SALVADOR MARTÍNEZ GARCÍA. La economía mundial atraviesa por complicada situación con pronósticos de crecimiento a la baja por parte del Fondo Monetario Internacional derivado de la elevada inflación internacional y la disminución del comercio global, principalmente como consecuencia de la guerra de Ucrania.
El FMI registró en 2022 un crecimiento económico en el orbe del 3.4 por ciento, pero para el presente año su estimación es de 2.8 por ciento, recientemente ajustada a la baja tras un pronóstico de 2.9.
Incluso en Estados Unidos las perspectivas son igualmente descendentes, de un 2.1 por ciento de crecimiento en el 2022 a sólo 1.6 por ciento para 2023, a pesar de lo cual será de las economías desarrolladas de mejor desempeño, pues las naciones europeas apenas crecerán 0.8 por ciento, Japón 1.3 por ciento y Reino Unido, casi en estancamiento con alza del 0.3 por ciento.
Cabe aclarar que China e India tendrán mejores números con expansiones de al menos 5 por ciento de acuerdo al FMI.
En este contexto a México no le va tan mal, con un crecimiento económico del 3.1 por ciento en 2022 y de una estimación para el 2023 de 1.8 por ciento, mejores condiciones que las de nuestro vecino del norte, por primera vez en mucho tiempo.
Incluso en los pronósticos para el 2024 el FMI espera un crecimiento para México de 1.6 por ciento, mientras que para Estados Unidos el 1.1 por ciento, para la Eurozona el 1.4 por ciento y para Reino Unido el 1 por ciento.
Los riesgos económicos subsistirán por la inflación mundial esperada de 7 por ciento para este año y de 4.9 por ciento para el 2024. También en el crecimiento de los precios México logra mejoría en sus pronósticos por debajo de la media mundial. No es posible cantar victoria en un entorno de incertidumbre, como el actual, pero hasta el momento las cosas no van tan mal para nuestro país.
SUSURROS
Desde la mañanera, López Obrador salió al paso de las críticas de “especialistas” por la compra de 13 plantas eléctricas a Iberdrola.
Sostuvo que en 10 años se recuperará la inversión realizada, además de garantizar la suficiencia de energía eléctrica ante la mayor demanda esperada en una década.
Con la adquisición de estas plantas la CFE abastecerá el 55 por ciento de la demanda eléctrica y se espera llegar al 65 por ciento para final de sexenio con plena soberanía en esta energía.
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