TEXTOS EN LIBERTAD/ Los artículos semanales de Javier Marías

JOSÉ ANTONIO ASPIROS VILLAGÓMEZ. El pasado 11 de septiembre falleció el escritor y académico español Javier Marías, cerca de cumplir los 71 años; le faltaban nueve días. Desde entonces se ha publicado mucho sobre su producción literaria y las expectativas que había de que le fuera concedido alguna vez el Premio Nobel de Literatura.

Nos queda referirnos a algunos aspectos que combinan su personalidad y su trabajo, particularmente el periodístico con sus colaboraciones semanales, durante más de 28 años, para medios españoles.

En 1994 comenzó a publicar sin descanso sus artículos en El Semanario (XL Semanal, en la actualidad), y desde 2002 en El País Semanal, con excepción de los meses de agosto. Lo leímos en estA última publicación cada semana cuando aparecía como una revista impresa, y con menos frecuencia desde que se volvió digital.

Sus temas eran variopintos, muchas veces con humor y una fina ironía; otras, con firmeza: asuntos políticos locales o extranjeros, temas religiosos, las autonomías, experiencias cotidianas cuyo tratamiento las volvía interesantes, literatura, idioma, anécdotas a veces simpáticas sobre la Real Academia y sus integrantes, sus preferencias y desagrados, en fin, el reto era tener un asunto nuevo cada vez.

“Hay semanas en que encontrar un tema que no esté demasiado trillado -por uno mismo o por los demás- se hace en verdad arduo”, reconoció en una ocasión, y confesó que era inevitable tener “la sensación de que por fuerza está uno cansando o exasperando a los lectores”, por lo que “cada pocos meses me pregunto, por variados motivos, si no debería parar”.

A pesar de que el teclado es igual en ambas tecnologías (qwerty, poiu, dispuesto así para que las teclas no se atoraran en las máquinas mecánicas o eléctricas, y respetado en las computadoras para quienes pasamos de un sistema al otro), Javier Marías no usaba ordenador (no sabemos si así se sostuvo hasta el final) sino una máquina de escribir, siempre de la misma marca y modelo, Olimpia Carrera de Luxe, que todavía se consigue en los sitios de compraventa que hay en Internet.

Incluso ese fue el tema de una de sus columnas, la del 10 de julio de 2011 en El País Semanal # 1815, donde explicó que le gustaba escribir sobre papel incluso sus novelas, corregir mucho y a mano, y repetir cada página las veces que fuera necesario, sin importar si eso significaba perder demasiado tiempo. Tenía quien le ayudaba a “picar o escanear estos textos, que envío por antediluviano fax”.

Ese artículo fue, además, un parteaguas en la trayectoria revisteril de Javier Marías. Explicó que se trataba de su colaboración 409 para El País Semanal, misma cantidad de artículos que había escrito para El Semanario, de los cuales le publicaron 408 y uno fue censurado, motivo por el cual dejó de escribir para esa publicación.

Aquella censura no fue asunto menor para él. En www.javiermarias.es le dedicó más de tres mil palabras al caso en 2003. Primero, con un aviso de que desde el 22 de diciembre anterior ya no aparecía su colaboración en El Semanario y por qué, y luego con comentarios sobre las reacciones de los lectores.

Todo comenzó cuando un artículo suyo sobre la Iglesia Católica y “las religiones en general” no fue publicado el 6 de octubre de 2002 como esperaba, ni –según le ofrecieron los editores– el 12 de enero de 2003 cuando ya estuvieran “calmados los ánimos” tras dos colaboraciones de Arturo Pérez-Reverte sobre lo mismo, que habían “soliviantado” a algunos sectores.

También le censuraron en su artículo del 15 de diciembre de 2002, el párrafo donde anunciaba de qué trataría el del 12 de enero, lo que para él era “un aviso” y, para los editores, “una provocación”. Entonces le pareció evidente que su única opción era poner fin a sus colaboraciones, lo cual hizo con “pena” y con “amargura”, porque la censura es ilegal en España.

“Parece que todavía hay gente en España que no acaba de entender que, ante una opinión que le desagrade, puede criticarla, rebatirla, enojarse con ella y hasta poner verde a quien la ha expresado. Pero no impedírsela”, escribió Marías, y aprovechó para revelar que también había renunciado a una firma editorial, porque quisieron “retrocar” la traducción que había hecho de un libro.

El mismo día que falleció Javier Marías, se publicó en El País Semanal su última colaboración, titulada ‘El más verdadero amor al arte’.

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