ROBERTO VIZCAÍNO
Marko Cortes, Alejandro ‘Alito’ Moreno y Jesús Zambrano viven hoy en el peor de sus respectivos mundos.
Pasada apenas la elección más importante de sus vidas, en la que sus partidos PRI, PAN y PRD salieron con una derrota que más bien parece un tiro de gracia político para cada uno -y para México-, Cortes y Moreno se aprestan a dejar sus dirigencias nacionales en PAN y PRI, y Zambrano a sepultar al más emblemático e importante partido de la izquierda mexicana, el PRD.
Los tres son señalados por analistas y amplios sectores ciudadanos, pero principalmente por sus disidencias internas, como los responsables de la debacle de la oposición y la abrumadora derrota de Xóchitl Gálvez el 2 de junio.
Sin lograr todavía entender por qué perdieron, ni reponerse del fracaso electoral más estrepitoso de toda la historia comicial de México, Marko, Alito y Chucho no sólo tienen en este momento que preparar una de las batallas más importantes a que hayan sido convocados: evitar la sobrerrepresentación abusiva e ilegal con que Morena, PT y Verde -con el aval detrás del presidente Andrés Manuel López Obrador y de la presidenta electa Claudia Sheinbaum– pretenden hacerse de las mayorías constitucionales en el Senado y en San Lázaro.
Los tres están obligados a mantenerse juntos -a pesar de que muchos desde dentro y fuera se lo recriminan- para luchar ante el INE y el Tribunal Electoral, contra esta intentona y así evitar que con esa mayoría ilegal y ficticia el oficialismo apruebe las reformas constitucionales de AMLO para anular a la Suprema Corte, al Tribunal Electoral y desaparecer al INE y a una decena de organismos autónomos esenciales para la democracia.
Y entrar de lleno a una tiranía.
Parte ya de la siguiente legislatura como senadores pluris, Marko y Alito y quizá Zambrano deberán además comenzar a diseñar y organizar la alianza legislativa de la oposición.
Y por si no fuese suficiente, sus agendas partidarias a tiempos fijo -donde ya no se pueden solicitar prórrogas- los obligan a tener que preparar y perfilar la renovación de sus dirigencias en PRI y PAN previstas para fines de este año, quizá para noviembre.
Ante este hecho han comenzado a brotar las ambiciones en ambos partidos. Y ayer ya 13 exgobernadores del PAN -no pocos con historias turbias- ( a saber: Francisco Barrio, Fernando Canales, Héctor López, Carlos Medina, Patricio Patrón, Marco Adame, Alberto Cárdenas, Marcelo de los Santos, Ignacio Loyola, José Guadalupe Osuna, Juan Carlos Romero, Ernesto Ruffo y Francisco Ramírez Acuña) se le aparecieron a Marko Cortes a través de un desplegado para exigirle abrir su sucesión en el PAN.
El panista michoacano está curtido. Esta será quizá la veinteava bronca que se eche desde que llegó vía conflictos internos a dirigir al PAN. Además, los exmandatarios son en realidad puros cartuchos super quemados. Pero no dejan de hacer ruido.
Más en serio, quienes ya se apuntaron para la sucesión de Marko son el aguerrido y muy crítico senador Damián Zepeda -quien ya fue dirigente suplente de Marko en el PAN-, y el diputado federal Jorge Romero.
En el caso de Alito, igual sus enemigos internos no dejan de exigirle y gritarle pero ahí la sucesión en la presidencia del PRI parece que anda por el lado de Carolina Viggiano o su marido, Rubén Moreira. Los 3 forman la cúpula real del PRI y no la van a soltar ni de broma.
EL PLUS DE LOS 3
Este es más o menos el contexto general en que hoy se mueven los 3 dirigentes de la alianza opositora que, vencidos, no dejan de ser predominantes en el juego político nacional.
Ciertamente sus partidos y alianza fueron vencidos en la presidencial por una votación abrumadora. Pero en la contienda por el Congreso -que es la que se toma en cuenta para el reparto de prerrogativas, financiamiento del INE-, salieron con 42% de votos frente a 44 de Morena, PT y Verde.
Y con sus bancadas -por definirse- podrían estar abortando las reformas de AMLO, especialmente la que busca desaparecer a la Suprema Corte como la conocemos.
En este sistema de partidos, eso es esencial.
Así que quienes desde las columnas políticas les gritan que deberían irse al demonio y desaparecer, y quienes desde la oposición interna de los partidos buscan disminuirlos, tendrán que esperar sentados.
Marko, Alito y Zambrano tienen todavía algo de vida política y la van a gozar.
MONREAL ANUNCIA PARLAMENTOS ABIERTOS
A contrapelo de las afirmaciones del presidente Andrés Manuel López Obrador de que no hacen falta debates nacionales ni foros legislativos abiertos sobre su iniciativas de reforma del Poder Judicial “porque ya los ciudadanos la conocen lo suficiente”, Ricardo Monreal el reinstalado coordinador de los senadores de Morena, acompañado por senadores del PT y Verde anuncio ayer que, pues sí van los foros abiertos.
Y luego de dejar en claro que es a petición de la presidenta electa Claudia Sheinbaum, se presentó un punto de acuerdo ante la Comisión Permanente “para desarrollar, realizar, llevar a cabo foros de deliberación y discusión, análisis, de las cinco primeras reformas que se han considerado como prioritarias para la discusión y en su caso, la aprobación en los meses, en los primeros días del mes de septiembre, cuando inicie la próxima Legislatura del Congreso de la Unión”.
Monreal dijo que entre las que se impulsarán están: la reforma judicial, una reforma a la Ley del ISSSTE, otra a la Ley de Cuidados -que establece un apoyo económico a las mujeres de 60 a 64 años-.
“Esto es lo que presentaremos ahora como proposición con punto de acuerdo”, indicó.
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