísimo aeropuerto de Texcoco. Al junior “lo bajaron” a medio camino, víctima de las imposiciones para favorecer a Gálvez Ruiz. Y ésta no tendrá mejor futuro como lo prefiguró la deslucida reunión dominical del Ángel de la Independencia… Artículo de Víctor Jeifets, “De la dependencia a la (des)obediencia: las relaciones entre el Partido Comunista Mexicano y el Partido Comunista de la Unión Soviética durante la Guerra fría”: https://www.izquierdas.cl/ediciones/023/numero-52 (…) Para leer Utopía en las páginas 58 y 60 del semanario digital Tribuna Comunista, del MCM: https://www.calameo.com/read/0072725947e37167aa0cb y https://bit.ly/3PqIDIN
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