* Desesperados, buscan acercarse al gobernador, Julio Menchaca y al Presidente, Andrés Manuel López Obrador, sin éxito en su objetivo por imponer nuevamente a uno de sus incondicionales como el candidato de Morena a la alcaldía de Huejutla, como antes lo han hecho con otros partidos; todo apunta a que su otrora inmenso poder, comienza a esfumarse
ANTONIO ORTIGOZA VÁZQUEZ/@ortigoza2010
(Especial Expediente Ultra). En la Zona de la Huasteca hidalguense «los cambios» no llegan ni a espejismo. El dominio de grupúsculos de hampones disfrazados de empresarios y sus palafreneros con fachada de políticos no da respiro. Tan es así, que la mafia de «Los Badillo» despliega sus tentáculos para tomar de nuevo, por asalto la presidencia municipal.
El mismo nefasto grupo que es recordado por la herencia que dejaron, al permitir y beneficiarse del auge de la prostitución infantil, entre otras nefandas actividades.
Para sus fines, alquilan los registros de diferentes partidos y así colocan a sus empleados como diputados locales, alcaldes, regidores, y así ejercer control de los presupuestos para obra pública. Emilio Badillo Ramírez ya fue diputado federal en la LIX legislatura y Darío, en la LXII, en tanto que Raúl, ejerció como alcalde de Huejutla en el periodo 2016-2020, pero antes de salir de la oficina, ya había tramitado cinco amparos para contener la misma cantidad de denuncias en su contra, por obras inconclusas, pero pagadas y otros trastupijes con fondos municipales.
Fue interesante para los habitantes de la Zona Huasteca observar lo que -a priori- podrían considerarse «buenas señales», al atestiguar divertidos cómo fue que en la reciente gira del presidente López Obrador, acompañado del gobernador Julio Menchaca, en ningún momento permitieron acercarse siquiera a Raúl Badillo ni a su mozo de estoques, Gabriel Ramos Moguel.
En reacción desesperada, Badillo salió a toda velocidad hacia Chalma, estado de Veracruz, a donde llegaría después AMLO, y aunque intentó acercarse -con sofocante carrera- a la ventanilla de la camioneta Suburban, quedó perdido entre la multitud que rodeaba el vehículo oficial y solo alcanzó a decir “señor presidente, señor presidente”, obteniendo un simple “hola” de un presidente ya agotado y sudoroso que buscaba urgentemente salir de ahí para disfrutar el “clima” de su camioneta.
Pero podrían ser unas señales que no describen en definitiva el marginamiento del aún poderoso Grupo Badillo
Su plan ranchero es colocar a su palafrenero Gabriel Ramos Moguel como alcalde de Huejutla para 2024. Entre sus méritos tiene el haber patrocinado el traslado de campesinos en 18 autobuses para los mítines de AMLO en el Zócalo, en fechas recientes.
Su hermano, Marco Antonio Ramos Moguel fue alcalde de Huejutla y ahora despacha como Subsecretario de Gobierno en el gobierno estatal, pero lo que desconcierta un poco es que como alcalde, permitió o bien entró en contubernio con traficantes de menores de edad, los que iniciaron en negocio de la prostitución infantil en Huejutla, con muchachitas de entre 15 y 16 años «como máximo».
Cuando fue señalado públicamente este infame comercio, el entonces alcalde pretendió escurrir el bulto con una «explicación» de lo más oligofrénica: «Es de que… estas niñas son de fuera, vienen de Tampico, y venían a hacer tubo». (siiic).
El Clan Badillo, como muchos de su baja estofa, maniobran sin escrúpulo alguno y no dudan en ir contra sus propios secuaces si así lo requieren. Tal ha sido el caso denunciado ante la Fiscalía estatal, en febrero de 2022, por Jaime Redondo Salinas, empresario que trabajó como contratista, «en absoluta confianza y negocios a la palabra».
Pero sucedió que de pronto, llegó a su negocio en la calle Constituyentes sin número en Huejutla un grupo armado, se llevaron vehículos, maquinaria, equipos de cómputo y otros bienes. Además, invadieron otra propiedad en la misma ciudad.
El caso es que por la zona de Huejutla permanece la incertidumbre de si acaso el poder y la impunidad seguirán del lado del Clan Badillo o ya les llegó la hora de rendir cuentas. (O por lo menos, la marginación).
El Clan Badillo nos hace recordar la trama de una película italiana de 1963, «Manos sobre la ciudad» (Le mani sulla cittá), dirigida por Francesco Rossi y en el papel del empresario/hampón, el gran actor Rod Steiger. Narra una historia de la ciudad de Nápoles, al sur de Italia, atrapada por un entramado mafioso entre funcionarios, hampones y cómplices por todos lados, comandados por el «honorable» Edoardo Nottola. (versión italiana de Raúl Badillo, sin duda).