-Abrazos no Balazos enfrenta a la Iglesia y al presidente
-Cada vez es más cuestionado ese programa de la Cuarta Transformación
-No se trata de “matar en caliente” sino hacer valer el Estado de derecho
MARIO DÍAZ (El Diario de Matamoros). SI bien es cierto que el clero mexicano se ha sumado a la crítica del programa Abrazos no Balazos del gobierno de la Cuarta Transformación como consecuencia del asesinato de dos sacerdotes jesuitas en la sierra Tarahumara, también es una verdad de a kilo que los religiosos se habían mantenido al margen con otros casos de violencia con saldo mortal.
La triste realidad es que, efectivamente, la 4T no ha logrado mantener el control delincuencial y regresar a la sociedad azteca la tranquilidad prometida durante la campaña proselitista del ahora presidente de México, ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Tampoco se trata de “mátalos en caliente o desde los helicópteros artillados”, pero tampoco el argumento de que “los delincuentes también son seres humanos y tienen sus derechos”. Es decir, ni una ni otra postura es la adecuada para combatir ese flagelo que afecta a todos los estratos sociales en el país, al que no escapan políticos, funcionarios, policías, militares, jueces, activistas de derechos humanos y periodistas.
No obstante, tiene razón el presidente LÓPEZ OBRADOR cuando se pregunta en dónde estaban los sacerdotes cuando FELIPE CALDERÓN HINOJOSA declaró la guerra a los narcos sin ninguna estrategia definida. Yerra, cuando se aferra al pasado y no aporta ningún plan o proyecto que permita, al menos, ver la luz al final del túnel en el grave problema de inseguridad que se vive en gran parte del territorio mexicano.
La impunidad de los integrantes de los distintos grupos delictivos es cada vez más evidente al grado de retar y enfrentar a las fuerzas armadas dependientes de la Secretaría de la Defensa Nacional y de la Marina Armada de México. Distinto material videográfico que circula a través de las redes sociales evidencia claramente la ineficacia del programa del régimen lopezobradorista, Abrazos no Balazos.
Por supuesto que le asiste la razón a una corriente de opinión que manifiesta su descontento y hace notar que el jefe del Ejecutivo federal no está cumpliendo con su responsabilidad constitucional de defender y proteger a los ciudadanos independientemente de su filiación partidista y credo religioso. Respetar y hacer cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos es, al final de cuentas, un clamor justo, urgente y necesario.
Por tal motivo, al margen de la presunción que los colude con el conservadurismo, es objetiva la postura de tanto de la orden de los sacerdotes jesuitas como de la Conferencia del Episcopado Mexicano, que representa el pleno de la Iglesia Católica nacional.
Para el Obispo de Cuernavaca, Morelos, RAMÓN CASTRO CASTILLO, quien es además secretario de Episcopado Mexicano, el programa Abrazos no Balazos es mera demagogia del presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR. De mismo modo, el sacerdote jesuita JAVIER ÁVILA está convencido de que “ya no alcanzan los abrazos” para detener la inseguridad que afecta al país. Por su parte, el Cardenal de Guadalajara, JOSÉ FRANCISCO ROBLES ORTEGA, acusa de extorsión o cobro de piso a los grupos delictivos que operan en Jalisco, quienes les exigen el 50% de las utilidades que generen las actividades derivadas de las fiestas patronales.
En contraparte, el padre ALEJANDRO SOLALINDE confía en la estrategia de la Cuarta Transformación en contra del crimen organizado, calificándola de adecuada y funcional. El religioso considera que solo es cuestión de tiempo para observar los resultados de esa acción de gubernamental.
Por lo tanto, no es faltar a la objetividad preguntarse cuál es el objeto de mantener a soldados y marinos en las calles con instrucciones de repartir abrazos y no balazos, lo cual, por supuesto, es denigrante para cualquier elemento de tropa, oficiales, jefes o generales de las fuerzas armadas militarizadas.
La realidad de las cosas es que el Estado mexicano debe imponerse a la delincuencia organizada, primero, con las herramientas poderosas que le brinda la Constitución y las instituciones gubernamentales y, posteriormente, con el uso de las armas en los casos que sea necesario.
Sin embargo, si lo que realmente pretende el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR es colocarse en un escenario que lo catapulte a eventual nominación para un Premio Nóbel de la Paz, tal sería el verdadero argumento para sustentar la política de Abrazos no Balazos, aunque, eso sí, en detrimento de la seguridad a la que tienen derecho los ciudadanos mexicanos.
DESDE EL BALCÓN:
I.-Como suele suceder, autoridades de distintos órdenes de gobierno “presumen con sombrero ajeno” el triunfo de tal o cual indagatoria cuando en realidad las circunstancias les ponen la “charola de plata”.
Resulta que la Sedena, la Guardia Nacional y la Fiscalía General del estado de Chihuahua se adjudican la localización de los hermanos PAUL OSVALDO y JESÚS ARMANDO BERRELEZA RÁBAGO en la sierra tarahumara luego de una “amplia investigación conjunta y operativo por tierra y aire”.
La realidad es que uno de ellos fue liberado o escapó de sus captores, se escondió por 18 días en la serranía hasta que llegó a un poblado en donde le facilitaron un teléfono y se comunicó con su papá, quien a su vez dio parte a las autoridades. Con tales datos se inició el operativo “por tierra y aire” hasta llegar a la comunidad “rescatar” a JESÚS ARMANDO y posteriormente localizar a su hermano PAUL OSVALDO en una fosa clandestina.
Ambos fueron secuestrados por sicarios al servicio del narcotraficante JOSÉ NORIEL PORTILLO GIL (a) El Chueco, quien continúa prófugo de la justicia a pesar de la “amplia investigación conjunta”.
Ni hablar.
II.-La Asociación Nacional de Periodistas, Locutores y Comunicadores (ANPLC-USA) y (ANPLC-México) y Comunicadores Unidos A.C. de Tamaulipas que presiden GILBERTO CORTEZ y quien abajo suscribe al calce, respectivamente, se unen a la pena que embarga a colegas, familiares y amigos por el fallecimiento del maestro y decano del periodismo nacional Don CARLOS RAVELO GALINDO, acaecido el pasado sábado en la ciudad de México. (Q.E.P.D.)
Y hasta la próxima.