LILIA CISNEROS LUJAN. Indudablemente hay noticias que a algunos comunicadores les cuesta trabajo difundir. Tiene dos características, la primera es que aportan algo de información educativa acerca de: salud -más allá de publicidad mercadológica- medio ambiente, lo que pasa en el planeta -que puede conducir a la extinción del mismo- reportajes de ingeniería, los océanos, geografía, historia, y sobre todo lo que es trascendentemente positivo. Por supuesto que los espacios para felicitar por el cumpleaños, sobre todo si son los de vida, los más de 50 de tolerancia con alguna pareja- y en general todo lo cual implique fiesta y la tan anhelada “fama”
Aun cuando son muy pocos los que con interés siguen la programación de los canales 11, 14, 20, 22, y para los privilegiados que pueden pagar cable los que aportan algo de cultura o aquellos que desean entender los procesos legislativos en el 45 y similares de la SCJ. Con todo y esa variada opción, centraré mi comentario, en lo que ha movido las emociones, -sobre todo de venganza y revanchismo las últimas tres semanas- de quienes equívocamente sienten que justicia es darle un zape a alguien que tal vez ni se conoce- y que asumen que al verle sufrir con todo y su mejor posición que la nuestra tendremos un ritmo de vida más productivo y sano. Me refiero al final de la tragedia de una mujer universitaria que al parecer no ha logrado, consensuar una mayoría de opiniones que justifiquen, perdonen o den a la conducta por la que optó desde 1987, una calificación aprobatoria.
Con todo y la edad jubilatoria, el no ejercicio de mi licenciatura en derecho y la comprensión de la molestia de mucha gente –mis vecinos son solo algunos de los que han sufrido de ella en estos más de 30 años, alguna resolución no necesariamente justa o apegada a derecho- que se ha visto afectada por puntos de vista sesgados sobre todo por el peso pecuniario de quien buscó una sentencia adecuada en los diversos ámbitos en los que ha estado, desde la delegación Coyoacán, la reforma agraria, el tribunal administrativo de la ciudad, entre otros, cosa que no necesariamente ocurrió como las leyes dictaban. A décadas de distancia, ¿de verdad hubo quien imaginó, que luego de invalidarle su título, muchas otras acciones de la hoy ministra de la SCJ, se revertirían?
Aun las personas sin una formación profunda de la materia puede ir al instituto especializado en lo jurídico en la UNAM y encontrarán un diplomado sencillito para recordar lo que nos enseñaron desde la primaria, la secundaria y la «prepa» acerca de nociones de derecho positivo mexicano y tal cual se lo dije desde el año pasado a un amigo economista, aun cuando le demostraran que se había pirateado la tesis, no le ocurriría los anhelado por los vengativos, pues la cancelación de la tesis no está ni ha estado prevista en la legislación universitaria. ¿Quiénes son los que pretenden que este tema se convierte en demanda pseudo legista que propicie desorden en la máxima casa de estudios? ¿Usted querido lector, tiene en su memoria, la identidad de los porros que, desde los ochentas, han buscado desestabilizar a la UNAM como camino para ellos conocido? Ahora que algunos de esos porros están enquistados en instancias de gobierno y partidarias ¿se les cumplirá su anhelo de colocar en esta instancia académica autónoma a sus pseudo líderes?
Ante la explicación –obvia para los inteligentes y distorsionada por los mediocres- de que la UNAM no hace cosas sugeridas por los alborotadores sin importar a que grupo pertenezcan quienes presionan, se reconoce que hay dentro del segundo grupo mencionado personas dispuestas a repetir “después del niño ahogado, se tapa el pozo”, afirmación fuera de contexto debiendo entender que nunca una instancia constituida en lo general por gente pensante, hubiera imaginado que alguien después de varios años en las aulas, pudiera llegar a la conclusión de comprar una tesis en vez de esforzarse por plantear un tema que sirviera de algo a compañeros y futuros colegas. ¡qué bien! pues alguien puso el dedo en la llaga, para así ocuparse del tema y ni hablar, si no hay de otra más que la sanción que se prevea las acciones a tomar, en el caso de abundar la población de piratas en materia universitaria.
Mientras este chisme continua vigente como si se tratara de justificar las vendettas, en Francia el reelecto presidente insiste en la posibilidad de ahorrar dineros de pensionados, sin que países como Nicaragua y otros que han reaccionado en contra de medidas similares, hayan logrado impedir que este tentador pensamiento de supuesto ahorro, ponga en jaque a las personas trabajadoras, a las cuales el capitalismo extremo excluye de la posibilidad de laborar formalmente desde los 51 años sin importar cuál sea la experiencia académica acumulada en apenas dos décadas de empleo. ¿De dónde sacará México gobernantes que entiendan esto en lugar de afirmar cínicamente que somos competitivos a partir de nuestros castigados salarios? ¿Podemos aspirar a un gobierno que haga de las detenciones trascendentes la constante y no solo un evento aislado, para quedar bien con los extraños y capacitar a los que no acaban de entender cuáles son las consecuencias en los supuestos de la manipulación mediática? Por lo pronto, es una buena noticia –no muy difundida, por cierto- que haya aparecido con vida una chica de 16 años levantada en una estación del Metro, como también lo es, que hayan dejado en libertad a una mujer marginada, a la cual se le cayó una refacción de su lavadora de ropa, cuando esperaba su turno para entrar a ese trasporte masivo que un día sí y otro también sufre accidentes por deficiente mantenimiento.