*El grupúsculo que ha mantenido secuestrada a la Universidad Autónoma del Estado (UAEH) por más de tres décadas, se la jugó don Adán Augusto López, y ahora queda en la orfandad política y sin candidaturas pues se ve difícil que Damián Sosa pueda ganar en Tulancingo o, al menos, ser diputado federal por Morena bajo las siglas del PT
ANTONIO ORTIGOZA VÁZQUEZ/ @ortigoza2010
Especial de Expediente Ultra. Como el sobrino vago de la familia, que a la hora de la lectura del testamento de la tía rica se queda chiflando en la loma sin un solo centavo, así andan ahora los capos de la Sosa Nostra, esos que pusieron toda la carne -y toda la desvergüenza- en el asador, en pro de Adán Augusto López.
En tanto que en la CDMX se daba lectura a las cifras de las encuestas para la selección de la «corcholata» ganadora, quedó en claro que el Vampiro Tropical se derrumbaba a un ignominioso cuarto lugar -¡Debajo del Noroñas!- , se diluyeron las expectativas de candidaturas a diputados federales, senadores, alcaldías y otros cargos importantes.
Porque la Sosa Nostra, también conocida como «Grupo Universidad», comenzó a desinflarse aceleradamente. Apostaron casi todo al ex secretario de Gobernación y perdieron casi todo (o sin el «casi»).
Porque fue del todo evidente que al colocar sus fichas en la jugada sexenal, siempre sembrada de trampas, con piso resbaladizo, los jefazos del Grupo Universidad mostraron nula perspicacia, nada de malicia, nada guardaron -al parecer- para negociar.
Pero además, cometieron errores garrafales, esos que cualquier politiquillo de pueblo sabría esquivar.
Porque, aún en el caso (¡o precisamente por ser el caso!) de que ganara Morena con Sheinbaum, el Vampiro Tropical puede ser, entre otros asuntos, investigado por un detallito que surgió Urbi et Orbi en el acto de proselitismo que la Sosa Nostra le preparó en el mismo recinto universitario en su precampaña, donde fue ovacionado estruendosamente por las porras expresamente aleccionadas.
Porque en ese acto «masivo», el rector hizo las veces -en vías de hecho- de un denunciante de un posible delito cometido por AAL.
Con toda frescura, el rector Octavio Castillo dijo: «Cuando usted fue secretario de Gobernación, también nos apoyó para cambiar la medida cautelar de nuestro amigo, el licenciado Gerardo Sosa Castelán, y es lo que nosotros valuamos (valoramos) de manera inalcanzable». (sic).
El rector Castillo aludía el cambio de Almoloya, famoso penal de alta seguridad, por la «prisión domiciliaria», beneficio que le había sido negado por varios jueces federales al jefe máximo de la Sosa Nostra.
Pero la entonces «corcholata» (el epíteto injurioso no es de Expediente Ultra, por cierto), lejos de mostrar indignación, o por lo menos, preocupación, por la balconeada, puso alabarda sobre aparejo: «Aprovecho para enviar un saludo a esa persona que no conozco personalmente…»
El caso fue que el Vampiro Tropical hizo una «campaña» cargada de elementos, digamos, ¡pues tropicales! Hizo constantes viajes en aviones de la Fuerza Aérea, en donde no precisamente discutía «estrategias políticas», sino que daba lectura a poemas amorosos (¿eróticos?) a una diputada de 26 años, en calidad de jefa de campaña.
Así que, si bien AAL, en el momento en que se daban a conocer las cifras de las encuestas, tenía una cara de enterrador de panteón en desuso, los jefazos de la Sosa Nostra tenían las caras como de los personajes de Dickens en su célebre novela «The great expectations» (Las grandes expectativas).
Ahora los miembros de la Sosa Nostra se verán, en el mejor de los escenarios posibles, en el «recorte» de las posiciones que podrían salvar, y eso, en caso de que no se enderecen en su contra investigaciones a fondo de sus trapacerías, de las que tienen qué dar cuenta desde hace ya tiempo.
El famoso Grupo Universidad lo encabeza, en los hechos, Damián Sosa Castelán, hermano de Gerardo, y además, controla el PT en Hidalgo, de acuerdo con Javier Vargas Calixto, delegado estatal del mismo PT y el delegado (aún) de Gobernación, Luciano Cornejo. Este trío de tres manejó la promoción del Vampiro Tropical, y en segundo plano, con el diputado federal Cuauhtémoc Ochoa, también conocido como «El Rey de los rellenos sanitarios» y el delegado del Infonavit, Canek Vázquez, pero quienes fueron casi anulados por el Grupo Universidad.
Pero, pese a todo, Damián Sosa pretende, a como dé lugar, la alcaldía de Tulancingo; de no lograrlo, una diputación pluri con el PT, pero tiene el problema de que éste remedo de partido funciona ahora como apéndice de Morena, en donde no quieren saber de nada que huela a la UAEH.
Cuauhtémoc Ochoa pretende, nada menos, la candidatura para Pachuca, pero el gobernador Julio Menchaca es el principal obstáculo a sus pretensiones.
En síntesis: Los bonos del Grupo Universidad (La Sosa Nostra para los cuates) ve en estos momentos, cómo los restos de poder político que conservaba se hacen humo, y quizá no solo eso, sino que podría haber más investigaciones federales en el futuro no muy lejano.