LILIA CISNEROS LUJÁN*. Inició, la última semana del año. Unas horas atrás quedó la fiesta, los excesos, la tristeza. O quizá la felicidad y la satisfacción por disfrutar el recuerdo de un personaje, al que alguien ha confundido con líder social comunitario, defensor de los pobres y hasta motivo de promoción sólo por saber que su nombre es Jesús. Ahora comienza el terminante descanso, el resumen de las cuentas y quizá algunos hasta tengan en mente la posibilidad de arrepentirse acerca de las decisiones que han tomado, sobre todo aquellas que afectan a otros que ni siquiera fueron preguntados. Muchos se están lamentado por: haber renunciado a su trabajo, gastar más de lo ingresado, abandonar a su familia, cuestionar a gente que ni conocía, sumarse a un proyecto “idealista” y sin bases, callar cuando era tiempo de hablar.
En las horas de soledad cuando los que nos rodean regresaron a su geografía, duermen en la intimidad de su recámara o quizá todavía no concluyen sus vacaciones, es tiempo de pensar. Continuar la repetición de noticias trágicas acerca de los desparecidos, la volatilidad de los culpables, el éxito de la detención de alguien muy antiguo y hasta la burla de quien se atreve cambiar la tradicional, lo que se impone es la posibilidad de volverse hacia sí mismo para reflexionar. Alguien de los maravillosos casi cien humanos, que me escribieron por ese medio tan extraño que se lleva en una mano, ensalzó la familia, la comparó con un plato deliciosos que se disfruta, nos trasporta en el tiempo, nos hace comprender o que es la afinidad, la unión el regocijo y el amor. ¿Siente que su familia, tiene similar estructura a la de su infancia? Le parece que el tema de las madres solteras, la crítica a lo tradicional, la lucha contra el paternalismo y la libertad entendida unas mil maneras extrañas ¿es lo que le hace feliz en Navidad?
N mi adolescencia la Navidad era tema de excesos, violencia verbal y a veces hasta física, a tal grado que como alguien me dijo en el fondo deseaba ser una especie de grinch. Luego la suma de experiencias me llevaron a entender un sentido esperanzador y lleno de fea hasta que alguien de mi misma familia, que parecía morirse de envidia y celos porque todos, estuvieran contentos, expresó su sentencia: está bien pero no nos amargues el momento con canciones e Dios[1] y al final de día con la presencia de personas ajenas que pensaban como ella, se llevó la Navidad a ese estilo de música ruidosa, baile, mucha comida y bebida. ¿Alguien creció con en el nuevo modelo? o cierto es que ¡no!, se acabó lo que personalmente había rescatado y hoy también ha desaparecido la familia. ¿Te ha pasado? Eres parte de esa planeación ¿del 24 con nosotros, el recalentado con mis suegros, el año nuevo con amigos?
Pero ¡haya sido como haya sido!, el próximo domingo es el fin de este 2022, que a muchos no les hizo muy feliz. Un siclo en el que vimos que incluso amigos y conocido muy queridos fueron alcanzados, por la ambición, la desventura y la tentación de convertir a nuestro creador en el culpable. [2] ¿Será la falta de cuidado, la causa de la culpabilidad de que una alumna de la UNAM se convierta en pirata? ¿Después de saber que su tesis era copiada, a lo largo de su vida esta persona cambió de camino? ¿Cuántas decisiones de ese tipo ha realizado en su vida? ¿Qué costo pagó por su título, sus diplomas y las muchas membresías que ahora le cuestionan?
Y como en este caso, yo creo que cada cual, puede hacer en esta semana un repaso honesto, así como uno de los colgados al lado del niño que apenas recordamos lo hizo luego de 33 años de su vida. Así después de reír y llorar como cualquier humano, el niño de Belén fue crucificado sin ser culpable dejó poner encima de sí la culpa de todos, los Adanes, las Eva, los Caines, los Herodes, los Hitler, los francos, hasta los Santa Ana, los Trump, los Putin y todos lo que al igual que en el lado contrario otro moribundo le reclamaba a Dios porque no demostraba su poder, aniquilando a los malos, bajando de su cruz y salvando a los buenos. Hoy recordamos lo bello del inicio de la vida, el nacimiento de un bebé que, con todo y sus dificultades, avanzó y superó sus problemas, siempre de la mano de su creador. Por supuesto ninguno de nosotros tiene esa parte de la esencia divina, pero la oportunidad es muy parecida. Hagamos uso de esa semejanza que nos ha sido dada, mantenida genéticamente por siglos, reforzada, por diversos ángeles a lo largo de nuestra vida, y decidamos que, si seguimos aquí, sin haber sido colgados y sentenciados a muerte es porque ese niño, realmente vino para salvarnos.
De verdad deseo que cada uno de Ustedes, haya disfrutado de una cena satisfactoria, del calor de la familia y sobre todo de la conciencia de lo que Dios espera de nosotros, “ser luz de mundo y sal de la tierra” Disfruta de este fin de año y espero que el 2023, sea de muchas bendiciones.
[1] Se refería a villancicos y música clásica como “gloria” o el Mesías.[2] Cada vez que leo el capítulo del aparente sin importancia alejamiento de lo que Dios había dispuesto, reflexiono en cómo es que Adán dijo que su mujer lo había engañado y Eva alegó que era la serpiente –o sea otra creación de Dios mismo- quien la había entrampado