SINGLADURA/ Altruismo y bondad

ROBERTO CIENFUEGOS J.

Sin estridencia, ni otra motivación que la satisfacción de cambiar las vidas de niños y adolescentes mexicanos, de bajos recursos económicos y aquejados éstos por diversas situaciones o patologías médicas, representantes del denominado Grupo Scripps Mercy de San Diego, California, entre ellos Salvador Hernández y Kathy Guevara, trabajan en suelo mexicano a favor de estos sectores altamente vulnerables.

Para ello cuentan con el respaldo de los sistemas de desarrollo infantil de los estados y diversos clubes de rotarios.

“Hemos cambiado la vida de más de 14 mil quinientas personas, que no sólo son personas individuales, sino sus familias y las comunidades, ahora son personas normales que no les hacen ya bullying”, me cuenta Hernández en una charla informal en la que relata parte del trabajo que por más de tres décadas ha realizado en favor de la niñez y adolescencia en al menos la mitad de las 32 entidades del país, entre ellas Aguascalientes, Baja California, Durango, Hidalgo, Guanajuato,  Michoacán, Morelos, Puebla, Querétaro, Yucatán y Zacatecas, entre otros.

Al igual que Hernández, nacido en Michoacán, pero ciudadano estadunidense, Kathy Guevara, se ha sumado a este trabajo desde hace más de tres lustros como coordinadora del Grupo Mercy. “Uno trabaja con el corazón”, apunta Guevara, quien hace ver que la mayor satisfacción de su trabajo es ver el rostro de las personas beneficiadas y el esfuerzo de los voluntarios.

Ambos comparten la tarea de organizar y llevar a cabo una serie de misiones en distintos estados de México a favor de menores de edad altamente vulnerables del país como consecuencia de una serie de patologías, que incluyen secuela de quemaduras, frenillo corto, sindactilia (fusión de los dedos de manos o pies), criptorquidia (testículos no descendidos), polidactilia (anormalidad en el número dedos), hidrocele (hinchazón del escroto), hernia inguinal, hernia umbilical, lunares, quiste del cordón, varicocele, problemas oftalmológicos como el estrabismo y otras anormalidades.

Hernández dijo que la organización que representa se financia con donaciones y tiene como objetivo esencial mejorar la vida de las personas, en especial de niñas, niños y adolescentes que enfrentan las condiciones médicas arriba señaladas.

Dijo que justo ahora y con el  apoyo del Dif estatal y el club rotarios de San Javier preparan una nueva jornada médica en la ciudad de Pachuca, la capital del Estado de Hidalgo, donde entre el 23 y 26 de octubre próximos  en el Hospital del  Niño practicarán más de un centenar de cirugías plásticas absolutamente gratuitas con el apoyo de un equipo médico conformado por cirujanos plásticos, urólogos y cirujanos generales.

Apenas en abril pasado, concretaron casi 200 cirugías en la ciudad hidalguense de Tulancingo, totalmente gratuitas que las personas beneficiadas no podrían pagar.

Dijo que con la aprobación del Estado, llegan equipos quirúrgicos, el material para cirugías, y unas 50 personas, entre cirujanos, anestesiólogos, enfermeras quirúrgicas, post operatorio y personal de apoyo diverso. “El personal toma una semana de vacaciones y a nadie se le paga un centavo, se trata de personal voluntario”.

Aunque reacio en principio a precisar cifras y números, Hernández dijo que el costo estimado de cada una de estas misiones de apoyo médico e intervención quirúrgica, a las que también se les da seguimiento, ronda un millón de dólares. Aclaró que los médicos, cirujanos o personal médico que hace posible esto realiza su trabajo en forma altruista y sin cobrar un solo peso.

Expuso que el criterio para acometer estas misiones es tener el apoyo del Dif estatal, que va a dirigir el programa. “Nosotros colaboramos con las autoridades estatales para entrar al estado y hacer este tipo de cirugías”.

Hernández reconoció igualmente el apoyo de los clubes rotarios en México, Hidalgo y el Club 33 y La Joya, ambos de San Diego, California, para impulsar estas jornadas médicas, asociadas a una cultura altruista que procede mayoritariamente de fundaciones en Estados Unidos.

“Estoy muy agradecido de hacer esta labor que sirve para cambiar las vidas de las personas. Es una satisfacción dar a la comunidad”, dice Hernández, quien reconoce la inspiración de su maestro, Ricardo Escandón (qepd), quien solía decir -recuerda- “uno está aquí hasta que muere y mientras se pueda se hará”.

Una labor encomiable, sin duda, que deja ver generosidad, compromiso social y bondad, un valor éste último cada vez menos frecuente en el mundo de nuestros días, y que vale la pena destacar, y aún emular.

@RoCienfuegos1

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