JOANA ELIZABETH SALINAS*. Muchas organizaciones incorporan el impacto social en su misión. Esto abarca desde fondos de inversión para financiar iniciativas hasta empresas o fundaciones que esperan invertir en sus comunidades e incluso crear organizaciones sin fines de lucro que desean comprender mejor su propio impacto e identificar formas de mejorar.
Pero a pesar de los programas bien diseñados y el personal dedicado, pocas organizaciones realmente miden su impacto. Entonces, ¿cómo saben qué funciona y por qué? ¿Podrían diseñarse inversiones o programas para que sean más efectivos? ¿Qué podrían hacer las organizaciones para obtener más beneficios por su dinero?
Andrew Dillon, economista de desarrollo y profesor clínico asociado en Kellogg, ayuda a los investigadores del Laboratorio de investigación de la pobreza global a diseñar estudios que midan el impacto de varias intervenciones contra la pobreza en todo el mundo.
Dillon ofrece varias sugerencias para organizaciones que desean comprender mejor y aumentar su impacto en las comunidades a las que sirven.
La medición del impacto es importante no solo para cuantificar el retorno de una inversión social, sino que también es importante para la eficiencia de costos y la entrega de impacto al menor costo por beneficiario.
Ahora, primero debe comprender los resultados que espera afectar y cómo planea incidir en ellos. No se trata solo de elegir métricas o indicadores u optar por algún tipo de variable para medir. Esas cosas son importantes, pero la verdadera clave es vincular la inversión o programa a una ‘teoría del cambio’ o cómo esa inversión o programa realmente va a cambiar las vidas de los beneficiarios.
En otras palabras, no solo necesita comprender el resultado final, sino también cómo llegar allí: ¿Por qué mecanismo cambiará su programa o inversión la vida de alguien?
Una vez que se entienda tu teoría del cambio, es hora de determinar si se mantiene.
Realizar un ensayo controlado aleatorio es muy recomendable. Esto permitirá determinar que cualquier impacto en el resultado deseado es realmente causado por el programa, a diferencia de algún otro factor.
Con un experimento bien diseñado, incluso se puede aprender algo inesperado. Ahor, no todas las organizaciones están en condiciones de realizar experimentos. Entonces, el siguiente mejor paso es observar si hay algún estudio existente que valide su teoría del cambio. Es posible que no tenga los recursos para realizar un experimento sobre la efectividad de su programa de tutoría, por ejemplo, pero como mínimo debe determinar que hay evidencia de que el mecanismo seleccionado está casualmente vinculado a los objetivos que se establecieron.
Las grandes fundaciones, los donantes e incluso los fondos de inversión de impacto reúnen regularmente grandes revisiones de evidencia, una tendencia que aumenta en casi todos os sectores económicos.
Es urgente “aterrizar” los grandes planes de responsabilidad social.
*Socia directora de Coperva y Psicopedagoga especializada en salud laboral