ROBERTO VIZCAÍNO
No hay fecha que no se cumpla, y pareciera que la del paso final llegó para que Marcelo Ebrard defina de una vez por todas su situación en Morena y frente a su exjefe y exaliado el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Cosas de la vida, el mandatario y su gerente en Morena, el exmarcelista Mario Delgado decidieron que este mismo fin de semana se definan las encuestas que repartirán las candidaturas a gobernador del partido en el poder en los 8 estados en juego, y en la CDMX.
Maestro en el manejo político en situaciones de crisis, AMLO -si es cierta la premisa de que en política no hay coincidencias-, decidió juntar lo de Ebrard con el resto de sus retos electorales y presupuestales.
Y si son ciertas, como parece que son, hay versiones de que AMLO ha dicho a los suyos que ni con Marcelo, ni con sus diputados afines -quienes al parecer se aprestan a intentar modificar el Paquete Presupuestal 2024-, ni con los aspirantes de Morena a las gubernaturas, habrá negociación.
De ser cierta, su instrucción es dejarlos a todos esos “atrás de la raya”. Y que aquellos que decidan rifársela con actitudes de presión o rupturistas, pues que se atengan a las consecuencias.
Con el único que tuvo un nuevo gesto de acercamiento, fue con su excanciller, a quien le envió el mensaje en la mañanera de ayer de que las puertas de Palacio (y de formar nuevamente parte de su Gobierno) sí están abiertas para él, y que si decide acercarse él lo recibirá, lo escuchará y conversará con él.
Esto sólo con él, porque la instrucción a todos sus funcionarios y cargos políticos es la de no negociar nada con Ebrard.
LOS 2 ESCENARIOS POSIBLES
Luego de recibir la respuesta amañada de rechazo a sus exigencias por parte de la Comisión de Honor y Justicia de Morena, en la que no se oponen pero difieren y condicionan las peticiones del excanciller, se indicó que Ebrard tendría 3 días para responder y ampliar o desechar su recurso.
Ese plazo venció ayer jueves y hoy Ebrard deberá indicar que paso sigue en su pelea por anular y reponer el proceso interno del cual salió ungida Claudia Sheinbaum como virtual candidata presidencial de Morena, PT y Verde.
Todos dentro y fuera del partido en el poder y en el circulo de López Obrador dan por hecho que la exigencia de Marcelo es imposible de cumplir.
Y hay quienes insisten en que eso se sabía desde antes de iniciar el proceso lleno de vicios que se instauró para colocar a la exjefa de Gobierno de la CDMX como la abanderada de Morena para el 2024.
Esos que dan por hecho que AMLO impondrá contra viento y marea, y por sobre todos los preceptos legales a Claudia en la Presidencia, porque para ello cuenta con miles y miles de millones de pesos desviados de fondos y presupuestos, y acumulados en guardaditos por aquí y por allá; y porque tiene hoy 22 gobernadores y gobernadoras que si él les ordena saltar lo harían sin el menor rubor y porque por encima de todo lo demás si él quiere la pone porque sus … lo quieren así se hará, son quienes todavía creen que Ebrard entró a la contienda interna sabiendo de antemano que AMLO impondría a quien quisiera y sobre todo consciente de que él no era ese elegido.
La exdiputada priísta y hoy analista de política de El Financiero, Rosario Guerra preguntaba el por qué Ebrard, sabiendo que él no sería el elegido de AMLO entró a esa contienda,
En su artículo bajo el título de “Los procedimientos y los tiempos”, Guerra interroga: “¿cuál era el caso de competir en desventaja? Pasó lo que tenía que suceder. Perdió la encuesta”.
Y sobrevino la batalla del excanciller.
“Como lo establece la legislación electoral, (el reclamo) primero debe hacerse ante el órgano interno del partido y si éste no resuelve o no hay conformidad con el fallo, se acude al TEPJF. La petición (de Marcelo) es que se repita el proceso”.
Desde que lo hizo, Ebrard ha pasado todo lo previsible: amenazas, injurias, acoso, desdén, incredulidad, etc.
A jalones y estirones el excanciller logró que la Comisión de Honor y Justicia diera entrada a su recurso de queja y ya recibió la respuesta.
Hoy tiene ante sí un escenario en que sus diputados afines pueden reorientar y modificar el paquete Fiscal y Presupuestal de AMLO para 2024. Es una posibilidad sin precedentes y única para el excanciller.
Los disputados marcelistas han dicho que intervendrán para reorientar recursos a la salud, educación, agua, infraestructura y seguridad, sin supuestamente afectar prioridades presidenciales.
Hoy viernes 13 de octubre de 2023 todo puede ser posible. Y así lo percibe la exdiputada Guerra en su artículo en El Financiero al señalar que en la vida y en la política se abren momentos únicos, que si no se aprovechan, no regresan más.
Hoy Ebrard no tiene regreso en Morena ni ante AMLO y por ello su línea final llegó ya para dejar Morena y poder lanzarse por MC.
No hay más tiempo porque lo electoral tiene calendario que se cumple día a día.
Y tiene ante sí la posibilidad de que sus diputados afines reorienten los Presupuestos de Ingresos y Egresos y le modifiquen todo lo presupuestal a AMLO en el último año de su Gobierno.
No sería desquite o venganza sino la avanzada de una nueva fuerza política -la de Marcelo que la misma encuesta amañada de Morena dice tiene el 26 por ciento de las preferencias y apoyos de los militantes de Morena en el país, segunda fuerza debajo de la de Claudia Sheinbaum-, para poder presentarse dentro de otro partido con una base nada despreciable.
El caso es que este fin de semana deberá definirse algo de todo esto. No hay más tiempo. Como decía El Ferras: … ahora o la bebes o la derramas.
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