¿Reforma fiscal?

IRMA PILAR ORTIZ

El Gobierno federal necesita dinero, dicen que no se requiere una reforma fiscal, pero la realidad es otra.

El dinero que recaudan apenas alcanza para los compromisos que ya tienen, entre ellos mantener los programas sociales que en este año recibirán 835 mil millones de pesos y que no pueden abandonar, porque son su ancla para mantenerse en el poder.

Otra presión a las finanzas públicas son el billón de pesos que reclama en este 2025 el costo financiero de la deuda, que incluye los intereses y otros gastos financieros que generan el pedir dinero prestado.

Lo cierto es que la economía no está bien. Estamos a punto de una recesión y prueba de ellos son los 147 mil empleos formales que se perdieron en los últimos meses, la caída en la venta de automóviles nuevos, igual que la confianza del consumidor y el estancamiento de la inversión extranjera.

Llevamos tres meses con salida de capitales. Solo en junio se retiraron 14 mil 746 millones de pesos, ligando el tercer mes consecutivo con fuga de capitales; los extranjeros vendieron CETES por más de 22 mil millones de pesos, tenían 220 mil millones a finales del año pasado, y hoy solo tienen 198 mil.

Son datos que nos parecen ajenos, pero hablan de la falta de certidumbre y confianza en el país.

La presidenta Sheinbaum rechazó que haya una crisis fiscal en el país y dice que la economía está muy bien, lo que se interpretó como enmendar la plana al coordinador de los diputados del oficialismo, Ricardo Monreal quien anunció una posible reforma fiscal en el próximo periodo de sesiones en el Poder Legislativo.

Resulta extraño que Monreal anunciara, antes de consultar con la presidenta, una reforma fiscal de gran calado durante el próximo periodo ordinario. No existe una propuesta oficial del Ejecutivo federal al respecto y que lo dijera sólo porque “cada vez hay más voces” exigiendo modificar el sistema tributario mexicano.

“Hace falta reformar todo el sistema fiscal… en estos meses vamos a reflexionar… y en septiembre podamos iniciar con propuestas muy serias”, dijo.

Según lo dicho por el mismo diputado, este debate “urge” porque la presión se ha intensificado por parte de empresarios preocupados por las implicaciones de la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, aunque para él “una reforma de este tipo debe incorporarse de forma gradual, con incentivos y medidas de transición para mitigar el impacto económico en empresas”.

Se habla de una reforma fiscal; sin embargo, los especialistas ya prendieron los focos de precaución, porque la economía podría no resistir un mayor cobro de impuestos.

Dirán que la economía va bien, como lo decía, mintiendo cada vez que podía, el ex presidente de la República, pero la situación está difícil. Y el mejor termómetro es el alza constante de precios al consumidor y el desempleo, que no pueden detener, aunado a las presiones que generan las amenazas constantes del presidente Trump.

Faltan 45 días para el inicio del periodo ordinario del Poder Legislativo, habrá que ver si se cumple el pronóstico de Ricardo Monreal o bien, con el afán de mantener esa estabilidad que tantos frutos reditúa a todos los gobiernos, PAN, PRI y Morena, se congela una reforma fiscal y la tentación de aumentar impuestos de forma grosera, porque en los hechos cada año incrementan, aunque sea en un porcentaje mínimo los montos de los gravámenes.

irmapilaro@gmail.com

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