ROBERTO CIENFUEGOS J. @RoCienfuegos1. Las alertas están encendidas por el fentanilo entre México y Estados Unidos, que resiente la muerte de más de cien mil personas como consecuencia de sobredosis de la llamada “heroína sintética”. Que escuche quien quiera escuchar.
Anne Milgram, titular de la estadunidense Dirección de Control de Drogas, no se ha andado con rodeos en los últimos días. Recién la víspera, llamó al gobierno de México a hacer más para contrarrestar la producción y el trasiego de esta poderosa droga, que según diversas fuentes es hasta cien veces más potente que la heroína natural.
Milgram urgió de manera directa al presidente Andrés Manuel López Obrador a ser “más eficiente” en el combate al narcotráfico, que repercute en Estados Unidos, donde crecen las voces para que las organizaciones criminales en México sean consideradas terroristas, un calificativo que podría poner en aprietos no sólo al gobierno, sino a todos los mexicanos. No es una amenaza menor, menos aun cuando informes estadunidenses han advertido que entre el 30 y el 35 por ciento del territorio mexicano está fuera del control gubernamental y en manos de las bandas criminales. Hasta ahora, esos llamados provenientes del vecino norteño y principal socio económico y comercial de México, parece que han tenido poco eco entre las autoridades del país, bajo la bandera de la soberanía, el buen trato y respeto que se dice nos brinda Washington.
Pero ese tono del oficialismo, contrastó con la exigencia de la propia Milgram para que México comparta más información sobre decomisos y aún que se permitan operativos conjuntos contra laboratorios clandestinos, así como elevar el número de extradiciones, quizá una tácita referencia a Ovidio Guzmán, “el chapito” o «ratón”, que suma hasta ahora y en menos de dos meses desde su aprehensión a sangre y fuego en Sinaloa, tres suspensiones de plano y de oficio contra su traslado en extradición a Estados Unidos, que lo reclama por tráfico de drogas.
Como se sabe, el Cártel de Sinaloa sobresale por ser el mayor productor de fentanilo, que se elabora en numerosos laboratorios clandestinos establecidos en zonas inaccesibles de las montañas en el «Triángulo Dorado», en la frontera entre los estados norteños de Durango, Chihuahua y Sinaloa, mientras que diversos informes advierten que el consumo de esta droga, una nueva amenaza, comienza a crecer sobre todo entre los estados del norte de México.
Esto aún y cuando en el gobierno de López Obrador hay un incremento de poco más de mil por ciento del fentanilo.
Hace un par de días, el propio López Obrador informó en su matutina que instruyó al sector salud del país para que haya un registro específico sobre las muertes derivadas por sobredosis de consumo de drogas, lo que implicaría establecer en las actas de defunción cuando se trate del fallecimiento por el consumo de este tipo de sustancias.
Las alertas están encendidas. Tiempo de hacer más para aminorar este nuevo frente de batalla entre México y Estados Unidos, esto antes de que empeore el fenómeno del fentanilo, el consumo de éste en ambas geografías y el tono de los reclamos, así y éstos sean respetuosos por ahora.
@RoCienfuegos1