ROBERTO VIZCAÍNO
Simplemente no hay forma de que Mario Delgado, Beto Anaya y Manuel Velasco -Morena, PT y Verde- puedan cumplir ese deseo.
Salvo que estén maquinando un megafraude electoral que en el México actual es igualmente imposible.
Ya el Ratón Loco, el Carrusel, la Urna Embarazada de los años 80 no existen más. No existe tampoco la CTM ni la CNOP ni la CNC que garantizaban un acarreo sin límite en cada elección.
En fin que el México de Manuel Bartlett y Plutarco Elías Calles es ya historia vieja. Y su balandronada recuerda como en 1988 el entonces presidente del PRI, Jorge de la Vega Domínguez, dijo que habría 20 millones de votos para Carlos Salinas en su contienda contra Cuauhtémoc Cárdenas.
Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez que lideraron al Frente Democrático Nacional (FDN), al ingresar al Palacio Legislativo el 1 de diciembre de aquel año como senadores de la oposición, lo hicieron con un grito histórico de:
– “20 millones, jajaja…”
Ahora Andrés Manuel López Obrador dueño de Morena, hasta sus gerentes Delgado, Anaya y Velasco deben recordar aquel hecho.
Entonces eso de que van por 35 millones de votos el 2 de junio para Claudia Sheinbaum es simplemente de risa.
Pobres, andan tan apanicados con la muy probable derrota que sólo dicen idioteces.
ANTECEDENTES
Las elecciones se ganan con votos y los 30 millones 113 mil 483 (53.2%) alcanzado por Andrés Manuel López Obrador en 2018 fue algo excepcional. En eso coinciden todos quienes saben de esto.
No vamos a entrar al debate de si recibió ayuda o no del entonces presidente Enrique Peña Nieto y entre 10 y 12 gobernadores del PRI para alcanzar esa cifra.
El hecho es que en las elecciones federales del 2012 y 2016 AMLO sólo sacó la mitad de lo que alcanzó en 2018.
Ese porcentaje lo volvió a ratificar vía Morena en las elecciones de 2021 y en el proceso de fin de mandato.
Eso lleva a pensar que su voto real, duro, es de quizá 15 millones de sufragios.
¿De dónde van a sacar otros 20 para alcanzar los 35 millones prometidos ayer por Delgado, Anaya y Velasco?
Más bien hay que ver cuantos de cada 10 que votaron por AMLO en 2018 ya no lo harán por Claudia en 2024.
NUMEROS Y PORCENTAJES
El análisis serio requiere de datos ciertos.
En 2018 había 89.3 millones de mexicanos en la Lista Nominal, es decir, con credencial para votar. De ellos fueron 56.6 millones a votar. No lo hicieron 36.6 millones.
El domingo 2 de junio próximo habrá cerca de 98 millones de mexicanos inscritos en la Lista Nominal, es casi 10 millones más que en 2018.
Si acudiera a las urnas el 2 de junio un porcentaje similar al de 2018, es decir, 63.4% estaríamos hablando de casi 62 millones de votantes.
Si de cada 10 que votaron por AMLO 2 o 3 o 4 no lo hacen ya por Claudia, estaríamos hablando que Sheinbaum podría estar alcanzando en el mejor de los casos 25 millones de votos.
Lo obvio es que esos que ya no votarán por ella lo harán preferentemente por Xóchitl Gálvez, no por la pantomima esquirolesca del fosfofosfo de MC.
Si eso fuese cierto, Xóchitl Gálvez estaría ganando por el 49% de los votos.
Mire justo el fin de semana el exconsejero Ciro Murayama avanzó un análisis en El Financiero en el que habla de lo mismo, pero referente a la próxima composición de El Senado-
EN EL SENADO NO HABRÁ MAYORÍAS DE MORENA
Murayama recuerda que ni siquiera en la elección de 2018, con el gran caudal de votos hacia Morena y sus aliados, se alcanzó la mayoría calificada en el Senado.
Menos lo lograrán ahora.
Y es que, afirma, “para tener mayoría calificada y cambiar la Constitución, se necesitan al menos dos terceras partes de los 128 senadores, o sea, 86 escaños.
“Las reglas para integrar el Senado son sencillas: de cada entidad federativa salen tres senadores, dos de la fuerza más votada y uno del segundo lugar. Así que son 96 senadores por esta vía y hay 32 más que surgen de una lista nacional con proporcionalidad directa. Eso es todo.
“Ahora bien, ¿qué se necesita para lograr 86 senadores? Pues ganar las 32 entidades, lo que daría de entrada a 64 senadores. Y, luego, sería necesario obtener 22 senadores de la lista nacional y así alcanzar el número mágico de 86. Pero para hacerse de esos 22 senadores se requiere lograr el 68.8 por ciento de los votos. Ser primera fuerza en las 32 entidades y recibir casi siete de cada diez votos ciudadanos. Se puede escribir, pero es imposible de conseguir en la realidad”.
Así de sencillo. No hay forma que lo logren.
En 2018 pese al arrastre de AMLO, Morena y aliados solo ganaron 50 senadores en 25 estados. En 5 más quedaron como segunda fuerza. Ahí solo lograron 5 senadores más.
En total Morena obtuvo el 42 por ciento de los votos, que le dieron 13 senadores pluris. PT tuvo 4.3 por ciento y logro 1 senador. Así, la coalición del gobierno se hizo en 2018 con 69 senadores. Tuvo mayoría simple (53.9 por ciento), pero quedó a 17 legisladores de la mayoría calificada de 86.
“Por eso, cuando la oposición se decidió, tuvo en el Senado los votos suficientes para detener las reformas constitucionales de este gobierno”.
Si la elección de 2024 resulta como la de 2021, las cosas se complicarán más para quienes sueñan con el ‘plan C’. Es decir, alcanzar mayorías legislativas senatoriales para modificar sin cambiar ni una coma la Constitución.
“Por ello, el ‘plan C’ está condenado al fracaso. Una buena noticia para la democracia”, concluye Murayama y yo agrego que igual resultaría en una derrota para los sueños transexenales de AMLO.
O sea: 35 millones de votos… jajajaja
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