ISABEL ORTEGA MORALES
(Chilpancingo, Guerrero). El cine, ha llevado la conducta violenta, baja, grosera, irrespetuosa, intransigente de la clase política. Pinta a los personajes de tal manera que al verlos en la pantalla, inmediatamente viene a la mente imágenes del posible político a quien se le asemeja en la vida real y el contexto de cualquier pasaje en la historia de este México nuestro.
Tras observar esas conductas en distintos tiempos, encontramos que no hay cambios, que la conducta de quien abusa le acompaña donde vaya, a menos que cultive un nuevo valor que lo otorgue la oportunidad de reinventarse.
Hace unos días, el periodista Francisco Cárdenas López denunció que el Diputado Joaquín Badillo Escamilla lo amenazó en una acción que tuvo lugar dentro de una cabina de radio donde acudió el legislador. Al considerar el riesgo de la amenaza, y la inexistencia del señalamiento que lo acompañaba, llevó el tema al ámbito de los Derechos Humanos, a la denuncia pública, y la denuncia legal, de tal forma que la Fiscalía General del Estado lo retoma en la carpeta de investigación 6962812023. El periodista ratificó su denuncia por abuso de poder y atentado a la libertad de expresión y se abrió el expediente este martes 13 de junio del año en curso, en la Unidad de Atención Temprana de la Agencia del Ministerio Público del Sector Central, perteneciente al Distrito Judicial de Tabares.
Porqué el cine se nutre de la vida política? Para exponer una forma de hacer política alejada de la democracia? Para ayudarnos a reflejar en la pantalla lo que determinamos con el voto? o con la ausencia del sufragio en las urnas. Porqué la clase política se ensaña contra periodistas?
Joaquín Badillo Escamilla es un cuadro político joven, pero lamentablemente ha envejecido su trabajo con la violencia política y el abuso del poder, y no solo ha mostrado que estar en el Partido Verde Ecologista de México no lo exime de su afición por cazar tiburones, sino que además considera que las artimañas de la amenaza son las que mejor funcionan para limitar la libertad de expresión.
En una acción en la que se extralimitó, mostró realmente al personaje que está debajo de la sonrisa, de los acuerdos, de las relaciones políticas. Y días después de la acción contra el periodista y los medios, encontró el sabor del desaire desde el mismo seno del Congreso que rechazó hasta por dos ocasiones su propuesta de ocupar la Mesa Directiva de la Sexagésima Tercera Legislatura Local.
El Diputado podría llegar a ocupar esa posición si avanzan los acuerdos de los grupos que integran el Poder Legislativo, pero no podrá limpiar la imagen de falto de una presencia confiable.
No podemos tampoco los medios y periodistas considerar que cuando un político amenaza a un periodista no lo vuelva a hacer contra otro periodista más. Como el partido verde no podrá confiar en que los valores escritos que espera de sus militantes para defender a la naturaleza estén a salvo. Porque lo que no está en la naturaleza del Legislador Badillo es la confianza.