*Muchachón
LUIS REPPER JARAMILLO. ¡El principio del fin! Como si fuera torre de naipes, la Transformación de 4ª, Andrés Manuel López Obrador y Morena se desmoronan, caen como fichas de dominó… por ellos mismos.
Aquellas frases de “honestidad valiente” “no somos iguales” valieron madres.
Cumplieron un objetivo: ganaron la elección presidencial de 2018, legal y legítimamente, pero… cuando no se tiene perfil profesional para el cargo, es corrupto, mentiroso, soberbio, inmoral, nepota, patán, inepto, además no presentó el examen de control de confianza, el resultado es contundente: fracaso de una gestión que de origen nació mal y por ende su ruta y conclusión es el desastre.
Lamentablemente, en México, con insipiente democracia, un hocico muy grande, incapacidad de sostener un triunfo inobjetable, cambiarlo por perversidad económica, “poder”, entreguismo, sumisión, soberbia y traición a la Patria, arroja lo que hoy padecemos más de 130 millones de mexicanos, (incluidos sus chairos) nación moribunda, en inanición, sucumbiendo ante la complacencia de quien se sentía “diferente” a los demás, “no somos iguales” … son peores, infeliz.
Como dice el dicho, “siempre hay un roto para un descocido”. Resulta que el miserable de Palacio Nacional encontró sus pares en Morena, Transformación de 4ª, “floreros y larvas” que placenteramente observan y atizan la destrucción de México, mientras roban la riqueza nacional, sabedores que en 2024 todo perderán. Pasarán al juicio popular y de la historia como el sexenio más corrupto, incapaz, ratero, inhumano, rapaz, inculto, ineficiente, traidor, muchachón.
Ellos fueron los arquitectos de su propio destino: mentiras, engaños, corrupción, patrañas, nepotismo, simulación, arreglos perversos de espalda a la nación. Amoríos de Andrés Manuel con la delincuencia organizada (especialmente con el Cartel de Sinaloa, de la familia Guzmán López). Defensa a ultranza de sicarios, asesinos, gavilleros, gatilleros, desde diciembre de 2018 cuando gritó a los cuatro vientos “amnistía: perdón y olvido”, “ellos también son humanos y respetamos sus derechos”. Más adelante se echó otra balandronada en pro de sus correligionarios “cuidamos a las bandas porque también son seres humanos”.
Evidencia de su afinidad con la delincuencia que asesina, es el balance de 4 años de inseguridad en el país. Más de 135 mil homicidios dolosos a manos de los carteles que cogobiernan el país (incluida la Ciudad de México). 135 mil hogares sin padre, madre, hijos, hermanos. Pequeños huérfanos abandonados a su suerte, familias desintegradas por el “cuidado” de López Obrador a grupos delincuenciales (mientras esté en Palacio Nacional lo protegerán, apapacharán, procurarán), después del 24 ¿quién sabe?
Los desatinos, ocurrencias, errores, balandronas, súper ego de Andrés, llevan a México a la parálisis económico/financiera, laboral, sanitaria, educativa; a la desgarradora inseguridad que contabiliza en sólo 46 meses de (des) gobierno más de 135 mil asesinatos dolosos y contando, de lo cual acusa (cobarde) a los gobiernos de Felipe Calderón (PAN) y de Enrique Peña (PRI) del fracaso de su ingobernabilidad, fracasos, incapacidad, pues en el mismo periodo que contamos no ha sabido resolver lo que heredó, pese a que en sus ofertas de campaña electoral tenía todas las soluciones, ya en Palacio Nacional tiene todas excusas para esconder su fiasco.
Era natural que, a casi 4 años de apoltronarse en la Silla del Águila, dado los lamentables y pésimos resultados, la ciudadanía -miles de chairos, pejezombies, amlovers, aduladores, adoradores, pagados, botts- hayan abandonado la idolatría que en aquel 2018 lo llevaron al triunfo. El resto de los dignos mexicanos estamos hasta la madre, hartos, encabronados de la gestión de Andrés Manuel y dispuestos a dar el “voto de castigo” a Morena y Peje en la elección presidencial de 2024, pero antes, en el 23 en las urnas para las elecciones estatales de Coahuila y Estados de México, en donde se renovarán gubernaturas.
Esto no es más que el resultado del engaño, timo, falsedades, promesas incumplidas del candidato presidencial de Morena en el proceso de 2018, cuando en la plaza pública bajó el Sol, la Luna y las Estrellas, mendigó el voto, al prometer un “gobierno diferente”, combate a la corrupción y primero los pobres. Esas palabras vacías le dieron más de 30 millones 100 mil sufragios (hito electoral en la historia) para convertirlo en “la esperanza de México”.
Hoy, a casi 4 años de distancia es “la decepción de México” –para los mexicanos-, porque él, su infame familia y su primer círculo de larvas, tienen resuelta su vida y de 2 o 3 generaciones más. Su bandera de “primero los pobres” se ha cumplido: los ha retejodido.
Tomo las cifras más recientes (agosto 2021) del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), del propio gobierno de la Transformación de 4ª, oficiales, sobre el comportamiento y manejo de la pobreza en nuestro país.
Números, que desde luego Andrés Manuel López Obrador no acepta, critica y cuestiona, bajo su peregrino “yo tengo otros datos”. A los hechos: el priista Enrique Peña Nieto, heredó a su sucesor 56 millones de pobres. De esto, el Peje hizo bandera de campaña, alardeó “primero los pobres” (pero nunca dijo si los sacaría de la situación o los hundiría más), la gente (chairos) le compró la promesa y vendieron su voto.
No pasaron más de 60 días después del 1 de diciembre de 2018, cuando López dio la primera “puñalada trapera” a los marginados. Despidió burócratas (salario mínimo), por honorarios, temporales, por comisión, etc. en total sacrificó a más de un millón de trabajadores, sostén de familias. No le importó.
Dos años después (2020), en sólo 730 días, Andrés Manuel había sumado 2 millones 100 pobres a los heredados. Todo un récord. El CONEVAL informó que, al segundo año de la T4a, López contabilizó 58 millones 100 mil menesterosos. Su promesa de “primero los pobres” se cumplía. Primero los pobres más jodidos.
CONEVAL, con un manejo de números a su estilo o “sus datos”, informa que de 2018 (inicio de la T4a) a 2022 se han sumado 6 millones 100 mil pobres. Pero el escenario es más alarmante: en un Monólogo de su Soberbia escupió una desafortunada, estúpida y clasista declaración al calificar a la clase media de “aspiracionista”, “traidora”, “inescrupulosa”, individualista”, “egoísta” y más, por lo que prometió crear otro estrato social. Woow.
En fin, tras esta infamia, la clase media cayó. Sí, perdió posición y de su escala social bajó a pobreza, quienes detentaba ésta, descendieron a pobreza extrema y éstos se ubican ahora en pauperización.
Desde el inicio del sexenio este es su objetivo, hacer más pobres a los pobres, como respuesta a las órdenes del Foro de Sao Paulo de crear millones de miserables en México, que supliquen dádivas, migajas, misericordia al gobierno oclocrático de Andrés Manuel, para tenerlos en sus manos por “lo que necesiten”: votos, coacción, adoctrinamiento, despensas, becas, acarreos, bloqueos, marchas, desmanes, etc. que miren al dictadorzuelo como mesías, guía, Dios, Imán. Por eso su bandera electorera de “primero los pobres”, ¡ya vemos por qué!
Odia, desprecia, se indigna contra la gente pensante, aspiracionista, profesionista, decididora, con iniciativa, la clase media, porque no se deja manipular, sojuzgar, engañar, pisotear.
Esta es la mentalidad –de las pocas neuronas que le quedan- de un sujeto improvisado, impreparado, miserable, incapaz, que, por sus propias acciones, decisiones, ocurrencias, locuras, tiene a México, moribundo, inseguro, atrasado: en la mira de naciones tiránicas como Rusia, China, Venezuela, Nicaragua, Cuba, que influyen en López para acercarnos a esa degradación de la democracia. Muy obediente camina hacia allá, ante el rechazo, enfado, alarma de una nación –lamentablemente desunida- que en 2023 y 2024 reaccionaremos.
Sólo nos quedan tres recursos que podrían salvar esta perversa tiranía de Ya Saben Quién. Primero, defender –cada mexicano, en su ámbito- al INE, sin él, el oclócrata lograría su objetivo. Dos, impedir –a través del voto razonado y útil- que las elecciones de Coahuila y Estado de México, las gane Morena. Tres, en la madre de todas las elecciones, la presidencial y legislativa (cambia Senado y Diputados federales) en 2024, ni un voto al partido en el poder (Morena). Rechazar con este derecho que nos asiste de elegir representantes dignos, honestos, profesionales, capacitados, cualquiera de las “corcholatas” del Peje (Ebrard, Monreal, Adán Augusto o Sheinbaum) gane votos limpios, dignos, honestos –como el suyo, el mío, de sus familiares- Apliquemos “voto de castigo” a todo lo que huela, apeste, hieda, a Morena, guinda o López Obrador.
Aún no entro al análisis de la podredumbre de Morena, Andrés Manuel, Transformación de 4ª, que exhibe Traición a la Patria que hace este gobierno de boñiga. Me refiero a las revelaciones del Libro “El Rey del Cash” y el Hackeo a los archivos “confidenciales” de la SEDENA. Allá voy.
*Colaborador de los Grupos Editoriales Digitales radioexpresionmexico.com, mexiconuevaera.com, pausa.mx, revistapeninsular.com.mx, aldeadigital.mx