*¿Dónde la imparcialidad de la prensa, si a cada oportunidad el presidente de los mexicanos desacredita, humilla y lesiona a los propietarios de los medios y a quienes en ellos trabajan, porque considera que sirven a los gobiernos anteriores y todo lo que informan es para desacreditarlo a él y a su 4T? Sólo es la respuesta de los periodistas a los puyazos que le destrozan el estado de ánimo y el orgullo de la profesión
GREGORIO ORTEGA MOLINA. ¿Qué es lo que está siendo sometido a juicio por el presidente mexicano? ¿El periodismo, los periodistas -ambos- o esa parte de la sociedad incapaz de hacerse eco de la necesaria información para tomar decisiones?
El periodismo cumple una función esencial para las libertades y la democracia. Su independencia no está garantizada, sino en parte, por las empresas de medios (que hoy son multi: prensa escrita, TV, radio, Internet), la verdadera fuente de su poder y la fortaleza de los periodistas, depende de la sociedad que los respalda, o rechaza, de acuerdo a la posibilidad de certificar que aquellos que reúnen la información y la comparten, no la tergiversan, y los demás (analistas, colaboradores, columnistas), que son seres humanos como todos, con filias y fobias, con compromisos ideológicos o sin ellos, abren su juicio sin impostura, para compartir lo que opinan y cómo ha de procederse para la toma de decisiones.
Hay quienes consideran que la democracia sin adjetivos existe, o puede llegar a consolidarse. No ocurre lo mismo con la tarea de informar, porque ¿cómo puedes alejarte de tus propios sentimientos al seguir, paso a paso, a las madres que día a día escarban en la patria para encontrar tumbas clandestinas, y en ellas los despojos de esos familiares que dejaron de ver hace unas semanas, meses o años?
¿Cómo separarte de tus propias frustraciones, cuando constatas que efectivamente no hay medicamentos para atender a niños con cáncer, y más de 20 millones de recetas dejaron de surtirse durante 2021 en el sector salud?
Ni para dónde hacerse con tus sentimientos, cuando tienes de frente a jueces que mienten, a fiscales que se sirven de la ley para satisfacer venganzas, o magistrados y ministros que se prestan a engañar a la sociedad al no defenderla de los abusos del Poder Ejecutivo.
¿Dónde la imparcialidad de la prensa, si a cada oportunidad el presidente de los mexicanos desacredita, humilla y lesiona a los propietarios de los medios y a quienes en ellos trabajan, porque considera que sirven a los gobiernos anteriores y todo lo que informan es para desacreditarlo a él y a su 4T? Sólo es la respuesta de los periodistas a los puyazos que le destrozan el estado de ánimo y el orgullo de la profesión.
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