*En redes sociales, se obliga a los empleados municipales a promover en redes la campaña: «Salvemos a Susy» como un verdadero grito de auxilio de una edil que ha sido rebasada por los grupos criminales a los que siempre negó y ahora tienen aterrorizados a los habitantes; autoridades estatales y federales deben suplicar la ausencia de un gobierno local que nada resuelve
ANTONIO ORTIGOZA VÁZQUEZ/ @ortigoza2010
(Especial de Expediente Ultra). La alcaldesa de Tizayuca, Susana Ángeles Quezada, siente pasos en la azotea. Se angustia porque posiblemente tenga los días -o quizá horas- contadas al frente del Ayuntamiento, en tanto que la población vive otro tipo de temor, como perder su patrimonio, su tranquilidad e, inclusive, la vida, ante el acoso de un desalmado grupo criminal que, tan solo a «manera de muestra», tiene un chofer de transporte muerto y otro herido.
En vías de hecho, la autoridad municipal de Tizayuca ha desaparecido, ya que en la aguda crisis de seguridad pública, el encargado del despacho de la Procuraduría estatal, Santiago Nieto Castillo, en combinación con Ejército y Guardia Nacional han tomado el mando de la situación, después de una semana de terror entre la población.
El vacío de poder en el gobierno municipal, es evidente.
SUSY NEGÓ LA REALIDAD Y LE CAYÓ ENCIMA
A casi cinco años y medio de la «Cuarta Transformación», la constante en los gobiernos «obradoristas» -siguiendo la pauta de Palacio Nacional- ha sido la obstinada negación de la realidad.
Esa negación fue seguida al pie de la letra por Susana Ángeles Quezada, alcaldesa de Tizayuca, cuando en su «mañanera» del seis de junio pasado, mostró su «satisfacción» por haber logrado la «pacificación» en el municipio y la reactivación del transporte público, con el añadido de que «no se va a reconocer el papel que tuvo el gobierno municipal en la configuración de este esquema de cooperación» con el estado y la federación.
«Desde una narrativa de la oposición -abundó-, enojada, con rencor del rancio priísmo, porque se están acercando los tiempos electorales y van con narrativa que calumnia…»
Pero hacia las dos de la tarde, ese exultante «optimismo» se desinfló de forma contundente: «Los hijos del diablo», como se autodenominan los criminales que sentaron plaza en Tizayuca, cumplieron su amenaza y el chofer Rafael Soto Gutiérrez cayó abatido a balazos.
Pero Susy todavía esperó unas nueve horas para enviar un parco mensaje, a las 21:50 horas, donde dice: «Lamentamos los hechos ocurridos y el sensible fallecimiento del C. Rafael Soto Gutiérrez…»
Pero, ante el nebuloso ambiente que se vive en la administración municipal queda expresado crudamente en un, digamos, angustiado mensaje difundido en la red social interna del Ayuntamiento, donde se invita a funcionarios y empleados «a saturar la red social en pro de resaltar y defender el trabajo de nuestra presidenta (porque) todo lo sucedido lo han politizado… hago mención en qué forma de agradecimiento a la confianza de la maestra Susana se ha depositado en nosotros al hacernos parte de esta administración podríamos apoyar y difundir los buenos comentarios que circulan en redes sociales».
Es claro que se trata, más que de una «invitación», una advertencia: ¡Defendamos nuestro hueso, que está en peligro!
DEFENDER LO INDEFENDIBLE
Pero el anónimo redactor de la convocatoria al parecer tropieza en su nerviosismo y comete una posible pifia, o quizá en un rapto de cruda sinceridad: «La actuación de la alcaldesa es indefendible, pero… ¡defendámosla!»
Dice: «Si en anteriores administraciones se defendía lo indefendible ¿por qué en esta ocasión no hacemos lo mismo?»
Y eso, plantea el autor (a) del mensaje «… no podemos permitir que esto se salga de control… para poder hacer que permanezca la tranquilidad».
Al calce, a manera de rúbrica, se lee: «Campaña: ‘Salvemos a Susy'».
Todo lo anterior ocurría después de una terrible semana, cuando el grupo criminal «Hijos del Diablo» (sic) ya había herido gravemente a un chofer de transporte urbano de pasajeros y asesinado vilmente a otro.
El viernes dos de junio circuló en una red social del gremio de transportistas un ominoso mensaje de ese grupo criminal donde se dice: «Aver (sic) señores ustedes quieren que se vielento (sic) ai (sic) esta su primer erido (sic) mañana van muertos no quieren negociar con los señores nosotros nadamas venimos a ser (sic) nuestro trabajo tienen asta (sic) las 12 del dia de mañana».
Alegremente, la alcaldesa Susy aseguró que esos mensajes eran «falsos» y no informó nada de eso al gobierno estatal.
El sábado tres de junio la alcaldesa inauguraba obras y esa tarde, Seguridad Pública del estado, la Guardia Nacional y el Ejército realizaron un operativo conjunto.
A las 11 de la noche, la alcaldesa emitió un «comunicado» que fue un auténtico galimatías: «El gobierno municipal de Tizayuca informa que a través de la Secretaría de Seguridad Pública y áreas pertenecientes al gobierno de México y del estado de Hidalgo trabajan en todo momento de manera conjunta con las organizaciones del transporte colectivo para atender sus peticiones…»
Tan tan.