ROBERTO VIZCAÍNO. Con 82 años a cuestas y quizá con la idea de que a esa edad y con una carrera de 35 años en el Congreso norteamericano la vida ya no tiene más sorpresas ni actividades que le generen la adrenalina y el entusiasmo de antaño, la líder de los demócratas en la Cámara de Representantes de EU, la californiana Nancy Pelosi se fue esta semana de visita a Taiwan.
Y con ello le generó al mundo entero uno de los peores y más riesgosos momentos desde la crisis de los misiles entre Nikita Kruschov y John F. Kennedy.
Considerada como parte de China, con apenas una mal admitida autogestión administrativa por parte del Gobierno Continental, la visita puso en alerta nuclear al Ejército chino que de inmediato desplegó su poderío alrededor de la isla.
La visita de Pelosi al final no duró ni 24 horas. Nunca debió siquiera haber estado ahí, afirmaron luego medios, analistas, líderes empresariales y políticos chinos y del resto del mundo.
Todavía no se sabe bien a bien en que va a terminar este incidente. Pero el costo mayor será sin duda para Taiwan.
Muy caro le saldrá también a Estados Unidos y a la administración de Joe Biden todo el numerito.
China ya echo fuera al embajador de EU y anunció fuertes medidas comerciales contra los norteamericanos. Sin duda el incidente generará una carrera de fortalecimiento del poderío militar chino.
En México, como suele ocurrir en este sexenio, el presidente Andrés Manuel López Obrador no fue más allá de lamentar el suceso.
El único otro que expresó su preocupación fue Ricardo Monreal, quien afirmó que es viaje de Nancy Pelosi a Taiwán fue “profundamente inconveniente en estos momentos de tensión en el mundo”.
Y advirtió que ese riesgo era del tamaño de la insospechada posible reacción de China.
El presidente chino, Xi Jinping advirtió que esa violación de su soberanía podría responderse militarmente.
China, recordó Monreal, considera a Taiwán parte de su territorio y aplica en esa isla una política denominada “un país, dos sistemas”, que le permite tener una autonomía no total y que no puede ser considerada como un gobierno independente y menos soberano.
En fin, así termina esta semana en la cual el mundo volvió a correr uno de sus mayores riesgos por la imprudencia de la demócrata Pelosi.
SEGURIDAD, EL GRAN PENDIENTE
Dentro de las tareas más urgentes el Senado tiene pendiente la revisión y análisis de las políticas y programas de seguridad pública.
Al indicar lo anterior, el zacatecano Monreal reconoce que es fundamental para el país que la Guardia Nacional se vaya preparando para sustituir a las Fuerzas Armadas en labores de seguridad.
Explicó que senadores de todas las fuerzas políticas, trabajan en esta revisión a fin de que en el próximo periodo de sesiones que inicia el primero de septiembre, se desahoguen las propuestas y se revisen en el Pleno.
Consciente de que esta es, dijo, la gran asignatura pendiente del gobierno de la 4T, indicó su preocupación por que el tema de la inseguridad no cede en importantes regiones del país.
En este tema Monreal se encuentra en la posición más complicada de su vida política, porque por un lado tiene la insistencia de la oposición en el Senado para abrir al debate público las políticas obviamente insuficientes de seguridad pública del presidente Andrés Manuel López Obrador y el reclamo interno de su bancada y gobierno para evitar que eso ocurra.
El responde que todo esto será resuelto en el siguiente período de sesiones.
SIN ACUERDO EN LA PRESIDENCIA DEL SENADO
En este contexto y sin contar ya con el apoyo total de la bancada de Morena, Monreal informó ayer que a 3 semanas de la renovación de la presidencia del Senado no existe aún acuerdo de quien deberá ser el siguiente presidente de la mesa directiva.
“Mi percepción es que obviamente ha cambiado el equilibrio de las fuerzas al interior de Morena (en el Senado), no soy de los que se aleja de la realidad y no podría decir que se tiene ni la totalidad ni la mayoría.
“Cada uno de mis compañeros senadores y senadoras, es una voluntad política. Y no se sabrá (a quien apoyan de entre José Narro, Alejandro Armenta o algún otro) hasta que se vote, en las urnas, frente a Notario Público (el 31 de este mes). Así es que no puedo asegurar ni garantizar nada.
“Pero obviamente, hoy han cambiado los equilibrios al interior de Morena, y lo acepto, no tengo ninguna dificultad, con todos tengo respeto, pero ahora hay más efervescencia”, admitió.
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