CARLOS RAMOS PADILLA*. La secretaria de Energía Federal, Rocío Nahle García, tiene en su escritorio un tema urgente y pendiente que es la operación de la Central Núcleo eléctrica de Laguna Verde. Una instalación que en el mercado de la nueva tecnología es obsoleta en muchos sentidos. Data de mediados de la década de los 50 del siglo pasado. Fue hasta 1966, que la Comisión Federal de Electricidad comenzó un estudio de factibilidad para instalarla y contó con la asesoría del Grupo de Análisis de Decisiones de Stanford Research Institute. La planeación en sus inicios consideraba la construcción en Valle de Bravo, Apasco o Laguna Verde. En 1968, durante la gestión de Díaz Ordaz, la formalizó la solicitud para la instalación de una central con un reactor de 654MWe en Veracruz. La planta nuclear comenzó operaciones –con una sola unidad- el 29 de julio de 1990 y ya para el 10 de abril de 1995 la unidad dos inició trabajos. Sin embargo, la construcción de la planta empezó hasta entrado el sexenio de Luis Echeverría (1970-1976). Desde el principio se cuestionó su ubicación y construcción por estar en una zona sísmica y por la manifestación colectiva de riesgos para la salud, concretamente leucemia. A Laguna Verde se le ha dejado en segundo término, incluso en recursos, dado que la prioridad sexenal es Dos Bocas. Resulta que científicos japoneses y coreanos detallan la posibilidad de una tragedia en mediano plazo. Los riesgos contemplan incremento de temperatura en los reactores, explosiones y malas prácticas en áreas centrales. según ha declarado Marco Martínez Negrete, académico e investigador de la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México, la construcción de la planta nuclear obedeció más a los intereses de Estados Unidos que a una necesidad real de México de producir energía nuclear. Al menos el primer reactor ya superó su vida útil de 30 años. No hace mucho, el 21 de enero del 2020 a eso de las 03:10 horas se reportó una fuga de combustible en la línea de inyección a los filtros dúplex de la máquina A del generador diésel, lo que generó un paro. Para el 3 de septiembre del mismo año según el Reporte de Condición 102649, se puso en Riesgo naranja al reactor uno ante un posible drenado potencial de la vasija por una actividad de intercambio de CRDs, que son las Barras de Control que sirven para apagar el reactor, ya que absorben los neutrones y detienen la fisión. Los días 26, 27 y 28 de mayo del 2021, se alteraron las Unidades 1 y 2.
Esto luego de que la dársena de la planta, en donde el vapor supercalentado que se genera en el reactor y que posteriormente mueve las turbinas del generador principal, son enfriadas con el agua de mar, se llenara de arena.
La planta se vio obligada bajar la potencia en ambas unidades al menos al 50%. El 19 de mayo del 2022, el reactor 1 registró un calentamiento que alcanzó hasta los 100 grados centígrados, cuando el límite permitido es de máximo 65,5 grados para evitar el aumento en la presión. Aún con esto de determina que si se llegará a cerrar la central afectaría en el suministro de energía eléctrica a Puebla, Veracruz, Estado de México, Morelos e Hidalgo. No hay que olvidar que la Asociación Mundial de Operadores Nucleares ha calificado como “mediocre” el desempeño histórico de Laguna Verde y señala problemas significativos de liderazgo y en la administración del riesgo. las constantes advertencias se han dado durante este sexenio y poco se ha informado sobre los preventivos y protocolos a atender.
*Conductor del programa VaEnSerio mexiquensetv canal 34.2 izzi 135 y mexiquense radio