UTOPÍA/ De preguntas y respuestas sobre narco-Estado

EDUARDO IBARRA AGUIRRE. Ante una pregunta expresa de una reportera de la fuente de Presidencia de la República y una respuesta afirmativa, un “sí” de Andrés Manuel López Obrador, algunos medios de información concluyeron que en el México de Vicente Fox y de Felipe Calderón “Había un narco-estado”. Demasiado forzado e irresponsable en términos informativos y más todavía atribuírselo a AMLO.

La reportera Judith Sánchez Reyes preguntó en la mañanera del viernes 24: “Presidente, en ese sentido, entonces, ¿usted coincide con las declaraciones del senador Ricardo Monreal, de que justamente este caso de Genaro García Luna demuestra que había un narco-Estado aquí en México?” La respuesta monosilábica fue afirmativa.

La siguiente pregunta reporteril fue: “¿Se está combatiendo?” Y la respuesta de AMLO: “Sí, pues es evidente.”

Sánchez Reyes volvió a la carga: “¿Se está combatiendo ahora?”

Y AMLO respondió: “Sí, no existe.”

E insistió la veracruzana Judith “¿Ya no existe esa relación?”

López Obrador respondió categórico: “No, no, porque no estamos nosotros asociados o involucrados con el narcotráfico. Somos distintos, somos diferentes.”

En primer término parece comprensible que Monreal Ávila haga afirmaciones que le faciliten el acceso al oligopolio mediático, desesperado como parece estar por emparejarse –en un piso parejo que él juzga disparejo cada vez con menos decibeles– con las simpatías que tienen las precandidaturas presidenciales de Adán Augusto López, Marcelo Ebrard y Claudia Sheinbaum, pero debería ser más riguroso en el tema en tanto que jurista y coordinador de Morena en la Cámara de Senadores.

Que el presidente Andrés Manuel lo haga también adquiere otra dimensión, sobre todo porque esa conceptualización, como la del Estado fallido, forma parte del arsenal más político que ideológico que utilizan los señores y señoras –las diferencias de género aquí son secundarias– del imperio de las barras y las estrellas para abrir paso, aquí y ahora, al muy militarizado hegemonismo estadunidense. Y buena parte de la intelectualidad orgánica de los dueños de México asimila acríticamente tales conceptos.

Si se entiende bien, para el marido de la inteligente historiadora Beatriz Gutiérrez, el combate claro al narcotráfico es un elemento definitorio para hablar de la existencia o no de un narco-Estado. ¿O quiso decir narco-gobierno?

Bien, pero un problema previo, teórico y también conceptual es qué entendemos por Estado o de cuál definición partimos, entre las no pocas existentes.

La más compartida por lo menos en México, mas no por el redactor, es la que establece que gobierno, población, territorio y organización política (jurídica) constituyen un Estado. Simpatizo con la que establece que es la superestructura jurídica y política de una formación económico-social o modo de producción determinado. O algo parecido, pues cito de memoria.

Si nos atenemos al primer enunciado resultaría que los mexicanos integrábamos un narco-Estado, y además de falso por absoluto, es inaceptable que  los más de 130 millones de habitantes que vivimos en México –en Estados Unidos radican 40 millones–, formemos parte de las estructuras criminales o de sus áreas de influencia social, merced a las políticas de contubernio de la docena trágica en que gobernó el partido del muy pequeño Marko Cortés –“Genaro García Luna no era militante del PAN”–, durante los gobiernos de los presidentes Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa, destacadamente a partir de Carlos Salinas de Gortari quien favoreció al autodenominado Cártel de Golfo. Si acaso fueron narco-gobiernos.

Acuse de recibo

Como “un corruptazo”, describió el presidente Andrés Manuel López Obrador al exministro de la Suprema Corte, José Ramón Cossío, comentarista estrella de Aristegui en Vivo y Aristegui Noticias, en tanto que la directora y copropietaria de ambos medios es funcionaria de Reforma, el diario de Alejandro Junco de la Vega, propiedad que obtuvo despojando a su señor padre… Mientras que David Vargas Araujo, exprisionero político con Felipe Calderón, pregunta y responde “¿Quién es José Ramón Cossío? Es un corruptazo. Exministro de la SCJN que impuso el PAN. Su despacho jurídico es el que golpea a AMLO. Estuvo en contra de los casos: Guardería ABC. Atenco. Florence Cassez e Israel Vallarta. Y a favor de la Ley Televisa”… Leonel Godoy, exgobernador de Michoacán, dijo que los “granadazos (del 15 de septiembre de 2008, en Morelia), y el michoacanazo (la detención, en mayo de 2009, de 11 alcaldes y 16 funcionarios de su gobierno por presuntos vínculos con el narco) fueron obra de Genaro García Luna, porque quería que un cártel se apoderara de Michoacán. Ese es el verdadero origen del debate ríspido, pero respetuoso, con Felipe Calderón en esos años”. (9-II-23, San Lázaro)… Ahora fue Mariana Yanar la que “informó” con todo y telepromter de “la invasión turca a Ucrania”, en Foro, del consorcio Televisa-Univisión que es la misma gata pero revolcada y con capital estadunidense.

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