ISABEL ORTEGA MORALES (Guerrero). La Ministra Presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación ha sido objeto de un señalamiento que la pone en riesgo. En el contexto de considerar a las mujeres en el ejercicio de la administración pública como servidoras del poder, a quien deben rendir pleitesía no importando incluso, si tienen un estatus de poder, que no es visto como una acción de respeto, sino como una concesión que emana del mismo poder y por lo tanto, debe agradecerse con sumisión.
A la Ministra Norma Piña, desde que decidió romper con el hilo de supeditación que su antecesor brindo al actual gobierno federal, y se envistió del mismo poder que recae en su persona, no ha sido bien vista. Y hasta ha sido objeto de señalamiento de donde debería provenir el respeto, el Presidente de México.
Creo que justamente ahí es de donde algún (a) receptor de ese mensaje de repudio decidió tomar una iniciativa y considerar que la Ministra Presidenta es “el problema”, considerado como el atrevimiento a disentir de quien piensa por muchos y hacer una temeraria “solución” y muestra no la palabra, no la ley, cuando muestra una bala como la alternativa.
Esa acción es, en los últimos tiempos, es la más cruel y más desatinada. No es el argumento para confrontar a la Ministra; no es con una convocatoria al debate basado en la misma ley; no es el plano laboral, no, es el plano de la intolerancia la que responde, la que busca desaparecer a toda o todo aquel que se atreva a no inclinar la cabeza, desistir de su rango, someterse a las ordenes y guardar silencio.
El mensaje para la Ministra Presidenta de un Poder que rige la justicia, es acaso también un mensaje para el resto de la sociedad?
Que pasó con la política de abrazos no balazos? O esta es para quienes transgreden la ley con la violencia y la fuerza de las armas. Pero cuando se trata del pensamiento, de la justica, de las mujeres, la solución pasa a otro tenor?
Muy preocupante. Aún más, cuando es el mismo poder quien debe investigar de donde procede ese mensaje y actuar.
Si no se hace nada, si se queda en el plano de la reproducción del repudio en la cercanía del teléfono, si no se manifiestan las mujeres a favor de la Ministra este 8 de marzo… también estaremos siendo omisas.