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ROBERTO CIENFUEGOS J. Vaya espectáculo en el que ha devenido la política en general en México y en particular la diplomacia, convertida, o en vías de trocarse en un toma y daca, alejada, más bien a años luz de distancia, del ejercicio de profesionales en materia de relaciones exteriores. Los casos de Quirino Ordaz en España, más recientemente de Carlos Miguel Aysa en República Dominicana, y aún de Isabel Arvide como cónsul en Estambul, sin contar el sainete de Pedro Salmerón con un destino frustrado en Panamá, revelan el circo en varias pistas de una actividad clave para México y que durante muchos años dio lustre, pero sobre todo posibilidades al país de lograr una inserción planeada y fructífera en la escena internacional.
Así, sin tapujo alguno, por ejemplo, el senador César Cravioto, acaba de ratificar que aquellos gobernadores que se porten bien en los estados donde el próximo cinco de junio se celebrarán comicios, podrían recibir como premio una embajada de México. De película, ¿no cree? Sigue el guión trazado para trocar embajadas o misiones diplomáticas a cambio de un apoyo irrestricto, ciego al gobierno de turno. Atrás quedan otros papeles, cargos, fidelidades y representaciones como si se tratara de escenificaciones geniales. Igual que las que ahora se repiten.
«Compórtense bien, no metan las manos en el proceso electoral, hagan bien las cosas y tal vez reciban una invitación para que sean embajadores en nuestro país y representen bien a nuestro país”, dijo Cravioto. Insólito ¿no le parece? ¿Ese es el nuevo giro de la diplomacia mexicana? ¿Qué dirán los diplomáticos mexicanos de carrera? Los que se formaron seriamente en el Instituto Matías Romero, que pronto y conforme la oferta hecha por el presidente López Obrador dirigirá nada menos que Alicia Bárcena, ahora que recién concluyó su gestión al frente de la Comisión Para América Latina y el Caribe, un organismo de Naciones Unidas con sede en la capital chilena. Desalentador, mínimo, para esos profesionales formados en diversas disciplinas, y ahora reducidos, marginales y aún sujetos a una austeridad insultante en el ejercicio de sus funciones y responsabilidades. Entra en escena la pobreza sanfranciscana. Es el nuevo tiempo.
Y esto es sólo una parte del espectáculo, algunos episodios resonantes, que dejan ver la política y aún la diplomacia, un baluarte del pasado casi desmoronado en México por estos días, meses y aún ya años.
Otra toma de ese filme casi fantasmagórico es la expresión que está tomando el episodio relativo a los diputados que se opusieron a la reforma eléctrica planteada por el Ejecutivo federal, y que ahora son tildados de “traidores a la patria”, en un papel de sonambulismo que despierta todo tipo de pesadillas, de esas de las que uno busca salir cuando nos asaltan de noche. El coordinador de diputados de Morena, Ignacio Mier Velazco, se lanzó a festejar en un trance impresionante de este lamentable espectáculo que casi todos los días se nos ofrece a los mexicanos, “el paredón pacífico” para los legisladores que rechazaron la reforma eléctrica. Sin meditar sobre el peso de las palabras, Mier Velazco utilizó conceptos impropios de un legislador desde cualquier ángulo que se le mire. Pero qué más da en la hilarante comedia mexicana, que si no fuera tan aciaga, motivaría a la risa loca como parte de un esfuerzo supremo para no desbordarnos.
Las confesiones de Trump sobre el episodio de los aranceles estadunidenses y el envío inmediato de miles de efectivos mexicanos a las fronteras para impedir el paso de inmigrantes desesperados en ruta a la tierra del dólar, pues ya las sabíamos. El tema es que ahora las confirmó el magnate del ladrillo, el rey del tuit. La respuesta de este lado de la frontera fue casi una gracejada, con humor involuntario si acaso. Asi es Trump, pero me cae bien, aun y cuando es un capitalista, se escuchó en el mismito Palacio Nacional. Trump se refirió antes casi en iguales términos a López Obrador, pero lo describió como un socialista de los que le gustan. Así andamos pues, y lo que viene, como para preservar el humor que es lo único que salva, así éste sea negro.
@RoCienfuegos1
