R Á F A G A/ Parece Leyenda el Origen del Debatido Fuero

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>> Equivalía a Cumplir la Palabra de Honor

>> Intervino el Presidente Benito Juárez

JORGE HERRERA VALENZUELA

“Asesinarán a la Democracia”.

“Fin a La División de Poderes”.

Frases escuchadas en todo el País.

La Elección de Funcionarios Judiciales es el Más Grave Retroceso del Federalismo Mexicano y el Entierro de Los Sentimientos de la Nación.

Los Electos Estarán a Las Órdenes de quienes Los Financiaron, de Sus Postuladores y pregunto: ¿Podrán Ser Imparciales al Impartir Justicia?  

Está de moda hablar del fuero, sí, del privilegio que protege a legisladores, gobernantes y políticos “en servicio”, cuando cometen uno o más delitos.

La determinación, de los diputados federales, de rechazar la solicitud de desafuero del diputado tepiteño, expresidente municipal de Cuernavaca y exgobernador de Morelos, provocó hasta manifestaciones populares de las mujeres que demandan lo destituyan y responda ante la justicia.

Bueno, pues ese tema lo margino, por ahora.

UN SUCESO REAL E INÉDITO

Comparto con Ustedes un suceso narrado, escrito, detallado, en el que, más adelante, sabrán porque un general mexicano, le expresó a su jefe inmediato: “Déjame dormir. El general Castillo es un hombre de honor. Estoy segurísimo de que se presenta. Si no, me fusilas a mí”.

Comentaré sobre el posible origen de utilizar la palabra fuero. Tres militares liberales, el jefe del Sitio de Querétaro en 1867 y el presidente Benito Juárez están mencionados en un real hecho.

Uno de sus generales, mexicano de ideas conservadoras, fue a prisión y sentenciado a morir en el paredón. Traición a la Patria, por servir al austríaco Maximiliano de Habsburgo, fue el cargo.

Antes de reportear el asunto, pues inquieta al comentarista no saber qué es el fuero, porqué se aplica y a quiénes protege, recibí un mensaje en mi celular con datos que me dieron origen a conocer la historia de los generales Carlos Fuero Unda y Severo del Castillo.

Supe que la historiadora Esperanza Dávila Sota en su libro “Anecdotario Revolucionario” hizo un relato del encuentro de esos dos militares, de bandos opuestos, quienes tuvieron trato familiar antes de encontrarse en lados opuestos, en la cárcel.

Del Castillo fue hecho prisionero en los días del Sitio de Querétaro, comandado por el general Mariano Escobedo, en 1867. Llevado a Consejo de Guerra, fue sentenciado a muerte.

El carcelero lo era Carlos Fuero Unda. La orden del general Sóstenes Rocha Fernández: mantener vigilancia permanente, las 24 horas del día, en la celda del prisionero, sin permitirle recibir visitas ni de sus familiares.

UNA HISTORIA PARA MEDITAR

Al grano, dirá alguno de los lectores de este comentario periodístico.

He aquí el comienzo de un diálogo histórico y cada uno juzgue.

Es de madrugada y el asistente del coronel Carlos Fuero, le comunica: “El general Del Castillo desea hablar con Usted”.

Fuero dormía plácidamente. Se vistió y acudió a la celda donde estaba el prisionero, quien había sido muy amigo del papá de Carlos y por el trato familiar accedió a la solicitud.

–Carlos, perdona que te haya hecho despertar. Como tú sabes, me quedan unas cuantas horas de vida y necesito que me hagas un favor. Quiero confesarme y hacer mi testamento. Por favor manda llamar al padre Montes y al licenciado José María Vázquez.

–Mi general, no creo que sea necesario que vengan esos señores.

–¿Cómo? Deseo arreglar las cosas de mi alma y de mi familia. Me dices que no es necesario que vengan.

–No hay necesidad de mandarlos llamar. Usted irá personalmente a arreglar sus asuntos y yo me quedaré en su lugar hasta que regrese.

–Pero Carlos, ¿qué garantía tienes de que regresaré para enfrentarme al pelotón de fusilamiento?

–Su Palabra de Honor, mi general.

Ya la tienes.

Se dieron un abrazo y Severo del Castillo salió de la prisión.

Fuero llamó a su asistente y le dijo:

–El general del Castillo va a su casa para arreglar unos asuntos. Yo me quedaré en la celda, en su lugar, como prisionero. Cuando él regrese, me despierta.

LLEGA EL GRAL SÓSTENES ROCHA

Sin previo aviso, el guanajuatense general Sóstenes Rocha llegó directo a la celda para hablar con el sentenciado, pero…encontró durmiendo, tranquilamente, a su subordinado y sin más, gritó:

–¿Qué hiciste Carlos? ¿Por qué dejaste ir al general Del castillo?

–¡Ya volverá! Y si no lo hace, entonces me fusilas a mí.

En eso se escucharon pasos y la voz del centinela lanzó un ¿Quién Vive?

–¡México! Un prisionero de guerra que cumple su palabra.

Sorprendidos, Rocha y Fuero, vieron que el supuesto evadido llegaba a la celda.

Rocha de inmediato dio parte al general Mariano Escobedo, relatando lo sucedido y el reporte llegó hasta el despacho del Presidente Juárez, cuya reacción se concretó en lo siguiente:

–Al general Del Castillo se le perdona la vida y lo envían a la prisión de San Juan de Ulúa, Carlos Fuero, asciende al grado de general.

¿QUÉ ES EL FUERO?

El relato de la distinguida saltillense, catedrática universitaria, reconocida intelectual, nos lleva a la conclusión de entender que la acción de Carlos Fuero se derivó en un concepto de una sola interpretación.

Fuero es un privilegio para la libertad de expresión, de los servidores públicos y los legisladores, que se sustenta, sin condición alguna, en el CUMPLIMIENTO DE LA PALABRA DE HONOR.

No aseguro que ese sea el origen de la medida protectora para los políticos mexicanos, sobre todo los de este siglo que jamás observan, entienden y procuran cumplir la Palabra de Honor.

Me atrevo a comentar, periodísticamente, que, en nuestra moderna historia, el ingeniero Jorge Díaz Serrano al saberse desaforado como senador, aceptó ser custodiado hasta las puertas de la prisión.

5 años después recobró su libertad, sin habérsele comprobado el fraude millonario que le imputaron. El daño estaba hecho a un mexicano, víctima de venganza política.

SINÓNIMO DE IMPUNIDAD E INMUNIDAD

En nuestra Carta Magna desde siempre se ha rechazado que los funcionarios públicos, de los tres niveles de gobierno, así como quienes sean servidores públicos, tengan protección cuando cometen un delito en el desempeño de sus funciones o en actos de la vida privada.

No pocas veces quienes son llevados a prisión por cometer delitos que, se afirma, son en agravio de la Nación. En la realidad se trata de situaciones de orden político.

El caso más reciente fue el del ingeniero Raúl Salinas de Gortari, diez años en prisión de Alta Seguridad, a quien terminaron por exhonerarlo del delito de homicidio.

Hay casos del dominio público en que los presuntos responsables de violaciones al Código Penal, simplemente cometen delitos y no son llamados a responder a la justicia. El diputado electo Julio César Godoy Toscano fue ligado al cartel de narcos “La Familia Michoacana” y al líder criminal Servando Gómez Martínez “La Tuta”.

Para evitar la detención, lo sacaron de la Cámara de Diputados en la cajuela de un automóvil. Nunca lo detuvieron ni sancionaron al que propició la fuga y que hoy sigue como funcionario en el gobierno de la Ciudad de México.

Supe que el fuero tiene raíces en el parlamento francés, desde el Siglo XIX, considerado como garantía de la libre expresión de los legisladores.

Ese privilegio o prerrogativa no es para evitar llevar a juicio a responsables de delitos del fuero común o del ámbito federal.

Hablar del “fuero político” es un tema de actualidad, gracias al exfutbolista y hoy diputado federal Cuauhtémoc Blanco Bravo.

En México el fuero significa: Impunidad e Inmunidad.

COMBATIENTES Y GOBERNADORES

La narración de la maestra Dávila Sota encierra un pasaje interesante, poco conocido, tiene veracidad al sustentarse en la vida de personajes de la breve etapa del segundo imperio en tierras mexicanas.

El general Severo del Castillo mantuvo sus idead conservadoras y como militar comandó a los imperialistas en contra de los liberales juaristas.

Estuvo en el Congreso, posConstituyente de 1857, de octubre a diciembre de ese año. Titular de Guerra y Marina en uno de los gabinetes de Miguel Miramón; gobernador de Jalisco y jefe del Estado Mayor de Maximiliano.

Fuero Unda continuó su carrera militar y entre 1873 y 1895, gobernó en cortos períodos, en los Estados de Coahuila, Nuevo León, Durango y Chihuahua. Electo, dos veces para ser senador prefirió seguir como comandante militar.

Los nacieron y murieron en la Ciudad de México. Del Castillo falleció, a los 47 años, el 23 de mayo de 1872, dos meses antes que el presidente que le perdonó ir al paredón. Fuero vivió 48; lo inhumaron el 11 de enero de 1892.

El combatiente y gran estratega militar, el guanajuatense Sóstenes Rocha Fernández, fue director del H. Colegio Militar y diputado federal. Mereció altos reconocimientos por sus triunfos en batallas.

jherrerav@live.com.mx

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