CARLOS RAMOS PADILLA
El 2025 inicia con incrementos para el uso de aeropuertos y el anticipado fracaso de Mexicana de Aviación. Pero hay más datos: el tráfico de pasajeros cayó. La baja se debe al recorte temporal de 52 a 43 operaciones de despegue y aterrizaje por hora, desde el 8 de enero del 2024. El pasaje internacional creció 4.8% y el nacional bajó 12%. Durante el 2024, en la terminal aérea de la Ciudad de México se transportó a 45 millones 359,485 pasajeros nacionales e internacionales, lo que significa una baja del 6.3% con relación al año previo. En lo relativo a operaciones comerciales, de enero a noviembre, la última cifra señala una disminución del 11%, con relación a igual periodo del 2023, al pasar de 311,590 a 277,350. En esos meses, julio fue el de mayor actividad con 26,445 operaciones por el periodo vacacional de verano. No obstante, el registro de cifras en muchas ocasiones las fallas internas en la operación despiertan las molestias de los usuarios. La llegada de las aeronaves a plataforma toma demasiado tiempo y el congestionamiento en los carruseles para la entrega de equipaje es interminable. Varias aerolíneas han revelado que reciben instrucciones para desviar sus vuelos al AIFA obligando a “obsequiar” el transporte de los pasajeros al Aeropuerto Benito Juárez. Aunado a esto, Mexicana de Avión de haber permanecido como una aerolínea exitosa, la tercera más antigua del mundo e imagen de México, está al borde de la quiebra. A menos de un año de su reaparición, , acumula adeudos, una demanda en Estados Unidos por falta de pago en la renta de la mayoría de su flota y hoy cuenta con solo dos aviones. Su participación de mercado no llegó al 1% y no ha alcanzado una ocupación promedio arriba del 50% para poder lograr rentabilidad en sus operaciones. El costo para la nación ha sido millonario sin recibir sanciones los responsables de este monumental fracaso. Daré un ejemplo, por la compra de la marca y el logotipo, López Obrador ofreció 815 millones de pesos, de los cuales ha pagado 407, adeudando hasta hoy 408 millones. Este dinero, se empleó para pagar liquidaciones de pilotos, sobrecargos y personal de tierra que quedaron desprotegidos por la quiebra de la aerolínea hace ya 13 años. Pero como todo se cubre con nuestros impuestos y prevalece la impunidad, pues díganos que no pasa nada.