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ROBERTO VIZCAÍNO. Cierra la semana con una ola de interrogantes respecto al cambio mostrado por Ricardo Monreal. Las especulaciones son del tamaño y profundidad de la expectación levantada por su lucha, batalla, empeño por meterse en la contienda presidencial de Morena y contra la intención del presidente Andrés Manuel López Obrador de ser el gran elector de su sucesor.
Apenas se supo aquella mañana del lunes 5 de julio de 2021 que AMLO había lanzado nombres de posibles sucesores el zacatecano ya estaba en los principales noticiarios de la radio para indicar que, con todo respeto para el mandatario, pero él iba a estar en las boletas presidenciales del 2024.
Luego se vino su alejamiento de Palacio y durante 2 años navegó a contrapelo de las campañas abiertas de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, y del colado Adán Augusto López.
Hasta que el viernes 30 del pasado abril logró finalmente ser llamado de nuevo a Palacio par aparecer a la izquierda de AMLO como parte de los 4 designados por el mandatario para contender por la candidatura presidencial de Morena.
Pronto trascendió que palabras más palabras menos AMLO les habría dicho que sólo había una candidatura y que los 4 aspirantes debían ponerse de acuerdo, negociar, quién debía ser “ese candidato de unidad” que ocuparía el cargo.
Pero el llamado fue asumido por todos como el timbre, el campanazo, para iniciar la pelea.
Claudia, no sólo no hizo nada para ir a una negociación como la sugerida por AMLO sino que continuó con sus giras estatales y presentaciones publicas masivas acompañada por gobernadores de Morena y Adán Augusto, más zorruno, inició la sorda operación de sumar gobernadores a su lado. Hoy los enterados dicen que de los 22 gobernadores y gobernadoras de Morena más de la mitad ya operan a su favor.
Marcelo Ebrard dejo de lado su tibieza, y se lanzó a exigirle mediáticamente a su excolaborador, socio y excómplice Mario Delgado que como dirigente de Morena emita reglas que garanticen piso parejo y equidad en la contienda.
Monreal simplemente se retrajo. Y comenzó a alinearse con el discurso ofensivo y agresivo de López Obrador. Un cambio que sorprendió a todos.
Intelectuales, periodistas, editorialistas, columnistas, opositores y ciudadanos criticaron ese cambio.
Uno de ellos que es todo un ícono en el periodismo mexicano, un personaje al que leen y siguen diario miles de lectores es el columnista Armando Fuentes Aguirre mejor conocido como Catón. El escribió ayer:
“… soy uno de los muchos a quienes ha desconcertado la actuación de Ricardo Monreal en estos días últimos. Varias veces encomié su autonomía frente a las consignas de López Obrador, pero desde aquella malhadada visita de los senadores al Palacio Nacional el zacatecano parece haberse sumado, sonriente y agradecido, a la corte de vasallos del monarca, y hoy da la impresión -penosa impresión- de que pone el interés personal y la ambición política por encima de su deber con la República. Luego de la acertada decisión de la mayoría de los ministros y ministras de la Suprema Corte, decisión que echó abajo la primera parte del anticonstitucional «Plan B» de AMLO, Monreal se hizo eco de los denuestos y diatribas del enfurecido tabasqueño, y llegó al extremo de amenazar a los ministros con fincarles juicio político. Desconozco al senador, y me pregunto si está perdido para la política de altura, para la independencia de criterio y, sobre todo, para la dignidad personal…”
Podría ser un resumen de otros muchísimos comentarios sobre esta transformación del zacatecano, a quienes no pocos consideran ya perdido no sólo para la presidencial del 2024 sino para a política.
Hoy la oposición con la que logró reformas constitucionales por voto unánime simplemente no quiere saber nada de él.
Sin la convicción de hace poco Monreal insiste en el vacío en insistir que su intención es ir por la candidatura presidencial. Ya no le creen.
LA BATALLA DE EBRARD
Los llamados a establecer reglas claras en la contienda presidencial dentro de Morena fueron respondidas ayer por el mismo presidente Andrés Manuel López Obrador, quien le pidió esperar a los tiempos legales de la presidencial.
Pero Ebrard insiste en exigir una negociación interna de aspirantes que norme la búsqueda de la candidatura presidencial de Morena para el 2024.
Sus llamados son a su excolaborador Mario Delgado quien ha advertido que de no establecerse esas normas, entonces habrá confrontación y ruptura interna que amenazarán con la derrota de Morena el próximo año.
“La dirigencia nacional de Morena debe cuidar el proceso interno para elegir al candidato a la elección presidencial de 2024 y no arriesgar el prestigio del movimiento…
«Ahí están las propuestas que yo hice, que son de sentido común para proteger nuestro movimiento y su prestigio. No estoy hablando por mi persona, yo por mí, pues voy feliz, voy adelante en todo.
«Pero ¿por qué digo que cuidemos el proceso? ¿Por qué? Porque, pues como parte de Morena, Morena tenemos una obligación ética superior a los demás. Nosotros mismos fijamos una vara muy alta, conviene cuidar el proceso», dijo.
Recordó que Delgado tiene desde diciembre una carta de él en que le pide ir a una negociación interna para regular la contienda.
Como respuesta, Delgado les exigió a Ebrard, a Claudia , a Adán Augusto y Monreal disciplinarse y controlar a sus equipos de campaña.
Deben, les dijo, comenzar por disciplinar a sus simpatizantes para frenar la guerra sucia, que, avizora, se intensificará en próximas semanas.
En este contexto los 4 van al choque.
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