ALETIA MOLINA. Sin recato alguno, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos de México ha tomado partido abiertamente por el proyecto de reforma electoral de López Obrador. La comisión, que según la Constitución, tendría que actuar con autonomía del Ejecutivo, publicó el domingo un exhorto a los legisladores federales para que eliminen los “privilegios” del Instituto Nacional Electoral, que modifiquen la manera como se designan los consejeros y faciliten las consultas populares; tres demandas centrales de la iniciativa presidencial, que ya se negocia en comisiones de la Cámara de Diputados entre Morena y la alianza opositora Va por México, integrada por el PAN, PRI y PRD.
El INE afirma que la CNDH no tiene competencias para intervenir en asuntos de la materia electoral y acusa una invasión de facultades. La comisión, en una actitud descarada, se escuda en el argumento de que defiende el derecho del pueblo a la democracia.
El poco usual pronunciamiento de la CNDH contra el INE cae en un periodo de varias semanas en que los titulares de ambos órganos autónomos han cruzado señalamientos y críticas sobre su conducta institucional.
El martes de la semana pasada, el presidente del árbitro electoral, Lorenzo Córdova, afirmó que la reforma de López Obrador persigue la “captura” del INE por parte de un partido político, sin precisar un nombre. “La reforma electoral no siempre es un mecanismo para mejorar lo que se tiene, puede también ser un mecanismo para regresiones antidemocráticas”, dijo el funcionario en una conferencia. Córdova declaró que la CNDH era un ejemplo en México de una institución capturada.
La comisión, que encabeza Rosario Piedra Ibarra como “defensora del pueblo”, replicó que los “comentarios descalificatorios” de Córdova son un “pretexto” para resistirse a la transformación del INE. La CNDH dijo incluso que el órgano electoral ha actuado de manera parcial y se remitió a la época del partido único, en que las elecciones eran vigiladas por la Secretaría de Gobernación, que fue artífice del episodio de la “caída del sistema” de 1988 que le dio un cuestionado triunfo a Carlos Salinas de Gortari. “El comportamiento a últimas fechas y el historial mismo del INE, salvo reducidas excepciones, es el mismo historial del Instituto Federal Electoral (IFE) y de la otrora Comisión Federal Electoral (CFE). Órganos autónomos únicamente de nombre, instrumentos parciales, de sabotaje de la voluntad del pueblo, que sólo han servido para el mantenimiento de vicios que por años, si no es que por siglos, han manchado nuestros procesos electorales”, acusó la CNDH, bueno, la señora Piedra.
La CNDH también se pronunció por que se reduzcan los “privilegios y gastos onerosos injustificados”, algo que coincide “casualmente” con posiciones del presidente, quien ha señalado a los consejeros electorales por sus sueldos.
Con el argumento de defender “el derecho pleno a la democracia del pueblo mexicano”, la comisión llamó a los legisladores a explorar un nuevo esquema de designación de los integrantes del INE que garantice su independencia de intereses partidistas. Actualmente, los consejeros son designados por mayorías en el Congreso tras la evaluación de sus perfiles. La iniciativa de López Obrador propone que sean postulados mediante listas elaboradas por el Ejecutivo, el Legislativo y la Suprema Corte de Justicia, para que luego se lancen a la búsqueda del voto popular, una propuesta que el Consejo de Europa ha dicho que, contrario a lo que se argumenta, comprometería la imparcialidad de los integrantes del INE.
@AletiaMolina