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CARLOS RAMOS PADILLAS*. Qué ha logrado AMLO en los últimos años: Humillar al Ejército, doblegarlo ante los criminales, aumentar su riesgo y seguridad, y exhibirlo en diferentes frentes que le restan fuerza, credibilidad y respeto.
¿A cambio de qué? presentarlos como un músculo vital del gobierno, incrementarles el presupuesto, subir los privilegios a los mandos y otorgarles espacios y maniobras de todo tipo, incluyendo en tareas de civiles. Pero el costo es altísimo. Empleando términos castrenses, AMLO los ha colocado de tiro al banco.
Para las investigaciones en Estados Unidos y de acuerdo a la DEA se anticipa que elementos de la Marina Armada de México han servido (más precisos, han sido ordenados) por el Cártel del Noreste para transportar dinero ilícito «a fin de financiar campañas de Morena en el 2023».
En las páginas de las indagatoria estadounidenses figura el nombre de Gerardo Teodoro Vázquez Barrera, como operador financiero del Cartel del Noreste, le apodan «el Gerry».
Y aquí justo se vincula, cómo lo señaló en tribuna del senado, Lilly Téllez, al legislador José Narro Céspedes que al parecer hasta presumió una fotografía departiendo en una comida con los criminales y el gobernador electo de Tamaulipas defendido por AMLO en la mañanera, me refiero a Américo Villarreal que no es superficial que busque el fuero legislativo.
La imagen que compromete a Narro y Villarreal se dio en un restaurante del complejo comercial de Oasis en la alcaldía Coyoacán de la CDMX.
«Si tiene aún dignidad despréndase de sus obligaciones para ser investigado», le sugirió Téllez a Narro en plena arenga.
Narro ha negado sistemáticamente que haya e llegado a marinos como escoltas en actos fuera de la ley aunque las pruebas y argumentos demuestren lo contrario.
Por ello y otros hechos en el camino, Narro es considerado mercenario político. No hay que olvidar aquel evento en que el propio José Narro y Alejandro Encinas, hoy subsecretario de gobernación, metieron a escondidas y con alevosía al Congreso al hermano narco de Leonel Godoy (Julio César, ex miembro del PRD) para que pudiera tomar protesta como diputado federal, evadir la ley y no lo detuvieran para después ser considerado como prófugo. Actualmente se encuentra acusado formalmente de vínculos con el narcotráfico y lavado de dinero.
Volviendo al tema, Vázquez Barrera suma ya más de seis meses desaparecido y de acuerdo al informe estadounidense, dos marinos también. El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, no está ausente de esta investigación y el gobierno de AMLO lo sabe y ha corroborado.
Pero aparece otro nombre en el manejo de dinero sucio a través de paraísos fiscales y es nada menos que del hijo de Américo Villarreal, Humberto. Todo esto evidentemente tiene inquieto y molesto a AMLO dado que nuevamente personajes muy cercanos a su círculo de confianza están siendo exhibidos y en este caso con impacto internacional.
Pero más aún, si USA así lo determina podría publicar información acerca del financiamiento del crimen organizado a su campaña electoral cosa que consistentemente ha negado.
Ahora sí que todas esas pruebas ni Julian Assange las tiene pero si la DEA. Por lo pronto lejos de recibir el amparo protector de AMLO, Narro y Villarreal deberían estar sujetos a investigación e inhabilitados.
De no tomar acción pronta el gobierno de México podría sufrir un serio descalabro con filtraciones o publicaciones o acciones legales emprendidas desde el vecino del norte.
Pero en esta ocasión lejos de los políticos mencionados ya se está demeritando la imagen de la Marina, institución que había sido considerará incluso más eficiente en materia de inteligencia que el propio Ejército Mexicano.
Lástima, los verdes ya se están despintando y los blancos están en entredicho.
*Conductor del programa VaEnSerio, Mexiquense TV, Canal 34.2 (Izzi 135O) y mexiquense radio.
@cramospadilla
