JOANA ELIZABETH SALINAS*. Es una perogrullada afirmar que las personas felices son más productivas y eficientes en su trabajo. Así, no es fortuito que todos los líderes empresariales busquen como mejorar el entorno laboral.
Aunque pueden existir distintos factores que creen entornos de trabajo más armoniosos, existen tres elementos en los que coinciden las personas más exitosas y felices.
Número uno, las personas sienten que necesitan tener un impacto en algo que es importante para ellos, ya sea la gente o una causa o el resultado final. Necesitamos sentir que nuestro trabajo tiene un propósito y que está vinculado a los valores que nos importan.
El trabajo es una de las maneras de generar realización en nuestra vida aparte del amor. Genera la sensación de trascendencia y misión cumplida. Por ello, los líderes empresariales deben buscar que cada uno de sus colaboradores estén conectados a su propósito de vida. Una manera de hacerlo es replantear los valores empresariales para que sean fácilmente identificables con la vida y creencia de los equipos de trabajo y analizar cómo la misión organizacional puede impactar positivamente la percepción individual de cada colaborador.
Número dos, necesitamos sentirnos optimistas de que nuestro trabajo está ligado a una visión personal del futuro. La visión de la organización no es suficiente. Por muy bueno que sea, tenemos que saber que lo que hacemos se relaciona con una visión personal de nuestro futuro.
Los planes de carrera pueden abonar a este tema. Sin embargo, debe ser más fuerte la visión empresarial para generar un compromiso de futuro organizacional con quienes colaboran en èl.
Número tres, necesitamos amigos en el trabajo. Necesitamos sentir que estamos con nuestra tribu en el lugar de trabajo, que pertenecemos, que estamos con personas que respetamos y que nos respetan. Necesitamos calidez, cuidado y sentirnos apoyados.
Esto desestima una visión ancestral de que la amistad no puede generarse en el lugar de trabajo porque resulta peligrosa. De hecho, el tipo de interacciones generadas es lo que permite afianzarnos con una causa.
Por otra parte, la gran renuncia o abandono de muchos pestos de trabajo en economías desarrolladas en plena pandemia mundial del Covid-19 visibilizó el descontento generalizado or las acciones que cotidianamente realizamos. De ahí que se tratara de rescatar misión y visión empresarial como timón a la resiliencia.
Hoy, un gran componente en la búsqueda de los primeros empleos y aquellos que marcarán un viarje a la trayectoria profesional buscan la felicidad. ¡Qué organizaciones están preparadas para otorgarla? Aquellas que cimenten el crecimiento corporatvo y personal de sus trabajadores. Los que reconozcan que cada empleado es parte del éxito.
Ahora, para ser feliz en el trabajo, primero cada uno de nosotros debe mirar hacia adentro y preguntarse ¿qué es lo que quiero? ¿Qué me hará sentir realizado? Ahora, cuando nuestra ambición nos impulsa de meta en meta y ni siquiera nos detenemos a celebrar el logro, algo anda mal.
La felicidad no se trata solo de sentirse bien en cada momento del día, y no se trata solo de placer. Eso es hedonismo, y no estamos buscando eso. Francamente, un poco de estrés es algo bueno. Nos empuja a ser innovadores y a hacer las cosas de manera diferente y a esforzarnos más. Por lo tanto, no se trata solo de sentirse bien. Pero necesitamos una base de propósito, esperanza y amistades. Necesitamos saber que lo que hacemos importa en el trabajo, que estamos haciendo algo que está ligado a nuestro futuro y que las personas con las que trabajamos son excelentes.
*Socia directora de Coperva y Psicopedagoga especializada en salud laboral