CARLOS RAMOS PADILLA
Sheinbaum no es aliada, queda claro. No fue considerada para acudir a la toma de protesta de Trump como presidente. No es una descortesía, significa un mensaje, una advertencia. México por el populismo de amlo y la secuela del segundo piso de la Transformación, ha dejado de ser zona estratégica sino se ha convertido en un punto de seguridad nacional. En la reconfiguración global nuestro país destaca por el narcotráfico y el conflicto migratorio. México ha presumido su relación con tiranos y dictadores y Trump habrá de frenar esa tendencia. El cerco invisible que se forma en sus fronteras no es conveniente: al oeste con China, al sur con México, Nicaragua y Venezuela, al Este con Cuba. Y es por ello que Groenlandia es importante para Trump. Los ilegales para Estados Unidos dejan de ser pieza prioritaria en su economía por la mano de obra y se han convertido en una masa tóxica dentro del marco de la violencia y tráfico de drogas. La fuerza laboral y el gran empuje económico está en las grandes empresas de tecnología, en la ciencia, en la investigación, en el dominio del mundo a través de la inteligencia artificial y para ello, México no ha mostrado suficiencia ni interés. Estados Unidos buscará conquistar hasta el espacio y los océanos, México se entretiene con programas asistenciales solo con una óptica electoral. En pocas palabras los tonos, los discursos, el lenguaje y la mística son marcadamente distintos. Acompañando, enmarcando a Trump se encuentran en una sola ala del Capitolio los empresarios que han acumulado más éxitos y riqueza que toda la fuerza mexicana con todo y sus enormes recursos. Algo está mal, entonces. Dar presencia y cortesía más al líder de la FIFA que a la presidenta de México es un indicador preocupante. Bukele, Netanyahu, Meloni, Xi jiping, Orban, Abascal, Milei, Noboa, González Urrutia, Bolsonaro, entre otros ya llevan un paso adelante al estar en la ceremonia protocolaria dentro del Capitolio, sitio de equilibrio de los tres poderes que reconocen ellos, los estadounidenses, como el eje de su democracia.