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JOSÉ SÁNCHEZ LÓPEZ
LOS mexicanos hemos padecido toda clase de presidentes: ladrones, llorones, hipócritas, criminales, perversos, mediocres, tontos, demagogos, ignorantes, corruptos, autócratas, etcétera, etc.
Y sí, también hemos tenido, con sus muy, pero muy, muy, muy honrosas excepciones, mandatarios honestos, brillantes, verdaderos estadistas.
Aunque ha sido como encontrar agujas en el pajar.
“Máginese”, como diría el clásico,
Y a propósito del interfecto, nunca, pero de veras nunca. habíamos tenido un gobernante que pudiera reunir solito todas esas “cualidades”.
¡Qué capacidad!
Algo así como un compendio de yerros de la Madre Natura, con el inconveniente de que todos esos traumas, resentimientos, frustraciones y demás defectillos las descarga contra todo aquél que no apruebe sus disparates.
Difícilmente, y menos con el poder que ha acumulado, habrá quien le diga sus verdades.
La mayoría guarda ominoso silencio.
Unos por complicidad, otros por una inexplicable admiración, algunos más por temor y la gran mayoría, por una desconcertante ceguera que no los deja o de plano no quieren ver a dónde lleva al “pueblo bueno” el presidente ANDRÉS MANUEL LÓPEZ OBRADOR.
Por eso no deja de causar sorpresa que RAFAEL SEBASTIÁN GUILLÉN VICENTE, más conocido por su nombre de guerra del comandante Marcos, despertara de su letargo y se animara a emitir la opinión que tiene del ocurrente mandatario.
Dijo que por sus actos, LÓPEZ OBRADOR se parece a los presidentes que gobernaron a México entre 1964 y 2018, arropados por el PRI, el PAN (y ahora por MORENA) y que el proyecto de la 4T de AMLO, no representa ninguna transformación, “pues sólo se trata de un cambio de piel de víbora”.
El vocero del Ejército Zapatista de Liberación Nacional dijo:
“López Obrador ha gobernado con el autoritarismo de Gustavo Díaz Ordaz. con el nacionalismo de cartón piedra de Luis Echeverría, la demagogia corrupta (y lloriqueo) de José López Portillo, la mediocridad de Miguel de La Madrid, la perversidad de Carlos Salinas de Gortari, la vocación criminal de Ernesto Zedillo, la ignorancia enciclopédica de Vicente Fox, el militarismo y la mecha corta de Felipe Calderón y la frívola superficialidad de Enrique Peña Nieto”.
Remarcó que AMLO se ha caracterizado por su estilo del autoelogio y de hacerse siempre la víctima, “por lo chillón”.
Tras las críticas, LÓPEZ OBRADOR, chispeante, talentoso y congruente como es, pero, sobre todo, respetuoso, respondió que no iba a polemizar y en una intentona sarcástica, dijo: “Él debe ser zapata”.
Bueno, habría que aceptarlo desde la perspectiva que él se siente la reencarnación de Juárez…
“Maginese”, ahora resulta que el que un día sí y otro también, desde su púlpito mañanera, con todos los recursos y ventajas que le da el Estado y el poder de su investidura, insulta difama, calumnia, ofende, miente y agrede a diestra y siniestra, adopta su acostumbrado papel de víctima y afirma que no le gusta polemizar.
Como van las cosas, él ya está a punto de irse a La Chingada, a su rancho, y, desde luego, también el pueblo bueno, pero ese sí, no precisamente a una finca de descanso.***LA SIMULACIÓN ES EL ARTE DE LA PERVERSIDAD.***AU REVOIR.
