*En un evento de más de cuatro mil asistentes en la Plaza Juárez, el nuevo mandatario rindió protesta anunciando devolverle a la política la dignidad y a los políticos su vocación social y de servicio público; prometió además regirse en todo momento por los principios de la Cuarta Transformación: “No mentir, no robar, no traicionar al pueblo». Y llamó a los hidalguenses a la conciliación, la armonía y al trabajo en conjunto entre sociedad y gobierno. Al acto asistieron los presidenciables Marcel Ebrard, Claudia Sheinbaum y Adán Augusto López
ANTONIO ORTIGOZA VÁZQUEZ (@ortigoza2010/ Especial de Expediente Ultra). Al asumir la gubernatura del estado de Hidalgo, Julio Menchaca señaló que «después de 93 años, el pueblo de Hidalgo decidió un cambio de rumbo»; «llegó el momento de poner orden» a la vez, que llamó a sus conciudadanos a «la conciliación, la armonía y el trabajo en conjunto».
Todo ocurrió en un emotivo acto multitudinario en la Plaza Juárez, donde se concentraron algo más de cuatro mil hidalguenses para atestiguar el ceremonial que antaño tenía lugar intramuros del recinto oficial del Congreso estatal.
Ante esa multitud y decenas de invitados especiales, el nuevo mandatario hidalguense -postulado por Morena- destacó su convicción de que la alternancia en la entidad es una realidad y que «la esperanza venció a la imposición» y con gesto emotivo expresó: «¡En Hidalgo ya inició la transformación!».
No pasó desapercibida la presencia en el acto político de los tres precandidatos virtualmente oficiales a la candidatura de Morena a la presidencia: La Jefa de Gobierno de CDMX, Claudia Sheinbaum; el Secretario de Gobernación, en calidad de representante oficial del presidente López Obrador, Adán Augusto López y el canciller, Marcelo Ebrard, pero además, el «cuarto precandidato», ése en calidad de «convidado de piedra», el líder senatorial de Morena, Ricardo Monreal, quien recibió afectuoso saludo del mandatario estatal.
La lista de invitados de honor fue amplia y prolija y Menchaca dio lectura puntual a una larga relación, lo mismo de senadores que de diputados, además de casi todos los gobernadores surgidos de Morena, a manera de evidente muestra del poder y consenso políticos alcanzados por un partido relativamente joven, surgido por el empuje, habilidad y carisma del Primer Mandatario del país.
En ese escenario multitudinario, el gobernador Menchaca recordó que el pueblo hidalguense «decidió un cambio de rumbo» para eliminar las malas prácticas de un sistema «que ya se fue para siempre» y prometió desmantelar lo que «nos ha lastimado a todos» y que dará paso a un nuevo régimen, que comenzará con la transformación.
Dejó muy en claro su convicción de que «ha llegado el momento de poner orden» a la vez que pidió tener confianza «pues no les voy a fallar, lo mejor está por venir».
Reiteró que ha llegado el momento de devolver al ejercicio del poder el sentido ético y moral, quitarle la frivolidad, la opulencia y el derroche.
Puntualizó: «Debemos devolverle a la política la dignidad y a los políticos su vocación social y de servicio público»
Prometió regirse en todo momento por los principios de la Cuarta Transformación: No mentir, no robar, no traicionar al pueblo».
«Después de 93 años -rememoró el gobernador- la ciudadanía hidalguense decidió de manera libre y democrática hacer un cambio de rumbo para terminar con las malas prácticas del viejo sistema. Hay muchos problemas, antiguos y complejos, pero unidos podremos superarlos, porque con el pueblo, todo; sin el pueblo, nada».
En otro sentido, Menchaca llamó a los hidalguenses a la conciliación, la armonía y al trabajo en conjunto entre sociedad y gobierno, «como reflejo de la nueva realidad política que vive el estado y que «por eso manifiesto hoy mi respeto a todas las expresiones y actos políticos en la entidad».
Anunció con firmeza que se erradicará la corrupción y la impunidad para llevar los recursos públicos donde la gente lo necesita.
El entusiasmo de los miles de presentes hizo retumbar la Plaza Juárez desde el preciso momento en que el gobernador llegó con sus invitados, y se acercó a las vallas, donde saludó de mano a quienes le aplaudían, por varios minutos, además de recoger peticiones por escrito y algunas demandas de justicia, todo en medio de un estruendoso júbilo de los presentes.
Así las cosas, después de que 27 gobernadores llevaron las riendas del poder político hidalguense bajo las siglas del PRI, ha llegado la alternancia por primera vez a Hidalgo. Sin duda vientos de justicia y cambio, comenzarán a sentirse en todo el estado.