
*Para César y Javier Duarte la ley; para Adán, Javier, Rubén, Américo y Rocío, impunidad
MIGUEL Á. ROCHA VALENCIA
Una vez más, Morena advierte a sus adversarios, críticos y opositores que la aplicación de la Ley es suya, que ninguno de sus militantes será juzgado a pesar de ser criminales comprobados y que el poder Judicial de acordeón, ya fue sometido.
La recaptura del exgobernador de Chihuahua, César Duarte Jáquez y la negativa para liberar a Javier Duarte de Ochoa, ex ejecutivo de Veracruz bajo cargos que los vuelven a juzgar por los mismos delitos por los que ya pagaron o que la fiscalía General de la República se sacó de la manga, tienen el objeto de “poner orden en la casa” y advertir a los políticos de oposición que para ellos se aplicará la Ley de Morena aunque se violen los pocos principios constitucionales que aún existen o se pasen por alto reglas de derecho internacional.
También, se les está diciendo que no hay juegos, se alinean o van contra ellos ya sea con procesos penales inventados que los hagan pisar la cárcel o en el caso de gobernadores opositores, ahogándolos presupuestalmente como ya lo dijo la dirigente formal de Morena, Luisa María Alcalde.
Para eso tienen no sólo el poder de un Ejecutivo con sus instrumentos de cuchillo y garrote en la fiscalía general de la República, el Servicio de Administración Tributaria y la Unidad de Inteligencia Financiera de Hacienda, sino también a jueces que obedecerán la consigna que llegue desde palacio Nacional para cuadrar carpetas de investigación o simplemente imponer, de entrada, prisión preventiva a quienes se atrevan a desafiar el poder.
Desde la FGR y el nuevo poder Judicial se advierte que si se les pone el dedo, no importará la inexistencia de pruebas o que su caso sea cosa juzgada ya que si fuera necesario como en el asunto del impresentable chihuahuense, harían el truco de hacer penales los temas administrativos o pasar del fuero común al federal, el chiste, será meterlos a la cárcel, como ya se vio.
Fue María Jazmín Ambriz López, jueza de Control del Distrito Judicial de Ecatepec del Poder Judicial del Estado de México, quien, en este caso, desoyó los argumentos de una defensa que planteó que el ex mandatario será juzgado por tercera ocasión por los mismos delitos. Dicen que el tema son menos de 100 millones de pesos.
Y está bien, a la mejor Duarte Jaquez la debe y tiene qué pagar, lo mismo que el veracruzano Javier Duarte de Ochoa a quien otra juzgadora de la pasada elección judicial, le negó la libertad cuatro meses antes de cumplir su condena, bajo el argumento de ser desobediente. Seguramente ya le están tendiendo una nueva “camita” para dejarlo encerrado otro rato en el reclusorio norte.
Pero para los de casa, ni investigación a pesar de que se trata de cientos de miles de millones de pesos; tan sólo la trama del huachicol y fraude con hidrocarburos que obligó a la remoción del exfiscal de los pies fríos (otro impresentable) porque se involucró a intocables y rebasó la esfera de los criminales comunes para alcanzar las esferas políticas del morenismo con Adán Augusto y Andrés López a la cabeza. De la barredora hablaremos en otro espacio.
Todo apunta al sureste, a Tabasco y Chiapas aunque los reflectores iniciaron en el norte con el rey del huachicol y benefactor de Morena, Sergio Carmona Angulo, quien por rajar con el FBI, fue asesinado en el municipio “más seguro” de Nuevo León en mancuerna con el Señor de los Buques, Roberto Blanco Cantú, para pasar a los sobrinos del exsecretario de Marina, Rafael Ojeda Durán, el vicealmirante Manuel Farias Lagunas y al contralmirante Fernando Farias Lagunas sin que a la trame falten capitanes encargados de aduanas (dos asesinados) ni el nuevo almirante Ramiro Lobato Camacho, inspector general de la Marina.
Como diría el prócer de Macuspana, ni modo que la titular de Energía, Rocío Nhale o el director de Pemex Octavio Romero Oropeza no supieran del saqueo de hidrocarburos o que los titulares del SAT y UIF no tuvieran noticias dl atraco a la Nación.
El tema reventó cuando se involucró en la banda criminal al codueño de Miss Universo, Raúl Rocha Cantú quien está metido hasta las orejas en el tráfico de armas, de hidrocarburo robado y en fraude fiscal, en suma una fichita y como de ahí salen muchos más involucrados y estaba listo para “cantar”, corrieron al fiscal, entró una nueva y nada se sabe de los diversos casos en los que hay pruebas.
Ahí entra también sin lugar a dudas el tamaulipeco Américo Villarreal Anaya con sus ligazones criminales y un poder judicial estatal sometido por las complicidades, mientras que por la vertiente del Pacífico es notable la presencia de Rubén Rocha Moya quien intentó negar su presencia en y participación en el secuestro del Maya Zambada y del asesinato del diputado Héctor Melesio Cuén cuya ejecución pretendieron disfrazar de asalto.
De todo hay pruebas, declaraciones, actas de crímenes, denuncias escritas y videograbadas, pero no hay investigaciones sobre los morenos mencionados, mucho menos contra el secretario general del partido que no solo está involucrado en el huachicol sino en el tráfico de poder en todos los negocios posibles.
Hay pruebas pero no investigación como tampoco contra Ignacio Ovalle sobre quien hay impunidad como ocurre con el apóstata panista Javier Corral, senador prófugo de la justicia chihuahuense. Se me acabó el espacio.
Esa es la justicia morenista, a eso nos enfrentamos críticos, opositores y competidores. Por cierto, ya fueron a mi domicilio a preguntar si vivo ahí.
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