ISABEL ORTEGA MORALES (Guerrero). Mientras daba cobertura desde Ciudad de México a las manifestaciones que se daban afuera de Palacio Nacional, mientras adentro se desarrollaba la Mañanera con el Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, tuve oportunidad de ver de cerca a la Jefa de Gobierno Capitalino, Claudia Sheinbaum. Debo decir, como lo señale en esas coberturas, que me parecía fantástica la idea de que ella fuera como Candidata a la Presidencia de la República por su partido, MORENA.
Ella saludaba, sonreía cuando caminaba desde la sede del Gobierno de la Ciudad de México hasta Palacio Nacional para acompañar al Mandatario Federal. Incluso llegué a encontrarla en el metro en la línea 2, la línea azul. Ahí su conducta era tan reservada que parecía quería pasar desapercibida, bajaba la vista, se acurrucaba en la entrada de la puerta y se mantenía callada. Incluso llegué a pensar que no era ella, que el parecido de alguien más con ella era sencillamente increíble.
Pero un día, Claudia, la jefa de Gobierno que sonreía, dejó de hacerlo. A tal grado que acompañada de al menos tres personas del sexo masculino, uno de ellos sostenía el paraguas cuando lloviznaba, caminaba sin levantar la vista, sin saludar, sin responder al saludo de nadie. Un día escuché a una mujer decirle “pero buscarás el voto”, y ella siguió de largo, y entró a Palacio Nacional. Después vinieron protestas y protestas contra ella. Sí Claudia había dejado de escuchar. Y yo dejé de comentar sobre ella que siguió pasando sin saludar a nadie, ni cuando acompañada de la Dra. Beatriz Gutiérrez Müller, venían de alguna gira, como la inauguración de los murales instalados en las cortinas de los negocios cerrados, una belleza de obra de artistas urbanos.
Claudia vino a Guerrero. Vino a un Foro. y entre las personalidades que la acompañaron estaba la Gobernadora Evelyn Salgado Pineda y el Senador Félix Salgado Macedonio. El tema La nueva Reforma Electoral.
La Jefa de Gobierno de CDMX sonreía ampliamente cuando a su arribo al Hotel sede del evento le gritaban “Presidenta”, ”Presidenta”.
En su discurso habló…de ella, de su trayectoria, del “tiempo de las mujeres”…y del foro. La Gobernadora Evelyn Salgado Pineda habló de la Reforma Electoral tema en el que dijo “ la reforma garantiza la democracia y revierte la tendencia a la privatización de los partidos”. Pero dijo lo que hizo esbozar otra sonrisa a Sheinbaum “Guerrero está hermanado históricamente con la Ciudad de México…más temprano que tarde se encontrarán los mecanismos para transformar el hermanamiento y de bienestar para sus respectivos pueblos”.
Claudia Sheinbaum vestía de rosa mexicano. Sonreía. Agitaba la mano. Como cuando acompañaba a quien la “destapó” y abrió el camino como preferida para la sucesión, y no logró que se unieran a su proyecto, quizá porque, igual su comportamiento para sus demás compañeros de partido, como con Ricardo Monreal, cuando tomó protesta la Gobernadora Evelyn Salgado Pineda, apenas y sí le respondió el saludo y volviendo la mirada hacia otro lado dejó de sonreír en lo que parece un rasgo característico de ella cuando tiene el poder: deja de ver a su alrededor. Cambiará? Claro, me refiero a la reforma.