EL OTRO DATO/ La Tigresa fue amante de GDO

JUAN CHÁVEZ. Irma Serrano La Tigresa falleció este miércoles a los 89 años de edad.

Fue una mujer polémica en el escenario mexicano. Una de las actrices, cantantes y políticas más polémicas y conocidas de la cultura mexicana.

En su autobiografía “A calzón quitado” revela sus amoríos con el presidente Gustavo Díaz Ordaz y relata incluso el escándalo de una noche en que le llevó serenata a Los Pinos. El mandatario y su esposa Guadalupe Borja salieron para acallar la música de los mariachis y la canción que compuso contra GDO. Cuentan que ella lo cacheteó y le provocó el desprendimiento de una retina.

Esa noche terminó su relación sentimental que duró varios años.

Nacida el 9 de diciembre de 1933, en Chiapas, Irma Serrano alcanzó fama en la década de los 60, inicialmente, por ser cantante de música regional. Fue prima de la escritora Rosario Castellanos, y se cuenta que en su juventud posó desnuda para Diego Rivera.

Años más tarde, después del éxito conseguido en su carrera como cantante «La Tigresa» incursionó en el cine mexicano, en las polémicas películas de «ficheras», donde realizó escenas de desnudos e interpretó personajes controvertidos para su época. Algunos de sus papeles más recordados son en los filmes «Gabino Barreda», «Lola la Trailera», «La Martina», y «Santo contra la Tigresa», entre muchas otras.

A finales de los 90 se adentró en el terreno de la política, donde llegó a ocupar un cargo en el Senado de México, y llegando a ser también diputada de Chiapas.

Entre sus muchas polémicas, Irma Serrano era amante de las antigüedades, y se cuenta que logró conseguir incluso la cama donde durmió la misma emperatriz Carlota. Se dice que éste fue un regalo que le hizo Díaz Ordaz.

En 1969 corría una versión incesante. El mandatario y la actriz sostenían un intenso romance, un amor prohibido. Había pasado casi un año de la matanza en Tlatelolco y el mandatario mexicano recibía amenazas y rechiflas por doquier. El país estaba enojado. En su libro “La Suerte de la Consorte, Sara Sefchovich” relata que mientras Guadalupe Borja se aislaba de su marido porque no podía soportar las presiones que surgieron tras la masacre estudiantil, Díaz Ordaz fortaleció su historia de amor con Irma Serrano, conocida como “La Tigresa”, que duró 5 años.

Irma Serrano reveló en sus memorias que lo conoció “en una de tantas reuniones de políticos. Aquel personaje era un don nadie pero llegó a ser el gusano mayor para regir los destinos del país durante seis años. Descubrí que era más atractivo de lo que me imaginaba, no de su físico del cual han hecho tantas bromas, sino por su intelecto. Tiene una personalidad un tanto especial: es simpático, duro a veces, determinante y necio igual que yo”.

En el libro A calzón quitado, La Tigresa acepta que “sí, lo quise mucho; él me quería mucho, me consentía mucho, nunca me prohibió o me dijo ‘no hables de mí’”.

Irma Serrano escribió sus memorias y detalles del romance con Díaz Ordaz en los volúmenes A Calzón Quitado y A Calzón Amarrado.

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