Crimen arremete frente a pasividad de gobierno y amplía dominio territorial
MIGUEL A. ROCHA VALENCIA
Dicen los “eruditos” que en política no hay espacios vacíos y lo mismo ocurre en seguridad. Tanto que, a pesar de los amagos de la 4T por combatir al crimen, éste se envalentona y muestra su poder ampliado su dominio territorial, logístico y financiero a grado tal que los mexicanos se volvieron trasnacionales e invaden otras latitudes.
El poder económico, político y de fuego de la delincuencia alcanza niveles insospechados y lo demuestra de manera cínica ante un gobierno que no se decide a atacarlo de frente como lo demuestra la reciente instrucción a los militares a quienes se autorizó a responder fuego con fuego.
Y es que a pesar de contar con equipos logísticos y de personal con altos niveles de inteligencia y saber ubicaciones o movimientos de los criminales, la corrupción o simplemente la falta de “permiso” a los agrupamientos castrenses les impide actuar no a la defensiva sino de manera preventiva arremetiendo con toda su fuerza contra los grupos criminales.
Mientras, los delincuentes especialmente los que no cuentan con la protección o simpatía oficial, se hacen ver y miden fuerza con la autoridad. De ahí las masacres entre ellos o frente a las fuerzas armadas.
Por eso las masacres de “sicarios” en Guerrero y sus 19 muertos sin heridos como antes ocurría en la guerrilla; los 10 acribillados la semana pasada a una familia de comerciantes que se negaron a someterse a la delincuencia mientras la gobernadora Evelyn Salgado hacía el ridículo dizque cantando, igualita a su padre el impresentable y agresor de féminas Félix que de crimen organizado sabe mucho al igual que el sinaloense Rubén Rocha Moya.
Pero la situación deberá cambiar no sólo por los amagos del reelecto presidente de Estados Unidos sino porque los criminales envalentonados por la inacción oficial y la impunidad de que gozan, ahora masacran en sitios que no son sus reductos tradicionales como Querétaro donde irrumpieron en un antro y causaron una masacre.
Ni siquiera se puede olvidar lo que sucede en Chiapas ni mucho menos en Tabasco donde los grupos delincuenciales hay sentaron sus reales y quienes saben afirman que no sólo se trata de corredores por donde llega la droga procedente de Centro y Suramérica, sino también del consumo diversificando las empresas criminales con la trata de personas con la extorsión al comercio, prestadores de servicios, contratistas y a las mismas autoridades en el otorgamiento de contratos y compras oficiales.
Los tentáculos de los criminales mexicanos no sólo llegan a todo nuestro continente sino que como ya se vio, alcanza a Europa, no sólo España donde se encontraron a células del cártel de los Chapos, lo cual demuestra que se trata de empresas trasnacionales que se surten a sí mismos de insumos para la generación de drogas sintéticas y “naturales”.
Eso las hace más fuertes porque ya no sólo hay un canal de suministro como era la conexión Colombia México, hoy puede ser Ecuador, Perú, Brasil, Colombia o cualquier otro americano o uno o varios miembros de la Comunidad Europea o asiática.
La verdad, aunque no lo quieran aceptar los cuatroteros se trata de una auténtica guerra contra el crimen si es que realmente se pretende no eliminarlos, pero sí controlarlos. Y es que antes, la autoridad “renteaba” a los delincuentes como en tiempos de Genaro García Luna, hoy parece que los cárteles se brincaron las trancas y son ellos quienes imponen condiciones.
El asesinato de un mando de la Marina en Colima es muestra de ello. El criminal va a matar mientras que el uniformado está con las manos atadas, aunque haya algunos casos donde de plano atacan con resultados de puros muertos, sin heridos ni detenidos.
No es solo una guerra contra el crimen sino también la corrupción que genera especialmente hacia los políticos, muchos de los cuales ya no se sabe si son delincuentes o servidores públicos como Rocha Moya o Alfonso Durazo que de esto al igual que el coordinador de Morena en el Senado y se apellida López, saben mucho, o ¿No don Ricardo Monreal?
Es decir, la lucha contra el crimen debe ser integral y no sólo se trata de atrapar o matar gatilleros o algunas de las más de mil cabezas que ya tiene la delincuencia “tradicional” sino también contra aquellos vestidos de políticos o empresarios.
La verdad se ve cada vez más complicado, pero entre más tarden, se pondrá peor, eso si en verdad quieren apaciguar al país. Lo dudo.