ROBERTO VIZCAÍNO
Sin condiciones para señalar quien va adelante en todos y cada uno de los 20 mil cargos en juego en esta elección, iniciando por la contienda Presidencial, el INE pospuso para hoy decir quién de entre Claudia Sheinbaum y Xóchitl Gálvez lleva más votos.
Hacia la media noche el conteo apenas iba en 6 millones de votos de unos 59 millones recabados en las casi 170 mil urnas instaladas en el país.
La abstención sumó los 40 millones de mexicanos.
Cumplida la jornada electoral que se suponía más concurrida e impactante en la historia de la democracia mexicana, lo que de entrada mostró que el ánimo de participación ciudadana había logrado superar y vencer el clima de violencia y muerte que afectó hasta el final a este proceso, todos los partidos y candidatos que intervinieron en él salieron al cierre a proclamar sus victorias.
La estrategia evidente de todos fue la de no reconocer ninguna derrota. Y sobrevino la incertidumbre.
Al juego entraron algunos medios que, como Televisa, declararon ganadora a Claudia Sheinbaum con apenas un millón de votos contados de quizá 58 millones en juego.
Previamente, apenas pasadas las 6 de la tarde, habían salido a declararse triunfadores los opositores Xóchitl Gálvez y Santiago Taboada quienes acompañada por Marko Cortes, Alejandro Moreno y Jesús Zambrano dirigentes de PAN, PRI y PRD indicaron que sus datos los colocaban delante de sus contendientes Claudia Sheinbaum y Clara Brugada.
Basados en sus respectivas e imprecisas encuestas de salida, sin hacer caso de la recomendación del INE de no adelantar triunfos sin fundamento y esperar al PREP, o conteo rápido oficial del Instituto, que surge de sumar los resultados de las actas de cada casilla en el país, cada quién salió a proclamarse vencedor.
En este contexto el proceso electoral más grande e importante nunca vivido en México, entró desde ayer mismo en un curso de previsible judicialización que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación considera podría llegar a tener que enfrentar y tramitar unos 18 mil juicios o más para dictar fallos antes del primero de septiembre, en el caso de diputaciones y senadurías, y antes del 1 de octubre, en el de la Presidencia de la República.
Respecto de los estados estos juicios deberán tramitarse respecto de cada caso porque en cada uno existen fechas distintas de tomas de posesión.
La incertidumbre mayor sin embargo es en cuanto a la elección presidencial.
Cabe recordar que por petición directa del presidente Andrés Manuel López Obrador, la mayoría de Morena, PT y Verde en el Senado se impidió nombrar 3 magistrados faltantes en ese Tribuna, institución que desde entonces lo mantiene solo con 4 magistrados.
La Constitución indica que, para calificar la elección Presidencial, el Tribunal Electoral deberá contar con al menos 5 votos que hoy no tiene, y para alcanzarlos se requiere que la Sala Superior de este Tribunal llame a un magistrado de los tribunales electorales estatales, algo que no ha ocurrido.
Los dirigentes de partidos, candidatos presidenciales, analistas y otras autoridades no tienen idea de que pueda pasar si esta condición persiste durante las siguientes semanas.
Si no se llama a un ministro estatal entonces no habrá calificación de la elección presidencial y por lo tanto no habrá quien sustituya al mandatario saliente. Como no hay extensión de mandato, México quedaría sin Presidente.
La única que no apareció en el carrusel de anuncios del triunfo, fue Claudia Sheinbaum.
La candidata del oficialismo se mantuvo alejada de los periodistas y sus medios y quien la proclamó vencedora fue Mario Delgado, dirigente de Morena.
En este juego de indefiniciones, de no flujo de datos suficientes para declarar ganadores o perdedores, quedaron atrapados los candidatos a gobernadores en la CDMX Santiago Taboada por el PRI, PAN y PRD y quien durante la noche insistía en haber ganado posr un margen amplio.
Pero del otro lado morenista Clara Brugada, afirmaba lo contrario, que ella había logrado un triunfo que superaba en 2 dígitos a lo alcanzado por Taboada.
En Chiapas pasaba anoche lo mismo con el morenista Eduardo Ramírez frente a la opositora Olga Luz Espinosa.
Eso se repetía en Guanajuato con la panista Libia García ante su contendiente del oficialismo Alma Alcaraz y en Puebla, entre el morenista Alejandro Armenta y Eduardo Rivera de la oposición.
En el aire están en Morelos los triunfos de la morenista Margarita González y la opositora Lucy Meza y en Veracruz con Rocío Nahale y Pepe Yunes.
Al parecer el único estado donde hay ganador claro es en Yucatán con el panista Renán Barrera quien está al parecer sobre Joaquín Barrera.
Todos y cada uno se dijo ayer ganadores en sus respectivas elecciones sin ue las autoridades electorales de sus estados los pudieran desmentir o confirmar.
Y en este juego falta ver cómo se van a resolver las integraciones del Senado y de la Cámara de Diputados donde hay en juego por primera vez las reelecciones de varios personajes de cada fuerza política como es el caso de la tlaxcalteca Ana Lilia Rivera, o la llegada de otros como Marcelo Ebrard y Ricardo Monreal, por parte de Morena o Manlio Fabio Beltrones o el regreso de Lily Tellez por el PRI y el PAN.
Y falta definir sí Morena logra la mayoría que quisiera tener para aprobar las reformas lanzadas el 5 de febrero por el presidente Andrés Manuel López Obrador.
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