VIOLETA DEL ANÁHUAC/ ¿Grosería política en protocolos?

ISABEL ORTEGA MORALES (Guerrero). Un protocolo no solo es un orden que debe seguir un evento o acto para que permita un desarrollo óptimo entre el cumplimiento del objetivo sino que además debe cumplir con algunos requisitos que aunque parezcan superfluos, son indicativos de sana vida política.

En la conmemoración del 106 Aniversario de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, acudió el Presidente de México quien encabezó, en su calidad de Jefe del Ejecutivo Federal, la ceremonia. Sin embargo, debe estar acompañado de los otros dos poderes, el Legislativo, que en este momento está encabezado por el Diputado Panista Santiago Creel, y el Judicial, que representa la Ministra Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Norma Lucía Piña Hernández.

Y no siempre están las y los Gobernadores de la República, aunque si el anfitrión del Estado de Querétaro, Mauricio Kuri González -PAN–. Solo que ahora hicieron coincidir con la Reunión de la CONAGO, Conferencia Nacional de Gobernadores.

Parecía que la ceremonia sería un protocolo más. Sin embargo no solo los discursos tuvieron mensaje político, también la conducta de dos personajes: Andrés Manuel López Obrador y Norma Lucía Piña Hernández.

Por la fuerza de la popularidad del Presidente AMLO, la Ministra Martha L. Piña está recibiendo descalificaciones, sin revisar completamente no solo el cumplimiento del protocolo, sino del respeto que su investidura debe recibir y que se llama respeto.

La parte final que detona  la descalificación se centra en que la Ministra no se puso de pie para aplaudir al Presidente, sino que permaneció sentada. Solo que, minutos antes de ese hecho, López Obrador pasó cerca de ella omitiendo un saludo, incluso también para Santiago Creel.

El hecho, sin duda, llevó a considerar que no era solo una desatención a una mujer, sino una desatención a lo que ella representa en este momento y que, con su actitud de permanecer sentada, mostró que ese Poder requiere y merece respeto por parte del Titular del Poder Ejecutivo.

Al Mandatario Federal le gusta mucho decir “amor con amor se paga”, que en el fondo es una amenaza para quien disienta, y no ha logrado que su investidura deje de lado posiciones viscerales para hacer una conducción política incluyente, respetuosa, educada.

Este primer encuentro público entre ambos poderes no ha tenido el mejor inicio. Y es delicado que un hombre que ha estado en la política nos muestre públicamente un lado con falta de conciliación. Pero también, que nos muestre la dificultad que tienen las mujeres, no afines a la corriente en el poder, su arribo y permanencia en una posición.

“No somos iguales”, suele también decir AMLO, también la educación cuenta para que un protocolo tenga éxito.

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