Realidad yucateca

DULCE MARÍA SAURI RIANCHO* (SemMéxico, Mérida, Yucatán). El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) presentó recientemente la edición 2022 del Índice de Competitividad Estatal. Esta asociación civil constituida en 2003, realiza desde la óptica de la competitividad una especie de tomografía anual a la realidad política, económica y social de las 32 entidades federativas.

De esta manera es posible comparar logros y deficiencias observadas tanto en sus gobiernos como en sus sociedades.

El Índice General está compuesto por 10 subíndices que a la vez integran 77 indicadores, a partir de los cuales se asigna una calificación de desempeño a cada estado. Dicen las abuelas que las comparaciones son odiosas, sí. ¡Pero cómo ayudan!

Con la útil publicación del Diario del domingo pasado, presento a ustedes, amig@s lector@s, la situación de Yucatán en esta tabla de posiciones. El lugar 10 en el Índice General no es un mal sitio, más si consideramos que los nueve estados que le anteceden corresponden a la capital de la república y a entidades del norte y occidente del país. Yucatán destaca en el sur-sureste, pues de los estados peninsulares Campeche quedó en el sitio 16 y Quintana Roo, en el lugar 19. Tabasco, la entidad natal del presidente López Obrador, quedó en el sitio 23, en tanto que Chiapas y Oaxaca se encuentran casi al final de la tabla (sitios 30 y 31 respectivamente). El sureño estado de Guerrero ocupa el último lugar en la clasificación general.

Es en los indicadores que conforman los subíndices donde encontramos las causas de la ubicación de Yucatán entre los estados mejor calificados. De los 10, nuestra entidad ocupa el 1º lugar en dos: Sistema de Derecho Confiable y Objetivo y Sistema Político Estable y Funcional.

Nos va bien en Gobiernos Eficientes y Eficaces (4º posición) y en el de Economía Estable (10º). En otros cuatro subíndices Yucatán se ubica en la parte baja de la tabla: Sectores precursores de clase mundial (16º), Innovación de los sectores económicos (17º), Mercado de factores eficiente (21º) y en Sociedad incluyente, preparada y sana (21º).

Vergonzosamente, Yucatán es “colero” nacional en dos subíndices: Desarrollo Sostenible del Medio Ambiente (lugar 30) y Aprovechamiento de las relaciones internacionales (posición 32, la última).

Veamos en lo que nos va bien, según el IMCO. El primer lugar en Derecho se debe a que Yucatán es la entidad con menos homicidios del país, con menor número de vehículos robados y con mejor percepción de seguridad por parte de su población.

Notarios

Entre los indicadores destaca el 5º lugar nacional en Competencia de Servicios Notariales. Este destacado sitio contrasta con la reciente abundancia de descalificaciones al notariado yucateco, provenientes en su mayoría del Ejecutivo estatal. Sería muy útil que se asomaran a este indicador para moderar sus juicios sobre la actuación de las mujeres y los hombres responsables de la fe pública en la entidad.

En Sistema Político también Yucatán es puntero. Destaca el indicador de Percepción de corrupción, pues la ciudadanía yucateca es la que dice resentir menos este flagelo de todo el país. Primer lugar también en Participación ciudadana y en Consulta a la información de finanzas públicas. Llama la atención que los partidos políticos sean mejor percibidos aquí que en el resto del país (3er sitio), así como un honroso 6º lugar en Competencia Electoral.

En Gobiernos Eficientes, el 4º lugar nacional se debe a la buena calificación en el Barómetro de información presupuestal (1º sitio), así como en Mejora regulatoria y en gobierno electrónico (3º). El lugar 20 en Ingresos propios nos recuerda la necesidad de continuar sosteniendo el esfuerzo fiscal.

El buen desempeño en Economía se debe fundamentalmente a la calificación en Población trabajadora (3er sitio, con el 48% de las personas en edad de trabajar) y en el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) que, aún con su modesto 0.7% anual dio para ubicarse en el 7º lugar nacional.

En Sectores precursores destaca el porcentaje de yucateco/as con teléfonos móviles -88%- y acceso a internet (52%), aunque en esta materia Yucatán se ubica en las posiciones 18 y 17 respectivamente. Me detengo en la posición 21 del subíndice de Sociedad sana: lugar 28 en Esperanza de vida (74.8 años); Mortalidad infantil (sitio 15 nacional).

En Educación, los indicadores no son halagüeños para nuestra entidad: sitio 23 en Grado de escolaridad (9.2 años, un poco más que secundaria terminada) y sitio 26 en Rendimiento académico.

Ambigüedad

En relación con el indicador Mujeres, los resultados mostrados son ambiguos. Por un lado, el 40% de las yucatecas en edad productiva trabajan fuera del hogar (lugar 13) y la brecha salarial entre mujeres y hombres es de 12.8%, lugar 11.

Sin embargo, en Informalidad laboral Yucatán ocupa la posición 27, pues existe un porcentaje mayor de mujeres en este sector de vulnerabilidad que de hombres (por cada 10 mujeres, menos de 5 hombres).

El Índice de Competitividad Estatal también reconoce la importancia de los centros de investigación localizados en Yucatán; bien calificados, contribuyen a lograr el lugar 17 en la tabla nacional de Innovación.

Veamos ahora las razones de las notas “coleras” en Medio Ambiente y en Relaciones Internacionales. En el primero, la baja calificación estatal se debe fundamentalmente al reducido porcentaje del Caudal tratado de aguas residuales (sitio 31) y a la poca Eficiencia económica del agua en la agricultura (lugar 32, el último). En este subíndice sólo se salva la Intensidad energética en la economía (17º) y Mortalidad por enfermedades respiratorias (14º).

No es sorpresa el “castigo” pues Yucatán carece de un sistema integrado de drenaje sanitario en la ciudad de Mérida y en las poblaciones mayores del estado, además del déficit en el tratamiento de las aguas servidas en algunas actividades económicas como la cría de aves y cerdos.

Para mí, la verdadera sorpresa proviene del subíndice sobre el aprovechamiento que hace Yucatán de las relaciones internacionales. El último lugar nacional no corresponde a las promociones realizadas por diversos funcionarios, comenzando por el gobernador Vila, ni a las expectativas de inversión extranjera en diversos rubros. Esta mala calificación proviene del penúltimo lugar nacional en Inversión extranjera directa (IED) y el sitio 26 en Exportaciones de mercancías.

Parece que los más favorables indicadores de Flujo de pasajeros internacionales (11º) y del Producto (PIB) Turístico (12º), no fueron suficientes para sacar a Yucatán del sótano en este subíndice.

Como cualquier tomografía que se practica cuando existe un problema de salud, este índice de Competitividad Estatal requiere ser conocido, estudiado e interpretado por quienes tienen a su cargo el diseño y aplicación de las políticas públicas en Yucatán. Que podríamos estar peor, ni duda cabe. Pero también podríamos estar mejor, no sólo en la tabla nacional de posiciones del IMCO, sino en la vida cotidiana da las y los yucatecos. Manos a la obra.

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*Licenciada en Sociología con doctorado en Historia. Exgobernadora de Yucatán

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