ROBERTO CIENFUEGOS J. La inflación, cierto, es un fenómeno mundial en estos larguísimos días de agobio persistente por la pandemia del coronavirus, que a ratos parece no tener fin. Pero en México, es el plato fuerte de los más pobres, lo cual es obviamente muy grave.
Al cierre del 2021, la inflación, fue de 7.37. Los expertos la han considerado la tasa más alta en México de las últimas dos décadas. Se dice fácil, pero se sufre todos los días con precios históricos al alza como el caso del limón, el aguacate, la carne, el pescado y hasta los huevos, éstos últimos con precios que rondan por kilo los 30 pesos.
A esto se añade el tema del crecimiento económico, que sigue bajo, así se nos indique que México crece aún con Covid-19. ¿Crece?
En su informe más reciente, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, el organismo de la ONU que encabeza la mexicana Alicia Bárcena -próxima presidenta del Instituto Matías Romero en México- bajó sus pronósticos de crecimiento económico para México de 3.2 por ciento a 2.9 por ciento este año.
Un pronóstico global o sexenal indica que al término del gobierno en curso, la economía mexicana rondará tasas de crecimiento menores al 2 por ciento, una pésima noticia para el país en su conjunto y en particular para los jóvenes que presionan con fuerza el mercado laboral, y cuyo futuro se vislumbra sombrío predominantemente al menos en cuanto a las oportunidades de trabajo se refiere. Se observa, como nunca antes, una generación juvenil cada vez más dependiente, aún si es que logra algún avance económico, de la generación precedente que tendrá que ayudarlos si es posible. El resto, a pepenar el futuro o engrosar en muchos casos, las filas delincuenciales en vista de que el crimen si paga y lo está haciendo cada vez mejor.
Si al término de este sexenio se confirman las peores tendencias de crecimiento precario en el mejor de los casos, se habrá sumado un sexenio más de crecimiento mediocre e insuficiente para atender las demandas sociales cada vez mayores, en un país que también envejece a paso acelerado. Una vez más, pasaremos de la esperanza a una cosecha amarga.
@RoCienfuegos1