Cada hombre da testimonio del dios que lo creó. Stefan Zweig.
FLORENCIO SALAZAR ADAME (SemMéxico. Guerrero). Arcadia Centro Cultural abre sus puertas con el propósito de servir a la comunidad de Chilpancingo. Nuestra ciudad capital se ha ampliado demográficamente y al mismo tiempo se ha hecho más estrecha. Con más de 500 colonias populares la demanda de empleo y servicios es evidente. Se deben atender sus demandas porque estamos viviendo la época de la indignación social, que puede ser explosiva. La protesta ciudadana es global. Siendo diferentes sus manifestaciones la causa –una sola– es la misma: la desigualdad. La desigualdad de los migrantes, la desigualdad de los desplazados y desparecidos, la desigualdad de los pueblos indígenas y campesinos, la desigualdad de género, la desigualdad de las madres solteras, la desigualdad de los desempleados, la desigualdad de los enfermos, la desigualdad de los adultos mayores, la desigualdad de los niños de la calle, el cambio climático. Todo y más consecuencia de la riqueza concentrada en pocos, la pobreza concentrada en muchos. Agudo resultado de una sociedad que se robotiza y se deshumaniza.
Desde siempre la cultura tiene una misión fundamental: crear conciencia sobre los valores de una sociedad, romper paradigmas y crear nuevos modelos, que pueden ser incomprendidos y hasta escandalosos. La literatura y las bellas artes no tienen como fin el ocio y la decoración; tampoco el disfrute de unos cuantos. Señala Nuccio Ordine: “Existen saberes que son fines por sí mismos y que – precisamente por su naturaleza gratuita y desinteresada, alejada de todo vínculo práctico y comercial– pueden ejercer un papel fundamental en el cultivo del espíritu y en el desarrollo civil y cultural de la humanidad”. En ese contexto, Nuccio Ordine considera “útil todo aquello que nos ayude a hacernos mejores”.
Arcadia está orientada a ese propósito: ayudar a hacernos mejores. Este centro cultural está conformado por la sala de exposiciones LetiZia, en memoria de la artista grabadora Leticia Zubillaga. La editorial independiente AvispaRoja, que ha publicado ya su primer poemario Tardes de Café de Fernanda Ortiz y de próxima aparición dos más: Hey, no me vayan a olvidar de Jaime Irra y Los sueños de la nostalgia de la colombiana Eddy Galvis. También la publicación del quincenario AvispaRoja –presentada hace un momento– que recoge textos sobre literatura, poesía y crítica literaria, publicados en diferentes medios, y que acogerá colaboraciones. A esta aula la hemos nombrado Héctor como muestra de hondo afecto a Héctor Astudillo Flores. En unas semanas más iniciaremos, en este espacio, el ciclo de cine de arte. Queda pendiente la instalación de la Biblioteca Humberto y Juan, en homenaje a Humberto Ochoa Campos y Juan R. Campuzano, los sabios amigos de un joven inquieto.
Esta biblioteca estará integrada por mi acervo personal de aproximadamente cuatro mil volúmenes. Si bien las instalaciones cuentan con la Ítaca Café y un hotel de seis habitaciones, no persigue fines de lucro. Sus actividades económicas tienen como fin dar sostenibilidad al proyecto y no depender de voluntades ajenas a la libertad creativa y al pensamiento plural. Aspiramos que este lugar sea un referente para la lectura de poesía, presentación de libros, talleres sobre escritura y expresión oral, exposición de pintura, grabado y escultura.
Acogeremos, con especial agrado, las expresiones de nuestras culturas ancestrales. En Ítaca Café seguiremos las costumbres argentina e italiana en donde los usuarios pueden pagar –si así lo desean– doble su café, depositando en un recipiente transparente una de las notas. Las personas de escasos recursos pueden tomar una para tener una bebida gratuita.
También pondremos un librero con dos modalidades: el libro viajero, que podrá llevarse el usuario y, cuando termine su lectura, pasarlo a otro lector; y libros para leer en la cafetería. Haremos lo que esté a nuestro alcance por fomentar la lectura.
Disponemos de un amplio programa, a ejecutar entre el primero de septiembre y el 15 de diciembre del año en curso. Señalo algunas actividades: El maestro Kijano dará la conferencia La muerte en el arte y la poesía; el maestro Leonel Maciel sobre El arte y el erotismo; el poeta Pedro Serrano presentará su libro La construcción del poeta moderno; el poeta colombiano Fernando Denis su reciente texto La mujer que sueña en las murallas; Kira Galván, Malitzin; Ángeles Manzano y Ethel Krauze, Poesía a dos voces; Mónica Soto Icaza, Tacones al vuelo; Haydee Colmenares, Reinventando el pasado; Belina Soto, El cáncer de mama y el empoderamiento de las mujeres; Elia del Moral, Sexualidad y feminismo; Sara Lovera El feminismo moderno; Isaías Alanís, El creador como narrador, poeta, compositor y trovador; el filósofo Jorge Rendón Alarcón, su libro Sociedad y Conflicto en el Estado de Guerrero 1911-1995; el historiador Jaime Salazar Adame, El pasado que nos persigue. Habrá un Taller de oratoria coordinado por Olivia Hidalgo Domínguez; Sofía Gamboa, la poesía y la obra gráfica Dónde está el perfume del árbol más reciente de Florencio Salazar y Leticia Zubillaga; Concierto de Cirilo Montoya, compositor e intérprete. Iniciamos hoy la Expo Zubillaga, disponible por 30 días; la seguirán Lo próximo y lo lejano de Erika Cárdenas; Entropía lirica de Javier Fernández; y Mirada bajo la piel del maestro colombiano Darío Ortiz.
Arcadia es un nombre emblemático. El reino de Arcadia, ubicada en el Peloponeso, era gobernada por el rey Arcas, hijo de Zeus, “nombre metamorfoseado en oso”. Y la fuerte mujer de la triple A: Arcadia Adame Aponte, merece este homenaje al imponerse su nombre al Centro Cultural. Agradezco a mis hermanos Javier, Gustavo, Jaime y Amelia su asistencia, a los que sin poder asistir están presentes:Guillermo y Beatriz; y a los que asisten desde su ausencia, Alberto y Carlos. A mi abuelo Florencio, a mi padre Florencio y a Florencio y Alejandra, Fernanda y Sofía, mis hijos. Por supuesto, a Martha Ofelia, que ha resistido mis sueños y mis tormentas.
Se convocará anualmente al Concurso de Poesía Arcadia y el premio correspondiente se entregará cada 12 de enero, fecha del aniversario del natalicio de mi madre. Las raíces son también las ramas y las hojas, los cantos y el viento, la tierra y el cielo. La vida es la sucesión prodigiosa con inexorable final. Nos miramos en el espejo de nuestros muertos y sus reflejos nos avisan de que otros se mirarán en nosotros. Un día, cualquier día, en cualquier momento, volveremos a la esencia de las cosas, a esos movimientos subterráneos que expulsan y atraen. No iremos a la nada porque somos materia; no quedaremos inertes porque somos espíritu. Con el Dios de nuestra fe y de nuestras creencias, nos atamos a nuestros antepasados que nada saben y nada sienten; temerosos, nosotros, más que de la muerte, del olvido.
Como quiera que sea, es nuestro deber proveer a la comunidad de los que nuestra comunidad nos ha provisto. Me he dedicado a la política. He trabajado duro y he tenido oportunidades satisfactorias. Sé, por lo que significa el esfuerzo de ser y crecer, que lo indispensable es menos de lo necesario, pero para disponer de lo necesario no se necesita la acumulación, que nunca queda satisfecha, y termina por atarnos a la ambición desmedida. Por ello he decidido que Arcadia Centro Cultural, cuando el tiempo sea estático, pase a ser patrimonio de la ciudad. Habremos de pensar qué entidad o asociación civil debiera recibirla para mantener su misión de promoción y gestión cultural.
Se afirma que Alejandro Magno dispuso que el día de sus funerales su féretro fuera sobre los hombros de sus médicos y las manos visibles al público con el fin de demostrar que nada puede la ciencia ante el destino imbatible y que nada se puede llevar a la última morada. Lo único que podemos hacer, sin importar lo que se diga o se piense, es la consecuencia de nuestros actos.
Arcadia todo lo merece.
* Palabras en la inauguración el 10 de agosto de 2022. Chilpancin-go, Gro.