*El que aún es una especie de super secretario “todo terreno”, hoy anuncia su renuncia de forma pública y no de forma personal al presidente López Obrador
ANTONIO ORTIGOZA VÁZQUEZ/ @ortigoza2010
Marcelo Ebrard renunció este martes como canciller de México, después de posponer 24 horas el anuncio de su decisión, tomada con anticipación de varios días. El inminente ex titular de la SRE, desde meses atrás, había intensificado su presión pública para que el reducido grupo de aspirantes a la candidatura presidencial de Morena, presentaran a su vez su renuncia a los cargos públicos y así, lograr «piso parejo» en la lucha por la nominación y dejar de violar la ley electoral y la Constitución.
Hace más de un año que Ebrard se convirtió en «el elefante en la sala» dentro del juego de simulaciones que se desarrolla en la cúpula del poder, en donde el presidente de la República diseñó por sí y ante sí, «el elenco» de quienes podrían aspirar a la nominación del partido en el poder, una «lista» que de pronto comenzó a crecer día con día, al grado que el presidente López Obrador amplío sus «propuestas» a los partidos de oposición, con «sugerencias» de posibles aspirantes.
Pero fue evidente el «sesgo» o más bien, una inocultable inclinación hacia la Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, y de pronto, Ebrard reclamó «piso parejo» en el proceso.
Marcelo Ebrard, desde los primeros días del gobierno obradorista, se convirtió en el funcionario «todo terreno», ya que comenzó a ocuparse no solo de los asuntos relativos a las relaciones internacionales, sino de aspectos de tal tipo domésticos como… ir a comprar carros tanques a Estados Unidos para la distribución de gasolina, y eso, para un problema falso, ya que no tal falla en la distribución de combustible, sino que hubo una orden para no descargar la gasolina de los barcos que la traían desde Estados Unidos.
Una vez que se aceptó -eso sí, a regañadientes- de que México depende de las importaciones, se canceló la orden, los barcos alineados en larga fila en los puertos comenzaron a descargar y el «problema» desapareció.
También se encargó de calmar las aguas ante «la ocurrencia mañanera» de «poner en pausa» las relaciones con España; comprar vacunas para el Covid 19, aunque millones de dosis se perdieron al caducar, por el problema nunca resuelto de la distribución interna.
Hoy, pareciera que Marcelo se fue por la “libre”, pues su futura renuncia la hizo de forma pública, no de forma personal al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
De todo lo complicado y lo no complicado se encargaba Marcelo. Y ya se va.
Se supone que «también renunciarán» la jefa de Gobierno de CDMX; el titular de Gobernación, Adán Augusto López (en plena campaña, con grandes carteles callejeros) y el senador Ricardo Monreal.
Quedaría pendiente si el INE tendrá vela en el entierro, aunque el Consejo General ya tiene muchos miembros considerados «de familia».