PUNTALES/ Denominación de origen

>> Acciones múltiples

>> Bancos mexicanos, a redoblar supervisión

>> Adiós a la “agenda verde”

AGUSTÍN VARGAS*

Desde la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos, en México el gobierno de Claudia Sheinbaum ha mostrado disposición para adaptarse a las prioridades del mandatario estadounidense, en un esfuerzo por mantener la estabilidad de la relación bilateral y mitigar posibles tensiones.

A pesar de que en sus conferencias de prensa ha dado respuesta a las declaraciones de Trump con una narrativa nacionalista plagada de retórica (como por ejemplo revirar el cambio de nombre del Golfo de México a Golfo de América por “América Mexicana”), su gobierno ha mostrado voluntad de colaborar en los temas que interesan al nuevo Presidente estadounidense.

Como ejemplo de ello, son los esfuerzos que el gobierno de Claudia Sheinbaum ha intensifcado para combatir al narcotráfco, con acciones que pueden interpretarse como una muestra de voluntad para colaborar con la administración de Donald Trump en Estados Unidos.

Trump regresa montado sobre una inesperada ola de respaldo social reflejado en su triunfo en el voto popular tanto como en el del colegio electoral. Dado que ésta será la última vez que Trump pueda gobernar su país, esta segunda administración suya parece enfilarse hacia un período de radicalismo más audaz y vertiginoso que el de su primer gobierno.

Sin reservas, el mandatario está encumbrado por una amplia base social y el entusiasmo, al menos aparente, de la élite empresarial, que lo apoya en todas sus acciones, en especial las que tienen que ver con México, como la de combatir a los cárteles de la droga.

Desde el pasado lunes 20 de enero, los cárteles mexicanos fueron designados como terroristas y, de acuerdo con especialistas de la Dirección de Estudios Económicos de Banamex, los impactos pueden ser impredecibles. Lo que si es cierto es que será un mecanismo de presión para la política de seguridad mexicana, en el que el sistema financiero  mexicano tendrá un papel fundamental y tendrá que adaptarse.

La designación de los carteles mexicanos como Organización Extranjera Terrorista (FTO por sus siglas en inglés) implica considerar a los así designados como enemigos en combate.

Acciones múltiples

A diferencia de la designación de Jefe de una Organización Extranjera de Narcotráfico (FNK por sus siglas en inglés), cuya implicación acotada es negarles acceso a esas personas y sus redes de apoyo al sistema financiero norteamericano, esta otra designación como FTO habilita múltiples acciones. Los dos ámbitos más importantes son el financiero y el militar.

Las instituciones financieras vinculadas con Estados Unidos quedan impedidas para otorgar cualquier servicio o producto a las FTO y, si advirtieran manejar recursos de esas organizaciones, estarán obligadas a embargarlos y reportarlos a la Oficina de Control de Activos Extranjeros del Departamento del Tesoro. Aunque debe subrayarse que ya existen esos mecanismos de control en el sistema financiero mexicano, autoridades y bancos deberán redoblar la supervisión.

En cuanto al ámbito militar, se habilitará la posibilidad legal de que las fuerzas armadas de EU combatan con fuego a las FTO mexicanas, en cualquier jurisdicción territorial. En términos pragmáticos, la designación como FTO puede traducirse en muy diversos escenarios de acción para EUA y, por lo tanto, en consecuencias de muy distinta dimensión para México.

El ejemplo más extremo del uso que un gobierno norteamericano ha hecho  recientemente de esta designación es cuando Al Qaeda y Osama Bin Laden fueron declarados FTO, a partir de ese momento EU los persiguió hasta su aniquilación extraterritorial en un tercer país, Paquistán, que no fue informado, ni se le pidió autorización para actuar militarmente en su territorio. Así de grave para México es la “denominación de origen” que ya tienen en la Unión Americana los carteles mexicanos de la droga.

Adiós a la agenda verde

Otra de las acciones inmediatas que Trump decretó en cuanto asumió el poder fue la declaratoria de una Emergencia Energética Nacional, que implica desaparecer toda la “agenda verde” establecida durante la administración de Joe Biden. Ello es negativo para la lucha global contra el cambio climático.

Para los especialistas del Grupo Financiero Banamex, esta medida pareciera ser positiva en el corto plazo para las exportaciones mexicanas, pues elimina la posibilidad de  impuestos verdes a las  importaciones provenientes de México (dado su bajo contenido de energía renovable), a diferencia de lo que ocurre con Europa.

No obstante, desde una perspectiva más estratégica, es negativo pues disminuye los incentivos para que nuestro país retome la agenda verde abandonada en el sexenio anterior. A ello se suma la presión de EU a México para que adopte una agenda proteccionista respecto a China, limitando así los efectos positivos para México de las contribuciones de China para impulsar los productos funcionales a la lucha contra el cambio climático.

Advierten que se desalentarán las importaciones en México de autos eléctricos de China, paneles solares, entre otros productos. Más aún, la eliminación anunciada del importante subsidio al consumidor de EU para la compra de autos eléctricos producidos en Norteamérica, que beneficiaba la producción de autos eléctricos en México, desalentará su producción, incluyendo proyectos de inversión ya anunciados. 

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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx

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