CARLOS RAMOS PADILLA
El movimiento la manifestación pública, la inconformidad del estudiantado está evolucionando, creciendo. Un evento no considerado por el gobierno. Uno de los errores de la Sra Sheinbaum es creer que su figura como activista del CEU (un movimiento de masas, en 1968 en México, que al final triunfó en su empeño de echar abajo el llamado «plan Carpizo», tras importantes manifestaciones callejeras y una huelga en 1987).Es falso, los jóvenes de ahora ni la conocen ni la respetan simplemente porque es autoridad y gobierno. Por reclamar públicamente sus derechos y protestar por una reforma judicial que no les convence, a los muchachos se les ha acusado de estar manipulados por sus profesores. Otra falsedad y si esto está ocurriendo es exactamente a la inversa, hay catedráticos de Morena incrustados para adoctrinar, proteger al gobierno y evitar que sus alumnos, como en la Facultad de Ciencias, pretendan unirse a los estudiantes de la Facultad de Derecho. El sabotaje, las acciones de cañería desean frenar a toda costa las marchas y consignas contra la reforma al Poder Judicial. Dentro de las aulas en diferentes instalaciones académicas, privadas y públicas, se han operado intensas reuniones con diálogo y debate sobre las propuestas de amlo. No son muchachos improvisados y oportunistas. Son jóvenes “aspiracionista” que observan de qué manera sus horizontes se acortar y el Estado de Derecho se diluye. Se ve y se sabe que los ataques a las instituciones son cotidianos. Se frenó y lucho para evitar atentar contra la autonomía universitaria. Se busca profundizar en el conocimiento y la información. Desean participar de programas y exámenes de evaluación tanto para los profesores como para los alumnos. Se fortalece la fuerza de la UNAM ante calificaciones internacionales. Y todo esto, los
muchachos no lo quieren perder a razón de golpes políticos confusos y degradantes. Ya el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Máxima Casa de Estudios se ha pronunciado y con acostumbrada claridad. Bien apuntaba el Maestro Justo Sierra “cuando la Facultad de Derecho habla, tiembla la UNAM. Cuando la UNAM habla tiembla la nación”. Y en estos días el PUMA está inquieto. Las modificaciones que se están aplicando no solamente generan incertidumbre sino retrocesos, por ejemplo, este lunes 2 de septiembre se publicó en la Gaceta Oficial de la Ciudad de México, el Decreto por el que se reforma el inciso A), numeral 2 del Artículo 3 de la Constitución Política de la Ciudad de México, por el que se suprime el calificativo «propiedad privada», para quedar únicamente como propiedad. Estos actos son atentatorios contra los derechos ganados y garantizados en nuestra Constitución que pretenden ser modificados y en su caso desparecidos. Arrebatar la propiedad y los ahorros de los ciudadanos es un acto propio de tiranías y dictaduras. Por ello se hace un llamado a un paro nacional para este miércoles 4 de septiembre en donde se intenta, junto con los estudiantes, mostrar la fuerza ciudadana, la capacidad de resistencia y el llamado a las autoridades a no imponer condiciones funestas para el país. Que el gobierno no sea ya más refugio de sordos. Nace pues la importancia de poner límites.