>> Muy lejos de la candidatura presidencial
>> Erró el camino; se fue por donde no era
FRANCISCO GÓMEZ MAZA. Los hándicaps del senador Monreal son variopintos e insalvables, aunque él insista en que su objetivo, muy personal e irrenunciable, es suceder al presidente Andrés Manuel López Obrador. ¿Por qué partido?
Por donde se le vea, el zacatecano está muy lejos de una candidatura presidencial, ya sea por su actual partido, su partido porque no ha renunciado a él, pero del que está ya muy lejos; para ser preciso, divorciado. Ya sea por la ultraconservadora alianza Va por México, “guiada” por incompetentes impopulares. O por el movimiento naranja – Movimiento Ciudadano- de su amigo, el senador, el exgobernador y exconvicto veracruzano, Dante Delgado Ranauro. No olvide, amigo lector, que Monreal ya fue miembro de esa formación desgajada del viejísimo priismo.
El líder de la mayoría en el Senado es un personaje muy sabio en materia de derecho, un gran letrado en la filosofía positivista; es uno de los catedráticos más sobresalientes de la Facultad de Derecho de la UNAM. Muy inteligente, sumamente, diría. Sin embargo, su IQ no le ha dado para descifrar cuál es el camino más directo para ser plenamente popular, para abrazar y abrasar a las grandes mayorías del morenismo, que es fuerza letal para las oposiciones.
Y ocurre lo mismo del lado de los opositores de izquierda y de derecha. Si el senador zacatecano decide ser el candidato presidencial de La Alianza va Por México tendrá la derrota asegurada, porque la Alianza no representa a la mayoría del electorado, ni yendo a bailar a Chalma, como dice el adagio popular.
Igual ocurriría si el PAN, la endeble fuerza partidista de México, la más reaccionaria, ultraconservadora y tocada por la ligereza política, apadrinada por la organización extremista, nazifacista, cristera, hitleriana, El Yunque, cómplice del partido más reaccionario de España, Vox, lo presentara como su candidato.
Claro que el PAN está liderado por reaccionarios analfabetas ideológica y políticamente, encabezados por neopanistas a los que les falta la enjundia de sus padres fundadores, que fueron conservadores de cepa, platónicos, tomistas, gente seria, filosóficamente bien fundamentados, luchadores de conciencia, políticos honestos, de los cuales no queda uno solo en la estructura albiceleste. Y los líderes albicelestes actuales no aprendieron nada de aquella generación de sabios, encabezados por Don Manuel Gómez Morín, quien por cierto fue integrante de aquel grupo denominado Los Siete Sabios, en el que participaban personajes de las diversas y contradictorias posiciones filosóficas y políticas.
Imposible que un panista advenedizo –v.gr un Santiago Creel- pueda renunciar a sus propios intereses para dar la preferencia y todo el poder a un extraño como Ricardo Monreal.
No hay lugar pues para el catedrático universitario, ni en su propio partido . Morena- ni en los “partidos” de la oposición al presidente López Obrador.
Y en caso de que fuera abanderado por alguno de estos partidos o por todos en coalición, tampoco tiene futuro el senador. Los momios favorecen a Morena, el movimiento-partido político fundado por el actual presidente de la república, cuya popularidad casi llega al 70 por ciento de la población. Y con ello ocupa el segundo puesto entre los mandatarios más apoyados popularmente en todo el mundo.
¿Monreal está perdido?
La verdad es que muchos no quisieran verlo perdido. Les representa mucho, un cambio de rumbo entre el viejo y el nuevo régimen. Obvio que muy lejos de la Cuarta Transformación de la Vida Pública Nacional que, para él, para el zacatecano, es el instrumento de la “polarización” entre mexicanos que, en realidad y no por el nuevo discurso, siempre han vivido polarizados por la profunda división entre unos pocos que tienen y gozan de todas las riquezas, y muchos, muchísimos, millones, que no tienen nada y que son masacrados por la pobreza, y por leyes que han sido creadas para la protección de los poderosos de la acción de las inmensas masas de miserables, pobres y clases medias.
Por la representación de las grandes masas para jugar por la presidencia de la república, Monreal no tiene oportunidad de triunfo.
Por la oposición, si es que lo tomara en cuenta, Monreal tampoco tendría posibilidades de triunfo.
Por el momento, la formación que se alza con la mayoría es Morena. Quiérase o no.
Así. El senador Monreal no tiene ninguna posibilidad de colmar sus aspiraciones.
Pero él se lo buscó. Seamos honestos. No jugó con claridad en su relación con los dirigentes del partido. No jugó con claridad en su juego de desayunos con el presidente López Obrador, quien ya le dijo y no muy entrelíneas que “siga su camino”
Por lo pronto, Monreal intentará sacar raja de todo. Por el momento está poniendo trabas a la iniciativa presidencial de reforma electoral, el llamado Plan B que AMLO envió a la Cámara de Diputados en lugar de la iniciativa de reforma constitucional que fue rechazada por la oposición con mucha facilidad, pues el partido Morena no cuenta con la mayoría suficiente para aprobar una reforma a la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.
Ésta es la historia.
Éste será el fin de la historia.