*El pasado 15 de enero, la Doctora fue rotunda en su descripción de Damián Sosa Castelán, parte de la La Sosa Nostra, cuyos porros golpearan a estudiantes de la UAEH; pese al mensaje cifrado, el comisionado político del PT, Javier Vázquez Calixto, anunció la precandidatura al Senado de Damián, retando a Morena de ir solos en las próximas elecciones. Para los Sosa, los asuntos sobre malversaciones aún no concluyen pues su operador de negocios sucios, Oscar Pacheco, aportó información sobre empresas fantasma y otros negocios irregulares del clan, la cual ha puesto en la mirade FGR al precandidato del PT
ANTONIO ORTIGOZA VÁZQUEZ/ @ortigoza2010
Pachuca, Hidalgo/ Especial de Expediente Ultra. Pese al lenguaje relativamente moderado, la candidata presidencial de Morena, Claudia Sheinbaum, fue precisa en su planteamiento: «No hay cabida en Morena para personas con mala reputación». Punto.
Ese 15 de enero, la nominada fue rotunda en su descripción de Damián Sosa Castelán, una de las principales cabezas -junto con su hermano Gerardo- del tristemente célebre grupo mafioso que detenta el poder en la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo: La Sosa Nostra.
Pero, coincidentemente, ese mismo día, Javier Vázquez Calixto, comisionado político del PT en Hidalgo, anunció la candidatura al Senado, de Damián Sosa Castelán, y aclaró: «Iremos solos en esta candidatura. Para la presidencia de la República, presidencias municipales y diputados, tendremos alianza con Morena».
El PT es un negocio que manejan desde hace poco más de 30 años un grupo de vivales que fueron compañeros de Carlos Salinas de Gortari en la Facultad de Economía de la UNAM, donde formaron una especie de «célula» de corte maoísta para «trabajo revolucionario». Alberto Anaya se fue a Monterrey donde fundó «Tierra y Libertad», una comuna de marginales, y Rafael Aguilar hizo lo propio en Chihuahua.
Con el apoyo de Raúl Salinas y Carlos presidente de México, obtuvieron registro como partido y carta blanca para dedicarse a la hamponería política.
Junto con el PVEM, se convirtieron en fauna de acompañamiento (término éste de biología marina) de Morena, con lo que aseguran su registro.
Las candidaturas tienen «tarifa móvil», según las expectativas de ocupar el cargo (alcaldías de poca monta, regidurías, diputaciones locales), pero para diputaciones federales y al Senado, el precio ya es de consideración.
Damián Sosa Castelán no tiene problema con el monto. La dificultad ya surgió, según indicios claros, nada menos que con la candidata a la presidencia, Claudia Sheinbaum.
De visita en Tulancingo ese 15 de enero, reporteros locales inquirieron acerca de la nominación petista de Sosa Castelán y su condición de carne de presidio y ella contestó: «Personas de mala reputación no deben estar en el movimiento» y asoció el asunto a la brutal golpiza que porros de la UAEH propinaron a los estudiantes de artes, y manifestó su pesar por no haber tenido oportunidad de saludarlos porque, reiteró, «yo estoy en contra de cualquier forma de represión a los estudiantes, toda mi vida luché contra ello y voy a seguir luchando».
Añadió que «no obstante, el partido cuida que todos esos perfiles evaluados sean (para) personas que quieran aspirar a un encargo y luego vayan a traicionar, sino que realmente sigan los preceptos del movimiento».
PACHECO: ¿GARGANTA PROFUNDA?
Oscar Pacheco, quien ha sido uno de los operadores principales de los negocios sucios de Damián Sosa Castelán, según trascendidos, ha aportado información valiosa que vincula a los hermanos Sosa Castelán con empresas pantalla, como beneficiarios directos de lavado de dinero y delincuencia organizada, todo eso con el escudo de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo.
Entre las informaciones que puede proporcionar Pacheco, pueden arrastrar inclusive a notorios prestanombres, como Edgar Méndez López, y han surgido pruebas de que Gerardo Sosa Castelán es accionista mayoritario de la firma Amaque.
Además, Pacheco creó la inmobiliaria OSPAME, donde colocó como accionistas a sus hijas, y también a Edgar Méndez y Jesús Olvera Gutiérrez.
Así también, el Grupo Inmobiliario Quinto, de Apan, y Amaque en Pachuca.
Pacheco se encargó de tramitar todos los permisos para una gasolinería, con la UAEH como fachada. Nunca reunió todos los requisitos legales, pero Sosa abrió la estación de servicio por sus pistolas.
Y muchos otros negocios turbios de los Sosa Castelán están ahí, como los ladrillos de las celdas que esperan, hace decenios, a esa mafia hidalguense.
Y queda la palabra de doña Claudia Sheinbaum en prenda.