ROBERTO VIZCAÍNO
Entramos al fin de semana previo a las Fiestas Patrias, con la confirmación en el Senado y la Cámara de Diputados de la aprobación en la mayoría de los congresos locales de la Reforma Constitucional al Poder Judicial, como lo previó el presidente Andrés Manuel López Obrador a fin de que se promulgue antes del lunes 15 de este septiembre histórico.
Histórico sin duda por las consecuencias que dejará para la vida de la República, de sus Tres Poderes y de la democracia.
Aunque hay muchos, muchísimos quienes advierten, como Ildefonso Guajardo, exsecretario de Economía y negociador central del TMEC junto al gobernador de Texas, el aguerrido republicano Greg Abbott, que esta Reforma en curso, al quebrar al Estado de Derecho en México impactará antes que nada en la economía.
Para definir los riesgos inmediatos de esta reforma que es el orgullo del presidente Andrés Manuel López Obrador, Guajardo recobró la frase del entonces senador John F. Kennedy en su histórico debate del 26 de septiembre de 1960 con el vicepresidente Richard Nixon:
¡It’s the Economy, Stupid!’:
Y agregó:
“En un mundo global y regionalmente integrado, las pendejadas de unos, son inmediatamente aprovechadas por otros…
¡Es el Estado de Derecho, estúpido!
Guajardo se refería así a la agresiva y rápida campaña que echó a andar ayer mismo el gobernador texano Abbott para atraer las inversiones de la corriente del nearshoring o reubicación de industrias que comenzaron a caer en México pero que han sufrido un fuerte parón debido a la incertidumbre respecto a la pérdida de confianza en el Estado de Derecho.
Y para atraer además a los capitales y empresas mexicanas que han comenzado a emigrar debido a esta reforma.
Bancos y consultores financieros locales en Texas, como a lo largo de Nuevo México, Arizona y California han visto como en julio y agosto se han incrementado insospechadamente la apertura de cuentas de mexicanos, a la vez que agentes inmobiliarios responde a una creciente demanda de compra y alquiler de inmuebles de parte de estos nuevos emigrantes.
Apenas los senadores del oficialismo mayoritearon y aprobaron la cuestionadisima Reforma al Poder Judicial en México, y Abbott y su equipo económico subieron a redes sociales el siguiente mensaje destinado a quienes reubican de Asia sus industrias y a mexicanos que buscan salvar sus capitales ante el desastre que se supone acompaña a la reforma del Poder Judicial:
“Texas is ready to welcome investment dollars that may be looking for a new home as a result of uncertainty surrounding Mexico’s radical judicial reform. We offer a stable and business-friendly environment for global investors that don’t change the powers drastically we respect business Texas investment business growth”.
O sea:
“Texas está listo para recibir dólares de inversión que puedan estar buscando un nuevo hogar como resultado de la incertidumbre que rodea la reforma judicial radical de México. Ofrecemos un entorno estable y favorable a los negocios para inversionistas globales que no cambian drásticamente los poderes. Respetamos los negocios. Inversión en Texas. Crecimiento empresarial.
“JUGAMOS CON FUEGO”: SUÁREZ-VÉLEZ
Así encabezó ayer su artículo en Reforma el analista financiero y Director en Allen and Company Investment Advisors y quien es reconocido en el mundo de la industria y la empresa, el sector financiero como un consultor confiable y certero para sus inversiones.
El economista mexicano egresado del ITAM, radicado en Nueva York dice:
“Y pensar que tantos tacharon de exagerados a quienes advertíamos que Lopez Obrador era un peligro para México. Ni en mi más cruel pesadilla anticipé tal devastación a manos de quienes, en el mejor de los casos, son ignorantes y en el peor son cómplices conscientes de las brutales consecuencias de lo que, en beneficio propio, provocarán.
“No encuentro argumento sensato para dinamitar la carrera judicial, de los pocos servicios civiles de carrera que tenemos. ¿Había que mejorar a nuestro sistema (Judicial)? Absolutamente. Pero cada medida propuesta (en la Reforma del Poder Judicial de AMLO) lo empeora. Es ociosa la pregunta de si el «pueblo» debe o no elegir jueces, pues sabemos que los ciudadanos carecerán de elementos objetivos para tomar una decisión razonada. Pero más que eso, elegirán entre una lista de aspirantes impuesta, sin el perfil necesario y sin experiencia.
“La Suprema Corte será un órgano para refrendar las decisiones del Ejecutivo, por erradas o arbitrarias que sean. De no hacerlo, el nuevo Tribunal de Disciplina controlado por Morena, que reemplaza al Consejo de la Judicatura, podrá imponerle a cualquier ministro o magistrado sanciones para marginarlo por 20 años del servicio público, e incluso meterlo a la cárcel. Nos iría mejor sin cortes, al menos nos ahorraríamos el costo, y sobre todo, la vergonzosa farsa”, precisa.
En este punto Suárez Vélez recuerda que todo ello fue advertido una y otra vez por no pocos expertos y profesionales del Derecho y la economía.
“Jugamos con fuego”, concluye.
Y advierte:
“En editoriales de las principales publicaciones del mundo -Financial Times, Washington Post, Wall Street Journal, The Economist, etc.- surge la consciencia del paso hacia el abismo que estamos dando. Por décadas México aspiró a pasar de ser un país de ingreso medio a uno desarrollado. Pudimos atraer al servicio público a mexicanos que competían con los mejores funcionarios del mundo. Aún recuerdo comentarios de canadienses que participaron en la negociación del TLCAN a principio de los noventa, y que expresaban el miedo al joven equipo de negociadores mexicanos, inteligentes, técnicamente competentes, sólidos. Qué lejos estamos de aquellos años plenos de promesa en los que nos atrevimos a soñar con ser un país competitivo, capaz de brindar oportunidades”.
Y concluye que, en este desastre en curso, AMLO no es el único responsable. Lo son los gobiernos que le antecedieron. Corruptos, ineficientes, alejados de los mexicanos.
Y pronostica: Vienen tiempos difíciles. México no va a crecer… Nadie invertirá aquí ante la ausencia de garantías jurídicas. Nadie invierte, afirma, en un país económicamente estancado, con infraestructura obsoleta, con un sistema educativo anacrónico, inseguro, y donde el crimen organizado va en ascenso y donde gracias a la demoledora «reforma» judicial, podrá tener jueces a modo.
Un resumen de lo que piensan y creen hoy, no exagero si digo millones de mexicanos.
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