Xóchitl Gálvez, ciudadana

DULCE MARÍA SAURI RIANCHO*

SemMéxico, Mérida, Yucatán. “Desconocido, nuevo”: significado de la palabra Inédito. Bien empleada para calificar el proceso por el cual Xóchitl Gálvez fue elegida para encabezar al Frente Amplio x México (FAM).

Los meses previos, una y otra vez se insistía en que el método para designar a la persona responsable sería el mensaje enviado a las y los ciudadanos esperanzados de un cambio de rumbo para el país.

“Más de lo mismo” (léase acuerdos entre las cúpulas de los partidos políticos), hubiera sepultado cualquier expectativa ciudadana, dominada por una gran desconfianza hacia estas indispensables organizaciones. Desde muchos meses atrás el presidente López Obrador mostró su pasado priista y decidió organizar una “pasarela” con los aspirantes de Morena, muy parecida a la que, 36 años atrás, el presidente Miguel de la Madrid impulsó en 1987.

Las oposiciones no podían, no debían seguir el mismo camino que la fuerza política en el gobierno. Un nuevo escenario se configuró cuando la ciudadanía decidió emprender la defensa de las instituciones electorales —INE y Tribunal—, amenazadas con su desaparición por la mayoría oficialista.

Recordemos: no fueron los partidos opositores los que tomaron la iniciativa, fueron las y los ciudadanos “de a pie”, que decidieron expresarse en las dos grandes manifestaciones del 13 de noviembre de 2022 y del 26 de febrero pasado. Entonces quedó patente que un nuevo aire ventilaba los procesos internos de las oposiciones. Tenía olor ciudadano, de participación y movilización de conciencias adormiladas por la comodidad y la desesperanza.

Hubo un lapso en que parecía imponerse la fuerza de la franquicia, porque de acuerdo con nuestras leyes, solo los partidos políticos pueden postular candidaturas (excepto las independientes, que tienen sus propias normas) con posibilidades reales de triunfo. Los primeros llamados fueron para “sumar” a la ciudadanía, no para participar en condiciones de igualdad para diseñar un camino distinto y seguirlo.

Las circunstancias externas apremiaban, pues con la prepotencia del poder y la complicidad presidencial, Morena había tomado ventaja al margen de la ley. Sentarse a esperar hubiera sido mortal para las expectativas alimentadas por la movilización ciudadana en defensa del INE.

En los partidos, tomar decisiones sin contar con las organizaciones sociales hubiera tenido graves efectos en las posibilidades de triunfo en 2024. Entonces, ¿cómo enfrentarse a la situación?

La respuesta fue inédita: un proceso diseñado conjuntamente entre partidos y organizaciones sociales para elegir a la persona responsable de la construcción del FAM. En los comités organizadores —nacional y estatales— hubo una mayoría de representación de organizaciones sociales. La militancia en los partidos coaligados no fue requisito para inscribirse y participar.

Una mayoría ciudadana nutrió los más de 2 millones 300 mil apoyos recabados durante el proceso. Ellas y ellos compartieron sus datos: credencial de elector/a, fotografía, correo electrónico. Deben ser la semilla de la movilización electoral del año próximo. Pero las y los participantes de la jornada cívica del pasado agosto no están ahí, en esa esperanzada espera, de una vez y para siempre. Necesitan incentivos en este periodo indefinido que media hasta el inicio formal de las precampañas el 5 de noviembre próximo.

Xóchitl Gálvez tiene que cuidar y acrecentar ese importante activo. Ella no puede perder o abollar su sello ciudadano: esa es su identidad, lo que hace inédita su aspiración. Xóchitl no es militante del PAN, de cuyo grupo parlamentario en el Senado de la República forma parte, ni del PRD, que la postuló en 2018. Cercana, sí, pero distinta y autónoma de las formas y procedimientos de los tres partidos más antiguos de México: PRI, PAN, PRD (1929. 1939. 1989).

En este delicado equilibrio, Xóchitl tiene que construir en las próximas 8 semanas en las que se abre una “ventana de oportunidad” que, transcurridas, se cerrará inevitablemente.

Distingo tres ámbitos de acción: uno, el trabajo de Xóchitl Gálvez como senadora de la república. Antes de pedir licencia, le restan 12 sesiones en las que puede presentar sus distintas iniciativas de ley, relacionadas con su visión de país. Es una oportunidad para que, sin infligir la norma que impide realizar propuestas fuera de los tiempos electorales, comience a enviar señales ciertas a la sociedad sobre el rumbo que avizora para el futuro inmediato.

Y si, además, una vez presentada la idea en forma de iniciativa de ley, se integra un grupo de trabajo con activistas y expert@s de cada tema, se reforzarán las actividades que ya realizan José Ángel Gurría en la parte económica e Idelfonso Guajardo en lo internacional.

Otro espacio de acción indispensable tiene que ver con los comités estatales organizadores del proceso del FAM. La coordinadora nacional del Frente Amplio x México tiene que visitarlos, reforzarlos, alentarlos a continuar movilizados y alerta. No vendría mal un mensaje a los correos electrónicos de quienes se registraron, aun lo hayan hecho por otro/as aspirantes.

Desde mi perspectiva, lo más relevante es recuperar y mantener el carácter ciudadano de Xóchitl Gálvez ante una mayoría desencantada de los partidos políticos y deseosa de encontrar inéditas formas de participación.

El éxito del proceso del FAM fue que las organizaciones partidistas apoyaron con sus facultades y sus estructuras el esfuerzo ciudadano: no se impusieron ni desplazaron, sino sumaron fuerza y energía a una causa común.

Esta dinámica tiene que prevalecer y Xóchitl encabezarla, guiarla. Ella es símbolo de nuevos y mejores tiempos por venir, de una vía inédita para hacer política, de conducir a la esperanza con una refrescante honestidad, sin confundir la sencillez con la superficialidad. ¿Es mucho pedirle a una persona, a una mujer? Sí, pero de este tamaño es el desafío. Y ella, Xóchitl, podrá enfrentarlo.

P.D. Hombres en la contienda. Marcelo Ebrard sigue “deshojando la margarita”. El mundo morenista continúa moviéndose sin él. Sumarse al FAM y Xóchitl es una alternativa, aunque todavía no lo acepte.

La otra es la irrelevancia, que, para un político de su trayectoria, sería un auténtico desperdicio. Los aspirantes a candidaturas independientes apenas inician su trabajo, incluido Eduardo Verástegui y su propuesta ultraconservadora.

[email protected]

*Licenciada en Sociología con doctorado en Historia. Exgobernadora de Yucatán

www.entresemana.mx

Check Also

Ifigenia Martínez, priismo y oposición

DULCE MARÍA SAURI RIANCHO SemMéxico, Mérida, Yucatán. Cinco días después de haber entregado la banda …